Santa Ana y Desfiladero del Purón desde Herrán pasando por Ribera: Parque Natural de Valderejo
near Herrán, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Nos acercamos a la localidad de Herrán para realizar una ruta situada en la parte más occidental de Álava y que hace muga con Burgos. Discurre todo el tiempo por el Parque Natural de Vaderejo con una extensión total de 3496 hectáreas y declarado como tal en 1992 en Álava, sin embargo en Burgos el Parque Natural recibe el nombre de Montes Obarenes-San Zadornil y fue declarado espacio protegido en 2006, además es área ZEPA, situado en la zona más oriental de la Cordillera Cantábrica.
Aparcamos el coche en el parking situado a las afueras de Herrán sin necesidad de entrar con el coche en el pueblo, lo cual se agradece. Una vez cruzado el pueblo seguimos en dirección desfiladero del Purón y Ermita de San Roque y Felices de Herrán. Pasamos por una pequeña parte del desfiladero pero éste lo examinaremos y disfrutaremos en el último tramo de la ruta como recompensa. Llegamos a un refugio libre y zona de picnic y unos metros más adelante nos encontramos un cruce de caminos, en este caso debemos subir por la senda pedregosa de la derecha que indica Senda Santa Ana, en este punto volveremos a confluir en el regreso a Herrán. Ascendemos la senda y si echamos la vista atrás vemos una magnífica panorámica del Humión. Llegamos al collado de Santa Ana y nos desviamos a la izquierda siguiendo el camino marcado por puntos amarillos y balizas de Monte Santa Ana. Una vez llegado a una torreta de luz vemos que el camino se interrumpe, pero hay una pequeña senda, apenas visible que continua ascendiendo hasta llegar a la cima de Santa Ana. El monte Santa Ana coronado por dos buzones cimeros y sus 1049 m es una de las cimas de mayor altura del murallón calizo y del Parque Natural, desde donde podemos apreciar con total claridad parte de la zona que después vamos a recorrer. Desde un punto de vista geológico recorreremos parte del núcleo de un enorme anticlinal formado hace 36 Ma durante el terciario en un ambiente marino, cuyos paredones calizos se observan en lo alto, parte de uno de ellos es el propio monte Santa Ana. En el núcleo del anticlinal, sin embargo, veremos areniscas blancas evidentes en la zona del desfiladero, por donde caminaremos, siendo éstos los primeros materiales en depositarse en un medio marino y tras el desplome del anticlinal debido a la erosión producida, fundamentalmente por el agua. Una vez de vuelta al collado nos espera el tramo más largo de la ruta que llega a hacerse un poco pesado, sin embargo lo podemos compensar contemplando la biodiversidad de flora, debida a la confluencia de los climas atlántico y mediterráneo, un verdadero ecotono, destacando grandes pinos de alto porte y ramas tortuosas, encinas, quejigos, pero también hayas, arces, madroños, castaños y algún que otro alcornoque. Todo ello va acompañado de fauna también variada, eso sí, mucho más difícil de ver, salvo el buitre común. Durante este trayecto pasamos por una zona de mesas para picnic llamada “Los Barrenones” y un mirador panorámico que deja mucho que desear, pero donde encontraremos un panel explicativo de como se formó esta particular zona: La metrópoli verde. En algunos puntos concretos se pueden apreciar afloramientos donde se ven contactos concordantes entre distintos materiales depositados en el núcleo del anticlinal. Pasamos por varios cruces, por lo que hay que estar atentos a los múltiples giros del track, hasta que por fin abandonamos el camino y salimos al asfalto, que tras un pequeñísimo ascenso entramos en el pueblo de Villafría de San Zadornil, donde hay fuente junto a una zona de picnic y parking. De aquí nos dirigimos a Ribera, pueblo en ruinas situado a 4 km, por un camino que a veces incluso parece como semiasfaltado. En Ribera sólo se conserva la iglesia que tiene unas pinturas de interés y también encontramos zona de picnic y paneles explicativos de como fue el pueblo antes de quedarse en su estado actual. Desde aquí cruzamos el río Purón y seguimos la senda paralela a su cauce hasta entrar en el angosto desfiladero creado por la incansable erosión continua y durante millones de años del agua para abrirse camino. En él disfrutaremos de grandes pozas y varias cascadas de diversos tamaños, algunas de gran caída con sus gélidas aguas muy agradecidas en días calurosos. Como curiosidad encontramos pequeñas cuevas con hepáticas, unas de las plantas más primitivas que existen en el planeta, que aparecieron en el periodo Ordovícico (Era Paleozoica), hace casi 500 Ma. Salimos con pena del desfiladero y caminamos por un senda de arenas blancas que nos devuelve a la intersección donde está el inicio de la subida a Santa Ana, de ahí desandamos el camino hasta llegar a Herrán y de ahí al parking dando por finalizada esta ruta.
Aparcamos el coche en el parking situado a las afueras de Herrán sin necesidad de entrar con el coche en el pueblo, lo cual se agradece. Una vez cruzado el pueblo seguimos en dirección desfiladero del Purón y Ermita de San Roque y Felices de Herrán. Pasamos por una pequeña parte del desfiladero pero éste lo examinaremos y disfrutaremos en el último tramo de la ruta como recompensa. Llegamos a un refugio libre y zona de picnic y unos metros más adelante nos encontramos un cruce de caminos, en este caso debemos subir por la senda pedregosa de la derecha que indica Senda Santa Ana, en este punto volveremos a confluir en el regreso a Herrán. Ascendemos la senda y si echamos la vista atrás vemos una magnífica panorámica del Humión. Llegamos al collado de Santa Ana y nos desviamos a la izquierda siguiendo el camino marcado por puntos amarillos y balizas de Monte Santa Ana. Una vez llegado a una torreta de luz vemos que el camino se interrumpe, pero hay una pequeña senda, apenas visible que continua ascendiendo hasta llegar a la cima de Santa Ana. El monte Santa Ana coronado por dos buzones cimeros y sus 1049 m es una de las cimas de mayor altura del murallón calizo y del Parque Natural, desde donde podemos apreciar con total claridad parte de la zona que después vamos a recorrer. Desde un punto de vista geológico recorreremos parte del núcleo de un enorme anticlinal formado hace 36 Ma durante el terciario en un ambiente marino, cuyos paredones calizos se observan en lo alto, parte de uno de ellos es el propio monte Santa Ana. En el núcleo del anticlinal, sin embargo, veremos areniscas blancas evidentes en la zona del desfiladero, por donde caminaremos, siendo éstos los primeros materiales en depositarse en un medio marino y tras el desplome del anticlinal debido a la erosión producida, fundamentalmente por el agua. Una vez de vuelta al collado nos espera el tramo más largo de la ruta que llega a hacerse un poco pesado, sin embargo lo podemos compensar contemplando la biodiversidad de flora, debida a la confluencia de los climas atlántico y mediterráneo, un verdadero ecotono, destacando grandes pinos de alto porte y ramas tortuosas, encinas, quejigos, pero también hayas, arces, madroños, castaños y algún que otro alcornoque. Todo ello va acompañado de fauna también variada, eso sí, mucho más difícil de ver, salvo el buitre común. Durante este trayecto pasamos por una zona de mesas para picnic llamada “Los Barrenones” y un mirador panorámico que deja mucho que desear, pero donde encontraremos un panel explicativo de como se formó esta particular zona: La metrópoli verde. En algunos puntos concretos se pueden apreciar afloramientos donde se ven contactos concordantes entre distintos materiales depositados en el núcleo del anticlinal. Pasamos por varios cruces, por lo que hay que estar atentos a los múltiples giros del track, hasta que por fin abandonamos el camino y salimos al asfalto, que tras un pequeñísimo ascenso entramos en el pueblo de Villafría de San Zadornil, donde hay fuente junto a una zona de picnic y parking. De aquí nos dirigimos a Ribera, pueblo en ruinas situado a 4 km, por un camino que a veces incluso parece como semiasfaltado. En Ribera sólo se conserva la iglesia que tiene unas pinturas de interés y también encontramos zona de picnic y paneles explicativos de como fue el pueblo antes de quedarse en su estado actual. Desde aquí cruzamos el río Purón y seguimos la senda paralela a su cauce hasta entrar en el angosto desfiladero creado por la incansable erosión continua y durante millones de años del agua para abrirse camino. En él disfrutaremos de grandes pozas y varias cascadas de diversos tamaños, algunas de gran caída con sus gélidas aguas muy agradecidas en días calurosos. Como curiosidad encontramos pequeñas cuevas con hepáticas, unas de las plantas más primitivas que existen en el planeta, que aparecieron en el periodo Ordovícico (Era Paleozoica), hace casi 500 Ma. Salimos con pena del desfiladero y caminamos por un senda de arenas blancas que nos devuelve a la intersección donde está el inicio de la subida a Santa Ana, de ahí desandamos el camino hasta llegar a Herrán y de ahí al parking dando por finalizada esta ruta.
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Completa ruta –y bien explicada–, por los más bellos rincones de los parque de Valderejo y Montes Obarenes-San Zadornil.
Gracias Luis por tu amable comentario. Realmente es un lugar muy bonito.
Un saludo