Santa María de Miralles-Castell-Grony de Miralles 100 Cims-Agulla Grossa-La Ferriola

Un hermoso augurio en forma de joven daina se aparece delante del coche a nuestra llegada al aparcamiento de la ermita de Santa María de Miralles. Hasta en dos ocasiones cruza la carretera y nos mira, invitándonos a seguirla y pronosticando una exitosa odisea. Alborozados como chiquillos, miramos a nuestro alrededor y no nos resisitimos a subir de dos en dos los escalones de la Torre Albarrana, siguiendo el impulso de convertirnos en los vigías que en su dia alertaban del peligro, cuando los enemigos se aproximaban. Las vistas desde el castillo aclaran el porqué del nombre de este enclave, "Miralles". Sin ápice de discusión, la "miralla" allí recreada ofrece un fabuloso encuadre del Grony y de Coma-roques. Por fin se impone la seriedad e iniciamos la ruta girando a la izquierda en el cartel indicador a Cal Gol. Un sinuoso sendero nos transporta hasta la fuente y enlaza con la pista que alternando con corriols y dreceres, nos acompañará en el recorrido. No sin esfuerzo, remontamos la ladera y mirando hacia atrás vemos la silueta del castillo, enclavada en uno de los lados del casi perfecto rectángulo que trazaremos. Cual etéreos semidioses surferos, cabalgamos por las lomas como olas, con las botas por tablas y las rocas por espuma. No en vano el sendero crestea sin titubeos y brinda panorámicas de 360º de ambos valles y más allá. Como casi siempre el macizo de Montserrat nos observa envuelto en su mar de nubes, y varios turons cuyos nombres conocemos gracias al autor del track, nos rodean. Sabemos que no es fácil visitarlos y debemos conformarnos con una mirada lejana y un sinfín de fotos. A los citados Grony y Coma-roques se unen, Vinya Vella, L'Agulla, La Ferriosa,La Roureda y Cavalls Morts entre muchos. Hermosa como ninguna, resaltando sobre cielo azul y nubes de algodón, la Creu de Ferro preside la punta de La Ferriola y el paisaje justifica el esfuerzo de llegar hasta ella. Una joven pareja que viaja ligera de equipaje, repone fuerzas unos metros más allá y por supuesto, aparte de los consabidos saludos, mantienen con nosotros la distancia social aconsejada. Eso o el desconocimiento de su existencia, les priva de reflejar sus nombres en el registro de ilustres visitantes. La anotación de quién nos precede nos hace titubear, pues no en vano la ha datado al dia siguiente. Entre bromas sobre el despiste, más crestas, sendas,senderos y alguna subidita empecinada, nos recibe en el Collet de Ca la Llebre, un cartel que indica L'Agulla Grossa a la izquierda. Decidimos en cambio subir primero al Grony de Miralles por la derecha, dado que es un 100 cims, suponemos que respetando el protocolo debe tener preferencia. Un maltrecha senyera hecha girones por el viento y el punto geodésico marcan el lugar. Un recordatorio de visitas anteriores en forma de ladrillo está destrozado y contrasta con el aviso intimidante que contiene el geodésico, advirtiendo de que dañarlo es delito. Gracias al cartel informativo ponemos nombre a los lugares que se atisban desde la cima, planificando una futura visita al Castell de Queralt.Todo lo que sube baja y en este caso además volvemos a subir, ahora a L'Agulla Grossa que está rematada con una artistica hoja de arce. El último tramo de unos pocos metros nos hace extremar las precauciones tanto al ir como al volver, y a usar manos y pies para evitar deslices. Su rocoso vértice es estrecho, como prometía su perfil afilado y opinamos con donaire que se merece el titulo de centcimero más que su hermano mellizo el Grony. No queda más que descender y dejando de crestear, para nuestro pesar, enfilamos hacia el Balç de Fontanilles. Balma que alberga una florida fuente y un lavadero natural formado por el goteo incesante e incansable del líquido elemento. No nos queda más que retornar al inicio, y las últimas cuestas nos hacen patente el esfuerzo que han soportado las piernas, en las frecuentes subidas y bajadas. Con una postrera mirada y concluyendo que ha valido la pena, nos alejamos con desgana buscando la civilización, mientras nos invade ya, la nostalgia. La calificación de moderada corresponde a las dificultades que presenta por su perfil en general, y a las precauciones que hay que tomar en el tramo de aproximación a l'Agulla Grossa en particular