Santa María de Redondo: Senda de Fuente Cobre y Lagunas del Sel de la Fuente -Nacimiento del Río Pisuerga *

Vamos a realizar una de las rutas más singulares, bonitas y sencillas del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, de la Montaña Palentina. Subiremos al nacimiento del Río Pisuerga, que desde La Pernía Palentina desciende para entregar sus aguas, y las de los afluentes más importantes de esta cuenca, al Río Duero pasadas Valladolid y Simancas, en pleno centro de la Meseta Castellana, haciendo en esta generosa entrega "hombre" al Duero. Y así reza el antiguo refrán, que a más de unos nos ayudó en la escuela: "El Pisuerga con el Carrión y el Arlanza con el Arlanzón hacen al Duero Varón".

Dejamos el coche en el aparcamiento de Santa María de Redondo (1.200 m de altitud), en plena vertiente sur de la Sierra de Peña Labra, para ascender un desnivel de unos 400 m, hasta Fuente del Cobre. Una vez allí continuaremos ascendiendo por las laderas norte del Valdecebollas (2.143 m de altitud), hasta la zona de las Lagunas del Sel de la Fuente, verdadero lugar de nacimiento del Pisuerga. Esta zona, con las lagunas y numerosas simas, se denomina el Sumidero del Sel de la Fuente o Covarrés.

La ruta está muy bien señalizada e informada y comenzamos en suave ascenso, siguiendo el cauce del Pisuerga, dejando a nuestra izquierda laderas negras delatoras del pasado carbonífero de la zona. Tras un suave recorrido entre monte bajo, matorrales de brezo y escoba y pastizales, nos adentramos en las laderas del Valle de los Redondos, en un robledal y hayedo que da cobijo a numerosos acebos y resulta de agradable refresco en días de sol y calor.

Enseguida encontramos la entrada a la Senda de Fuente Cobre y su encanto empapa nuestra vista de luces y rincones únicos. No es raro, si caminamos con cautela y sigilo, ver algún corzo o ciervo. Al jabalí, al lobo y al oso pardo, que también forman parte del paisanaje fauno de este maravilloso entorno, resulta muy difícil y extraño ojearlos si no vamos a buscarlos decididamente, empresa que no recomiendo.

Un poco más arriba nos encontramos con la Cueva del Cobre y en su interior la Fuente del cobre. La cueva es de fácil acceso y se nos muestra amplia para adentrarnos un poco. A la derecha de la entrada, en el interior, tenemos otra salida y el entorno resulta de loa más adecuado para reconfortarnos con un merecido trago y un bocado. Buen lugar para reponer un poco nuestras fuerzas antes de continuar con el corto tramo que nos queda de nuestra ruta.

Seguimos un sendero con hitos de piedra que, en corta aunque fuerte pendiente por la derecha de la cueva, se eleva hacia una terraza, tratando de sortear el tupido matorral de brezo y escoba, enebro y arándano, que por allí abunda. Comienza el espectáculo panorámico. No pestañees, es una pérdida de tiempo. Espigüete, Curavacas, Peña Prieta, ... más que generosa panorámica de Picos de Europa.

Algunos hitos de piedra y tramos de diferentes senderos, algunos de ellos hechos por el ganado que pasta en la zona, nos conducen hasta las Lagunas del Sel de la Fuente, rodeadas de simas por todas partes, auténticos sumideros de recogida de aguas que nacen de la tierra de nuevo en Fuente del Cobre; la segunda laguna la encontramos completamente seca por la estación veraniega.

La vuelta la realizamos por el mismo camino y unos metros más abajo de la Cueva del Cobre continuamos de frente por el camino, evitando las senda del ascenso, siguiendo las indicaciones de los carteles, para adentrarnos en la parte superior del robledal y admirar, mientas descendemos, multitud de robles centenarios que nos salen al paso, invitándonos a un rato de sosiego, tranquilidad y disfrute en un entorno, de nuevo, con esa luz especial que solo poseen lugares privilegiados, por otra parte, necesariamente protegidos.

El camino nos lleva hasta el cruce de la entrada en la senda y, desde aquí, continuamos por el mismo camino de subida hasta el aparcamiento.