Santa Marina - Moruatxa, Erdikoatxa, Lukiatxa Fraidemendi

Santa Marina - Moruatxa, Erdikoatxa, Lukiatxa Fraidemendi

PEÑAS DE SANTA MARINA

Las peñas de Santa Marina son un pequeño conjunto de puntas escarpadas de arenisca dispuestas con un relieve bastante original en el cordal divisorio de Urduliz y Sopela. Actualmente se utilizan como escuela de escalada natural, pero se utilizaron como cantera. La piedra que aquí se obtenía pasó a formar parte de muchas construcciones del s.XIX, incluyendo el Castillo de Butrón en Gatika.
El conjunto se compone de tres rocas Peña de Santa Marina (177 m), dominada por una gran cruz que protege la ermita del mismo nombre; la escarpada cumbre de Moruatxa (184 m), que es la de mayor valor montañero; y la cúspide del conjunto (204 m),

La ruta corta de 6,7 km y de solo 223 m de ascenso acumulado no es sencilla. El ascenso a las cimas presenta dificultad en su parte final. En unas simplemente hay que trepar pero en la parte final del Moruatxa y Erdikoatxa , además de usar cuerdas que facilitan el ascenso, tienen un tramo final de roca, difícil de superar para un senderista no habituado.

Iniciamos la ruta en el cementerio de Sopelana, situado junto al Garden Center. Tomamos un camino a la izquierda que nos lleva a la base de la peña. Justo en la parte baja se encuentra el parque de Fernando Ansoleaga, en el que se mezcla vegetación autóctona con una plantación de eucaliptos.

Al final del camino, nos encontramos unas escaleras que nos llevan a la puerta de la ermita y un pequeño mirador sobre Urduliz.

Tenemos que descender para rodear la peña y encaminarnos por la otra cara al ascenso. La senda, en la primera parte, no es complicada, pero cerca de la cumbre, tenemos que trepar por la roca para llegar hasta la cima ( 177 m ), coronada por una ikurriña. Constituye un magnifico mirador sobre Urduliz y su entorno.

Descendemos hasta el depósito de aguas, lo bordeamos y encaramos la subida al Moruatxa, primero ayudados de cuerdas, previamente colocadas y el tramo final trepando por la rocas, no sin cierta dificultad.

Retornamos a la parte baja de las peñas y por la base del cordal y pegados a la roca, avanzamos en busca del
camino que nos llevará al Erdikoatxa. Avanzamos por una zona arbolada y con mucha vegetación. De nuevo nos encontramos con una zona de cuerdas y con dificultad para acceder a la cima.
Descendemos y nos encontramos una zona vallada con alambre de espino, pero que deja un paso por la zona superior. Continuamos y nos encontramos con restos del cinturón de hierro de Bizkaia, según parece se trata de un nido de ametralladoras. Un poco más adelante junto a la peña de Lukiatxa (204 m,), vemos trincheras y restos de otra construcción. Lamentablemente no encontramos la forma de subir hasta lo alto de la roca, así que, continuamos la ruta , ahora por una pista claramente marcada, en la que van a aparecer los carteles y postes marcando el recorrido para visitar el cinturón de hierro. Este camino de bajada nos lleva a una carretera vecinal, que seguiremos hasta cerca del Parque de la Memoria.

Por una senda a la izquierda entramos en el parque y lo recorremos tomando algunas fotos de las esculturas de Luis Saitua Muñoz . Una vez en la parte alta nos dirigimos por pista asfaltada hacia el hospital comarcal de Urduliz.
Antes de llegar tomamos una pista a la izquierda, con la intención de acercarnos a una pequeña cima, la de Fraidemendi. Parte de esta pista la tendremos que recorrer en un camino de ida y vuelta y nos supondrá añadir 1,5 km a la ruta. De vuelta en el cruce, nos quedará llegar a la carretera y recorrer unos cientos de metros por ella para llegar al aparcamiento

PARQUE DE LA MEMORIA

Bajo las Peñas de Santa Marina se encuentra el “gran desconocido”, El Parque de la Memoria. El parque convine vegetación preexistente de eucaliptos con la plantación de especies autóctonas. Está preparado con caminos circulares y tres esculturas que conectan muy bien con el entorno.

Las esculturas de acero corten, son obra del arquitecto Luis Saitua Muñoz y cumplen una doble función; primera, recordar la existencia en las proximidades del lugar de la línea defensiva fortificada renombrada Cinturón de hierro y segunda servir como elementos de enmarque visual del Municipio a través de sus aberturas.

El Cinturón de Hierro

Esta cota elevada formaba parte del quinto sector del Cinturón de Hierro y albergaba numerosos abrigos y asentamientos de ametralladora tanto en el cordal de Goikogana como en las peñas de Santa Marina. Su objetivo era reforzar la defensa entre la línea principal y una tercera línea construida hacia Barrika, que pretendía intensificar la protección del puerto de El Abra, indispensable para la llegada de ayuda y evacuación de la población, entre otras funciones.

La elevación del terreno permite divisar un gran número de municipios de Uribe y, en tiempos de guerra, la cresta escarpada dotaba de una protección extra y abrigo a los defensores. Desde las peñas se controlaba una amplia zona hacia el norte, por donde avanzaba la brigada mixta Flechas Negras. A pesar de ello, tres días después de la ruptura del Cinturón de Hierro en la zona de Larrabetzu, los Flechas Negras entraron en Urduliz. Para entonces las tropas vascas ya habían abandonado esta estratégica posición al verse sobrepasados por los efectivos franquistas.