Santianes del Agua - picos Teyadera y Jorovitaya - caserío Peme - Santianes

Dejamos el coche en la iglesia de Santianes del Agua, donde hay fácil aparcamiento. (En el pueblo es difícil encontrar donde aparcar). Cruzamos la carretera y entramos en el cuidado pueblo donde nos encontramos una fuente de agua con grifo (durante el resto de la ruta no encontramos fuente alguna). Comenzamos a caminar sobre una pista de cemento que se hizo hace poco con fondos de la Unión Europea para facilitar el acceso de vehículos de bomberos en caso de incendios por la zona.
El camino de subida no tiene pérdida posible, se trata de seguir la pista de cemento hasta que se acaba en el km 2,8. Durante este recorrido la subida es constante y muy pindia. Una vez acabada la pista de cemento continúa otra pista de tierra durante 1,8 km, allí dejamos la pista y continuamos a nuestra izquierda por un marcado camino que nos lleva hasta un pequeño collado con hierba llamado de Fontaninas. A partir de aquí desaparece el camino y solo nos encontraremos sendas de animales entre cotoya tupida que alcanza hasta la rodilla y la cintura según los tramos (parece que subiendo unos metros a la derecha hay una senda de ganado bien marcada sobre el terreno que facilitaría la subida hasta la zona con hierba). Las sendas de animales que seguímos se pierden cada poco y la subida resulta ciertamente incómoda durante unos 700 metros, hasta que alcanzamos la cota de 630 metros donde desaparece la cotoya y aparece una praderia que nos permitirá llegar primero al pico Teyadera y después al Jorovitaya. Este segundo era el objetivo del día debido a la atracción que siempre tuvo esa cumbre coronada con un hito formado por una gran acumulación de piedras con una altura de unos tres metros y con unas vistas aéreas muy bonitas hacia la costa por un lado con la desembocadura del río Sella y Ribadesella al fondo; por el otro lado veremos los Picos de Europa. Este pico también se le denomina Manolete, en honor a un taxista de Ribadesella llamado Manuel Fonticiella, quien, parece ser, una vez jubilado subió en muchas ocasiones hasta este pico y fue el constructor del inmenso túmulo de piedras que lo corona.
La bajada la hacemos por marcada senda de ganado que nos lleva a bajar por una vaguada pisando hierba en dirección nor oeste. Una vez acabada la praderia el camino continúa, bien marcado y pisado, entre cotoyas pero sin mayor dificultad para transitarlas. Este camino nos llevará hasta las praderias de los caseríos que hay en Peme, desde allí subimos a la vera del antiguo camino hasta enlazar con la pista de subida, que ahora es de bajada hasta llegar al coche.