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Santibañez de la Sierra - San Esteban de la Sierra - Santibañez de la Sierra

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Trail stats

Distance
3.12 mi
Elevation gain
600 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
600 ft
Max elevation
2,422 ft
TrailRank 
25
Min elevation
1,966 ft
Trail type
Loop
Coordinates
81
Uploaded
December 14, 2021
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near Santibáñez de la Sierra, Castilla y León (España)

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Itinerary description

Ruta circular, sencilla y señalizada, una buena opción para realizar con niños. Partiremos desde el pilón que nos recibe en la entrada de Santibáñez de la Sierra y avanzaremos por la calle empedrada hasta alcanzar la iglesia parroquial del Espíritu Santo. Tomaremos entonces la calle Verdinal que asciende a nuestra derecha y que nos llevará a cruzar frente a la bodega El Rochal, una de las muchas que encontraremos en nuestro paseo, pues esta es una zona que tradicionalmente ha cultivado uva. A partir de ese momento caminaremos en paralelo con la carretera en dirección a San Esteban de la Sierra entre huertas y vides sostenidos en paredones y terrenos abancalados donde también asoman algunos cerezos y olivos.
Situados en la subcomarca de Las Quilamas, nos encontramos en un rico paraje natural, rodeados por montañas entre las cuales se encuentra el monte Tiriñuelo. Este dio nombre al vino producido por una de sus bodegas, varias de ellas adscritas a la Denominación de Origen Protegida Sierra de Salamanca.
Santibáñez de la Sierra está situado sobre un pequeño cerro en la falda del monte por el que pasearemos después.
Donde ahora encontramos el pueblo, hubo antiguamente un castro celta aunque los primeros pobladores debieron asentarse en la época prehistórica. De todo ello nos han llegado testimonios en forma de hachas de sílex y tumbas excavadas en la piedra. Algunas de las casas de estilo serrano que podremos contemplar al recorrer sus calles muestran los sillares con inscripciones provenientes de la ermita de San Juan, ahora desaparecida.
Si pregunta a los ancianos del lugar, aún podrán contarle la leyenda, que asegura que en la desaparecida ermita fue bautizado Teobaldo Montesinos, hijo del conde Grimaldo que vino a repoblar estas tierras a mediados del siglo VIII. Según se afirma, cuando Grimaldo murió, aún conservaba un fantástico tesoro amasado en el tiempo en que vivió en la corte franca, pues su naturaleza ahorradora había impedido que gastase ni una moneda de oro. Este fue enterrado bajo la ermita de San Juan, donde se encuentra ahora una cruz, si bien nadie ha llegado a encontrarlo. Como dice un romance del siglo XV: “Si supieran los nacidos lo que hay del cabo la viña a la ermita de San Juan, ni de noche ni de día dejarían de trabajar”.
Tras un breve tramo caminando por un camino de tierra, desembocamos en la carretera justo a la entrada de San Esteban de la Sierra. Para continuar con nuestra ruta, poco antes de alcanzar el bello edificio de las escuelas, veremos una indicación y un panel explicativo que nos guían a tomar el amplio camino que comienza a nuestra izquierda e internarnos en un denso bosque de castaños que nos llevará por su húmeda umbría a descubrir una serie de espectaculares miradores. Avanzaremos por él acompañados ocasionalmente por robles y algunos ejemplares de arces de Montpellier, eucaliptos y pinos.
Conviene detenerse a contemplar las vistas sobre San Esteban ubicado en un valle, a la vera del Río Alagón. El trazado urbano de su judería bien merece una visita que nos lleve a descubrir las viviendas de estilo serrano, levantadas con adobe y madera, la ermita y su iglesia altomedieval y el hermoso puente románico.
Testimonio del afán laborioso de sus vecinos, dan cuenta sus numerosas bodegas: Vinos Tiriñuelo, Don Celestino, Dominio de la Sierra o El Abuelo Flores. No en vano, el cultivo del viñedo ha sido desde siempre su principal industria, con especial atención a la variedad rufete.
Del pasado de San Esteban de la Sierra nos llegan historias que cuentan cómo, tras ser expulsados los judíos en 1492, algunos de ellos decidieron regresar a lo que era su pueblo, y queda la anécdota de un prestamista de nombre Yntidólides, que a su vuelta reclamaba 300.000 maravedíes de un préstamo que no pudo cobrar al haber tenido que abandonarlo apresuradamente. Más tarde, durante el siglo XVI, San Esteban dependió de la Villa fortificada de Monleón, a quien debía pagar un impuesto denominado alcaldaba que ascendía a 15.000 maravedíes anuales.
El entorno de San Esteban es ciertamente exuberante. No en vano algunos comparan este área con un jardín botánico. Nos encontraremos aquí con una amplia variedad de árboles y plantas menores, que reflejan en gran medida, las especies habituales en las sierras de Salamanca: fresnos, durillos, espino blanco o quejigo, además de los anteriormente nombrados.
Continuaremos avanzando por la suave cuesta tendida para salvar los ciento cincuenta metros de desnivel que encontraremos a lo largo del paseo mientras atendemos a percibir los sonidos de las aves que habitan esta densa arboleda: búhos reales y águilas perdiceras, pero también el martín pescador, la garza real o la cigüeña negra en el entorno del profundo valle del Río Alagón, donde se bañan las nutrias.
El Alagón y sus afluentes, los arroyos de la Palla y las Quilamas han ido horadando un angosto valle cuya panorámica nos sorprenderá, captando nuestra atención las sorprendentes formaciones de cuarcita con formas de agujas rocosas. Estamos ante un mirador que nos permite contemplar la Sierra de las Quilamas que sobrevuelan el buitre negro y el leonado, y entre cuyos matorrales se esconden corzos, zorros, garduñas, tejones, jabalíes y gatos monteses.
Avanzando ahora por las cotas más elevadas del paseo alcanzamos también los miradores hacia la Sierra de Béjar y Candelario y el que se abre hacia la Sierra de Francia.
Comenzaremos entonces el descenso de regreso a Santibáñez, también en la umbría, lo que nos habla de una buena propuesta para realizar durante los calurosos meses del estío o admirar los colores amarillentos y anaranjados en días de otoño y disfrutar después con la bien merecida fama de los mesones de la zona.
Este es un enclave de especial interés para realizar alguno de los senderos que los pueblos de la zona se han interesado en promocionar, como el Camino de los Trasiegos, que nos conduce desde San Esteban hacia Valero y San Miguel de Valero, la que nos acerca a conocer la cascada de La Palla o la ruta de los Lagares Rupestres que se inicia en la bodega donde se elabora el vino Tiriñuelo y que recorre parte de los más de 120 lagares tallados en piedra, recuerdo de los primeros pobladores de época prehistórica, así como romanos o visigodos.

Servicios: alojamiento, bar, restaurante.
Otros puntos de interés: bodegas, lagares rupestres.

Si quieres descargarte el libro 26 Paseos Inesperados por las Sierras de Salamanca:
https://adriss.net/wp-content/uploads/2022/04/Guia-26-PASEOS-INESPERADOS.pdf

Otras propuestas en la revista Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/revistas-electronicas/

Y para saber más de las Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/

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