Santuario Celtíbero de Peñalba. Villastar

Peñalba es uno de los santuarios celtíberos mas importantes de España, se descubrió en 1910 y en un lienzo de piedra de casí dos kilómetros hay dibujos e inscripciones dedicadas al dios pancéltico Lug. En la parte superior se excavaron una serie de huecos para hacer sacrificios.
En la ruta uniremos Villastar con Villel, por la Muela y la Peñalba. Regresaremos por el PR TE 94 que discurre por la vega del río Turia.
Partimos de la casa del celebre picador de toros local "Cantaritos". Cogemos la carretera hasta tomar la calle del Horno, después por la del Carasol alcanzamos el camino de Rubiales que va subiendo por las faldas de la Muela de Villastar.
Cuando sale un camino a la izquierda dejamos el camino por una antigua senda por la derecha que sube recta hacia la Muela. La traza a tramos es difusa, pero seguimos a base de GPS. Conforme vamos subiendo se abre la panorámica y las vistas.
Al llegar arriba acabamos en un camino. Seguimos unas rodadas que van rodeando un bancal de carrascas truferas.
El último tramo hasta el vértice es campo a través en un entorno sin casi arboles.
Seguimos hacia el cortado pasando junto a las ruinas de una majada o corral. Ya sobre las canteras hay otras ruinas mas bajas, que en los mapas aparecen como poblado íbero. Seguimos hacia la derecha buscando un paso para bajar al camino que vemos abajo.
Tras una bajada empinada pero fácil tomamos el camino de las Hoyuelas en la zona de los corrales del Collado.
Lo seguimos hasta alcanzar el principal objetivo de la ruta. En unos bancos y un panel todavía por completar hay que tomar la senda hacia la izquierda para empezar a recorrer la parte superior del Santuario de la Peñalba. Van a ser casí dos kilómetros paseando por este magnífico balcón. Encontraremos varias rocas donde se han excavado pequeñas cazoletas o cubetas donde se supone que se hacían sacrificios rituales.
Hay una senda o rastro que discurre junto al abismo, en algunos puntos bastante aéreo. Por varios pasos se puede bajar a la base de las paredes de una forma segura.
Las inscripciones y los dibujos alegóricos están en las paredes sobre las que andamos.
Al llegar al extremo sur, vamos hacia la derecha para buscar un paso para bajar nuevamente al camino de las Hoyuelas.
En esta zona también han montado bancos y un panel informativo. Después de dejarlos atrás en una curva tomamos la senda que baja hacia el cementerio de Villel.
La senda está bastante marcada, al principio va llaneando por el lomo de la montaña, y después empieza a bajar mas fuertemente por una zona de cárcavas y arcillas de diferentes colores.
Desde el cementerio bajamos al Barrio del Torrejón por una zona de viejas eras y pajares.
En lugar de vadear la Rambla Chartera la seguimos hasta su confluencia con el río Turia.
Pasamos por el puente sobre el río y a partir de aquí seguiremos las señales del PR TE 94.
Tras pasar unas viejas granjas entramos en un bosquete de quejigos que estaban empezando a echar la hojas. En un rincón de esta zona (La Olmeda) están las antiguas minas de Caolín.
Pasamos junto a unas grandes rocas con un par de agujeros que en la zona le llaman la Cueva del Amor, estamos en el barranco de la Cueva.
Después entramos en el Estrecho, la parte encañonada de este tramo, con algunas grandes rocas de curiosas formas.
En el Arroyo de la Cañada pasamos junto a la fosa donde enterraron a cinco sindicalistas fusilados en la Guerra Civil.
Tras un trecho de camino el PR utiliza una acequia en otro tramo estrecho en el que pasamos junto a un azud antes de llegar a un paellero.
Las señales siguen una senda hasta alcanzar un camino que discurre pegado al río que seguiremos hasta el puente por el que regresaremos hacia Villastar.
Esta ruta es de grandes contrastes, de paisajes y de colores. La ida es sin sombras y la vuelta a la sombra de la vegetación de ribera.
Es buena para cualquier época del año salvo los días calurosos del verano. Pero es preferible hacerla en primavera o otoño, cuando el contraste cromático puede ser mayor.