S'Arenal - Cap Rocat - Maioris - Ses Palmeres

Etapa por el municipio de Llucmajor, pisando las calas al sur de la Bahía de Palma y vuelta por el interior de la isla buscando la vía abandonada del tren Palma-Santanyi por la que regresar a S’Arenal.
Impresionan en la primera parte los acantilados por dónde serpentean sendas interrumpidas por casas y urbanizaciones que pretenden meterse en el mar.
La alambrada que delimita al “Hotel más recóndito y privado del Mediterráneo”el Cap Rocat, en lo que fue una fortaleza militar, Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional, para más señas, nos impide el paso a los dos km de costa protegida y reserva marina.
Dejando atrás lo que más parece un acuartelamiento militar que un hotel de lujo, subimos a lo alto del acantilado a comer nuestra pieza de fruta mientras contemplamos desde arriba el plácido vuelo de las gaviotas sobre un mar turquesa en donde vienen a atracar algunos barcos de recreo.
Sigue el sendero por lo alto mostrando paraje yermo de lapiaz calizo con matorral escaso, pinar ralo y acebuches, muy agradable de andar, donde no parece verse más intervención humana que los frecuentes muros de piedra en seco.
Antes de entrar en Maioris (Puigderrós) hay un sendero muy bonito, entre pinos, a este lado de una alambrada tras de la cual se sitúan las viviendas de la urbanización; este sendero y está valla nos van llevando hasta la carretera Ma-6014 con una sorpresa final: ¡una alambrada nos puede cerrar el paso! hoy estaba arrumbada y, con apuros se puede pasar, pero mañana pueden venir a repararla y nos encontraremos atrapados viendo que en el mapa, por estos parajes figura cínicamente, en nombre propio “La Tierra de Nadie”.
Se llega a la carretera muy transitada; por su lado izquierdo una carretera abandonada acerca al caminante a la urbanización Ses Palmeres mientras piensa que es difícil atrochar por estos pagos donde fincas enormes, sin nada aparente que guardar en su interior están cercadas con alambradas sobre la piedra en seco; quizá están a la espera de convertirse en suelos urbanos para futuras urbanizaciones.
Y con estos pensamientos se llega a la vía de un tren, abandonada, sin raíles ni traviesas ni señal de “vía verde” pero agradable de andar y por lo que se llega al parque Aqualand para entrar en S’Arenal.