Senda 120/23 - LOS JUNCOS, TENTEGORRA, ROLDÁN POR EL ZIGZAG, MIRADOR POR LA CRESTA, TENTEGORRA, LOS PATOJOS, LOS JUNCOS

Senda 120/23 - 2023-11-05, LOS JUNCOS, TENTEGORRA, ROLDÁN POR EL ZIGZAG, MIRADOR POR LA CRESTA, TENTEGORRA, LOS PATOJOS, LOS JUNCOS, 17,78 Km, 5 horas 19 minutos, +563 m -563 m.

Lo que vimos:
https://photos.app.goo.gl/x12dcw7R1iUS4apJ6

Llegamos a la senda número 120 de este año en la que anduvimos 25 983 pasos, equivalentes a 17,78 kilómetros, y ascendimos a un acumulado de 563 metros, para desplazarnos desde Los Juncos a Tentegorra y por el Zigzag, lo que llaman las Zetas, alcanzar la cumbre del “Majestuoso” Roldán, desde donde hoy se veían con cierta nitidez los alrededores.

Por la Cresta bajamos hasta el Mirador y enganchamos el descenso hasta Tentegorra, en el cruce de la Puerta de Hierro cogimos un “camino” que nos llevó hasta Los Patajos, nos gusta el pan del “Periquín”. Paralelos a Benipila llegamos a la Alameda y al culto a la rubia, en la Taberna del Martillo. El ágape del mero frito, al estilo San Pedro, es una invitación de mi compadre. Salud.

Ésta, según leímos arriba, es la historia de la Batería del Roldán, por si fuera de tú interés:

BATERÍA ANTIAÉREA DEL ROLDÁN:

“Esta batería antiaérea fue construida para el Regimiento de Artillería de Cartagena, entre noviembre de 1928 y mayo de 1929, según proyecto y dirección de obras del capitán de Ingenieros D. Ángel Ruíz Atencia. Se artilló entre marzo de 1931 y octubre de 1932 con cuatro cañones antiaéreos de 105/43,5 mm Vickers, modelo 1923, montaje fijo, con una cota media de 485, 76 metros, que realizaron sus primeras pruebas de fuego el 28 de abril de 1933.

Su alcance horizontal era de 13.200 metros y de 7.000 metros en altura. Dicha batería estaba dotada con una dirección de tiro de predictor corrector Vickers. Las obras de construcción de la pista militar de acceso comenzaron en mayo de 1931 y finalizaron el 31 de octubre de 1932, siendo muy laboriosas por la gran cantidad de roca que hubo que desmontar.
Su arquitectura, inspirada en líneas vanguardistas, nos recuerda las obras Gaudinianas y constituye una de las edificaciones más singulares de las construidas para la defensa de la Base Naval de Cartagena, del “Programa de defensa de 1926”.

Desde su cota, la más elevada de cuantas se artillaron, se domina un extenso sector de 360º, abarcando ampliamente las avenidas de aeronaves enemigas. En 1935, con la llegada de las nuevas baterías antiaéreas de 105/43 mm para Los Dolores y Sierra Gorda, se proyectó la modificación de su despliegue lineal para convertirlo en un trapecio mediante el retranqueo de la 2ª y 3ª pieza, modificación que se ejecutó en mayo de 1937.

Esta batería, junto con la de Conejos, Negrete, Atalayón, Los Dolores y Sierra Gorda, conformaron durante la Guerra Civil la principal defensa antiaérea de la Base Naval y ciudad de Cartagena, integrándose durante la contienda en la “DECA” (Defensa Especial Contra Aeronaves) con la denominación de 1ª Batería, y realizando en el periodo comprendido entre el 15 de abril de 1937 y el 21 de julio de 1938, 634 disparos contra la Aviación Nacional.

Durante los sucesos de marzo de 1939, abrió fuego el día 6 contra una escuadrilla de aviones nacionales, a la vez que recibía fuego de la Batería del Jorel, la que le obligó a cesar de su acción antiaérea. El día 1 de abril de 1940 permanecía en la situación de “en armas”, con la denominación de 5ª batería antiaérea. En el año 1944 permanecía en servicio encuadrada en la “Agrupación Especial de Costa y Campaña”. Un año más tarde pasó a denominarse Batería C-51.

En el mes de abril de 1959 realizó su último ejercicio de fuego, el 30 de marzo de 1960, a las 15:00 horas, hizo explosión el polvorín de este destacamento. Afortunadamente, a pesar de la gravedad de este suceso no hubo heridos. La Batería Antiaérea del Roldán quedó fuera de servicio en el año 1965, debido a la nueva reorganización del Ejército, con el llamado “Plan Meléndez Tolosa”.
Era frecuente en los destacamentos artilleros, como este del Roldán, que a finales de los años 50 seguían defendiendo la ciudad y Base Naval de Cartagena, la existencia de imágenes religiosas bajo cuya advocación se sentían protegidos los artilleros que allí moraban. El llamado “Cristo del Roldán”, presidía el patio de repuestos. Allí está su hornacina.”