Senda Costa Naviega (Barayo- Navia)

Senda Costa Naviega (Barayo- Navia)

Esta ruta, que discurre en su totalidad por el concejo naviego, es de las más bonitas y reconocidas de la costa asturiana. Fue en el año 1988 cuando el Grupo de Montaña "Peña Furada" la dio a conocer creando la primera travesía de la Costa Naviega, que desde entonces se viene celebrando anualmente, con un éxito importante de participación, llegando incluso a ser récord Guiness en el año 1991.

Iniciaremos la ruta en el Área recreativa/parking/mirador existente en la parte superior izquierda de la playa de Barayo, donde desemboca el río Barayo, límite de los concejos de Valdés y Navia y cuyo entorno da lugar a la llamada "Reserva Natural Parcial de Barayo". La senda Costa Naviega está balizada como PR - AS-293.

Como llegar al punto de partida: nos desplazamos por la A-8, tomamos la salida de Puerto de Vega, para incorporarnos a la N-634, dirección Luarca. Después de atravesar Villapedre, cogemos un desvío a la izquierda por la carretera local NV-2. Al llegar al pueblo de Vigo nos desviamos a la derecha hacia el aparcamiento.

Desde el mismo aparcamiento nos incorporamos a la senda que va bordeando la costa y desde donde se puede disfrutar de maravillosos paisajes terrestre/marinos: acantilados, playas, puntas, cabos, calas, islotes, ensenadas, miradores, puertos...A lo largo de gran parte del recorrido podemos contemplar grandes plantaciones de maíz forrajero, lo que indica la importancia de la ganadería en la zona.
Una vez pasadas las escaleras que descienden hacia la playa de Barayo, continuamos nuestra marcha hacia la punta de Los Anaos o Cuerno de Vigo, punta el Oligo y punta Romanellas con los islotes de Romanella, Pedrona y Comáxima. Si echamos la vista atrás se puede contemplar la punta el Forno, incluso se pueden aventurar los cabos Busto y Vidio.
Proseguimos la ruta bordeando el litoral por la ensenada de Canares, el castro de Vigo, punta del Castro, ensenada y picón de Asteiro, frente a los cuales se encontraban faenando tres pequeños pesqueros.
Poco a poco nos vamos acercando a la punta el Castillo, desde donde ya damos vista a Puerto de Vega, uno de los pueblos marineros más bonitos del Principado, que fue declarado Pueblo Ejemplar de Asturias en 1995.
Descendemos hacia el puerto, cruzando el mismo en dirección al aparcamiento, para ascender luego por una calle que enlaza con la ruta en el llamado Campo de La Atalaya.
En la Atalaya se puede contemplar el monumento a ese gran asturiano que fue Gaspar Melchor de Jovellanos, escritor, jurista y político, comprometido con el desarrollo económico y cultural de su país. En ese lugar destaca la Capilla de Nuestra Señora de la Atalaya.
La Atalaya es un mirador privilegiado de la costa hacia el oriente y especialmente hacia el occidente.
Ponemos rumbo al oeste, atravesando en un sube y baja continuo, prados y montes cercanos a la costa, siempre con el sendero próximo al acantilado y con unas vistas muy bonitas.
Pasamos por la playa de la Losera, antigua explotación de pizarra, donde vimos y hablamos con un vasco, que junto con otro, regresaban de hacer pesca submarina. La hora y el lugar aconsejaban dar buena cuenta de los bollos con chorizo que traía Javier.
Recuperadas fuerzas, seguimos avanzando. A esa hora el número de caminantes iba en aumento. Pasamos frente a la isla de Vega o Soirana y luego por el pinar de el Castiel, para descender y cruzar un pequeño río y llegar a la playa de Frejulfe.
La playa de Frejulfe está catalogada por el Principado de Asturias como Monumento Natural. Este amplio arenal, de color grisáceo, tiene una longitud aproximada de 800 metros y está bordeada por una zona arbolada de pinos y eucaliptos.
Continuamos la ruta por el bosque y luego por continuos rincones costeros, pasando junto a la playa de Fabal, de arenas doradas, la pequeñita playa de Coedo que alberga las instalaciones de una antigua cesárea abandonada, la playa de Las Rubias.
Vamos secos, cuando aparece ante nuestros ojos una fuente que vino a saciar momentáneamente nuestra sed.
Ya queda poco, después de la Bragada, la playa del Moro con su mirador, unos pasos más y estamos en la playa de Navia; en uno de sus chiringuitos aliviamos definitivamente nuestra sed.
A través del paseo marítimo accedemos a la villa de Navia, dando por concluida la ruta.