Senda da Moura (Arbo)

A Senda da Moura (Arbo) es una preciosa caminata de algo más de 10 kilómetros que tiene casi de todo: playa fluvial, molinos, aldeas abandonadas, amplias vistas de un valle, naturaleza, petroglifos e historias de romanos y de tropas napoleónicas.

Al ser circular se puede empezar en varios puntos. Nosotros escogimos un punto cerca del Couto de Mourentán, en donde se ubica "a Ponte de San Xoán" , famoso por ser allí donde tuvo lugar un hecho histórico importante. La emboscada que los habitantes de la zona le hicieron a las tropas napoleónicas que provenientes de Portugal se dirigían hacia Vigo.
La refriega debió ser tremenda como lo atestiguan las numerosas actas de defunción de los lugareños que son custodiadas hasta el día de hoy como un tesoro en el Concello de Arbo. Peor parados salieron los franceses quienes tuvieron que batirse en retirada.

El sendero está muy bien marcado con señales amarillo-blanco y , por tramos, coincide con la Vía Mariana.
Está muy bien señalizado y no hay pérdida posible.

El tramo hasta llegar a lo alto del Alto das Pedrizas es siempre cuesta arriba. A veces hay rampas fuertes pero siempre por pistas forestales limpias de maleza.

Hay, sin embargo, un punto de este primer tramo en el que hay que tomar una decisión: o bien seguir las flechas y seguir por la margen del río Deva con un paso muy complicado mientras no arreglen una pasarela que falta (seguramente se la llevó alguna crecida del río) o bien, desviarse por una carretera interior y enlazar con la ruta más adelante.
Como no lo sabíamos decidimos ir por el río aunque de haberlo sabido hubiésemos tomado la carretera. Nos pareció un poco peligroso porque un mal paso y la caída al río , que por allí lleva bastante corriente, podía ser muy desagradable, como poco.

Una vez en el punto más alto comienza la parte de paisajes más impresionantes de toda la ruta. Especialmente en el lugar llamado Couto da Moura, en donde han instalado un banco con un panorama de la zona muy bonito.
Dicen que por esa zona hay muchos petroglifos pero al no estar señalados y estar ya muy gastados no vimos ninguno.

El descenso es más suave y al llegar a la confluencia del río Deva con el Miño torcemos hacia la derecha y vamos remontando el río hasta llegar al puente de San Xoán, con su monolito conmemorativo de la batalla mencionada.
De allí al final de la caminata ya no hay casi nada.