Senda de la Sima de Villacadima
near Grado del Pico, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Esta ruta parte desde Grado del Pico, localidad segoviana enclavada entre la Sierra de Ayllón y Sierra Pela. Este pueblo aun conserva las señas de identidad de los pueblos segovianos tradicionales. Su pasado agrícola y ganadero se puede todavía intuir en sus prados, huertos, calles y casejas. Por otro lado, estamos en La Sierra de Ayllón, macizo montañoso más oriental de los que componen el Sistema Central y se extiende por las provincias de Segovia, Guadalajara y Madrid. Su vertiente norte es enteramente segoviana, el cordal principal de la sierra se compone de dos alineaciones que convergen en el Pico Buitrera, donde se produce un brusco cambio de dirección. La primera alineación enlaza con Somosierra en la Peña Cebollera o Tres Provincias (o tres comunidades autónomas). La segunda alineación y que nos atañe en esta ocasión sigue desde Buitrera dirección este hasta Grado del Pico, donde termina la Sierra de Ayllón y comienza la Sierra Pela.
En la Sierra de Ayllón es predominante la presencia de esquistos, pizarras y cuarcitas las cuales originan crestas afiladas en sus cumbres y laderas. En cuento a la vegetación, el piedemonte y el primer piso de las laderas serranas lo ocupan extensos robledales y algunos encinares. Por encima de estos se encontramos pinares de repoblación y en las zonas más alpinas abundan los brezos, la gayuba y el enebro rastrero.
En cuanto a la ruta en si, su gran atractivo reside en su carácter geomorfológico, ya que por el camino nos encontraremos diferentes formas de paisaje esculpido por el tiempo y la acción de los agentes climáticos que han creado un paisaje kárstico bastante singular. También vamos a poder deleitarnos con su flora: pino, encina, espino, jara o rosa mosqueta entre otros. Y su fauna: jabalí, corzo, zorro, buitre, tejón, picapinos, pinzón, carbonero, gorrión, jilguero, conejo, liebre o incluso lobo ibérico. Estás son algunas de las especies que podemos encontrarnos por el camino si le hacemos en silencio, la paz que transmite el lugar por donde vamos a transitar puede llegar a abrumar, silencio y desconexión podrían ser dos conceptos bien ligados a la ruta, pero también falta de señales de cobertura móvil, cosa que tendremos en cuenta en caso de necesitar hacer alguna llamada de emergencia
Comenzamos con la ruta en si, como hemos dicho, parte de la localidad de Grado del Pico, el coche le podemos dejar en una placetuela que hay a la entrada del pueblo (copia la localización): https://maps.app.goo.gl/bJ3e89Gw7fsRf14Y8, desde aquí partimos dirección sureste por un camino de tierra hacia el paraje conocido como "El Manadero", que coincide con el sitio donde se ubica el Balneario "La senda de los Caracoles". Nos encontraremos una primera intersección que proviene desde la carretera de Atienza, debemos seguir dirección sur hasta el Manadero, a la derecha podremos observar la imponente Dehesa Boyal, por donde transcurre el Río Aguisejo en sus primeros coletazos. En poco tiempo nos encontramos el balneario y el manadero, fenómeno geológico que se produce por la existencia de un acuífero subterráneo que atraviesa una zona de rocas calizas. Estas rocas son muy permeables y permiten que el agua circule por ellas, pero cuando encuentran una capa impermeable, el agua se acumula y busca una salida al exterior. Justo delante del manadero nos encontramos con una pared vertical que es usada para hacer escalada. Seguimos la senda dejando manadero y después balneario a nuestra izquierda, nos adentramos en un cañón esculpido por el agua.
Aproximadamente en el kilómetro 2.4 de nuestro recorrido, nos desviaremos para seguir el lecho seco del arroyo de la Sima. Empezaremos a ver que la vegetación se hace más espesa y que llegará un momento que atravesaremos un exuberante bosque de pinos, donde al principio el sendero puede parecer difuso, pero a medida que avanzamos, se torna más nítido y fácil de seguir.
Si nos vamos fijando en las imponentes balconadas podemos ir viendo diferentes formaciones rocosas e incluso alguna cueva.
Atención a la segunda intersección hacia la derecha, sobre el kilómetro 3.5, ya que el camino está marcado para seguir hacia Villacadima, y nosotros no debemos dejar en ningún momento el Arroyo de la Sima. Unos hitos en una ligera subida nos marcarán el camino correcto.
Seguimos hacia adelante cruzando más de una vez un muro de piedra antiguo que se extiende a lo largo del recorrido y que delimitaba las antiguas parcelas de labor que había en esta zona.
Hacia el kilómetro 4 del recorrido nos adentramos en la zona más boscosa, donde podremos observar seguramente las marcas que deja la fauna del lugar. Muy característico es también el musgo que tapiza todo el suelo del pinar.
En el kilómetro 4.5 salimos de la senda estrecha para encontrar un camino ancho que pica hacia arriba, no hay que dejar este camino hasta llegar al kilómetro 5.5 donde encontraremos un hito a mano derecho que marca que la Sima está allí mismo.
Enseguida distinguimos un descampado en un altiplano con un par de agujeros en el suelo, es la boca de entrada la Sima de Villacadima. La entrada al interior de la misma tiene varios escalones, pero hay que extremar la precaución ya que son escalones naturales con vegetación y estrechos.
Una vez dentro podemos contemplar el impresionante sumidero kárstico. Es el resultado de la erosión y disolución de la roca caliza durante miles de años.
Llegados a este punto podemos hacer una parada para reponer energía en la misma pradera de la Sima y después continuar desandando el camino hasta llegar de nuevo a nuestro punto de origen. El camino de vuelta requiere que prestemos atención a las imponentes balconadas y colinas que nos privan del horizonte, es un espectáculo para nuestros sentidos sin duda.
En la Sierra de Ayllón es predominante la presencia de esquistos, pizarras y cuarcitas las cuales originan crestas afiladas en sus cumbres y laderas. En cuento a la vegetación, el piedemonte y el primer piso de las laderas serranas lo ocupan extensos robledales y algunos encinares. Por encima de estos se encontramos pinares de repoblación y en las zonas más alpinas abundan los brezos, la gayuba y el enebro rastrero.
En cuanto a la ruta en si, su gran atractivo reside en su carácter geomorfológico, ya que por el camino nos encontraremos diferentes formas de paisaje esculpido por el tiempo y la acción de los agentes climáticos que han creado un paisaje kárstico bastante singular. También vamos a poder deleitarnos con su flora: pino, encina, espino, jara o rosa mosqueta entre otros. Y su fauna: jabalí, corzo, zorro, buitre, tejón, picapinos, pinzón, carbonero, gorrión, jilguero, conejo, liebre o incluso lobo ibérico. Estás son algunas de las especies que podemos encontrarnos por el camino si le hacemos en silencio, la paz que transmite el lugar por donde vamos a transitar puede llegar a abrumar, silencio y desconexión podrían ser dos conceptos bien ligados a la ruta, pero también falta de señales de cobertura móvil, cosa que tendremos en cuenta en caso de necesitar hacer alguna llamada de emergencia
Comenzamos con la ruta en si, como hemos dicho, parte de la localidad de Grado del Pico, el coche le podemos dejar en una placetuela que hay a la entrada del pueblo (copia la localización): https://maps.app.goo.gl/bJ3e89Gw7fsRf14Y8, desde aquí partimos dirección sureste por un camino de tierra hacia el paraje conocido como "El Manadero", que coincide con el sitio donde se ubica el Balneario "La senda de los Caracoles". Nos encontraremos una primera intersección que proviene desde la carretera de Atienza, debemos seguir dirección sur hasta el Manadero, a la derecha podremos observar la imponente Dehesa Boyal, por donde transcurre el Río Aguisejo en sus primeros coletazos. En poco tiempo nos encontramos el balneario y el manadero, fenómeno geológico que se produce por la existencia de un acuífero subterráneo que atraviesa una zona de rocas calizas. Estas rocas son muy permeables y permiten que el agua circule por ellas, pero cuando encuentran una capa impermeable, el agua se acumula y busca una salida al exterior. Justo delante del manadero nos encontramos con una pared vertical que es usada para hacer escalada. Seguimos la senda dejando manadero y después balneario a nuestra izquierda, nos adentramos en un cañón esculpido por el agua.
Aproximadamente en el kilómetro 2.4 de nuestro recorrido, nos desviaremos para seguir el lecho seco del arroyo de la Sima. Empezaremos a ver que la vegetación se hace más espesa y que llegará un momento que atravesaremos un exuberante bosque de pinos, donde al principio el sendero puede parecer difuso, pero a medida que avanzamos, se torna más nítido y fácil de seguir.
Si nos vamos fijando en las imponentes balconadas podemos ir viendo diferentes formaciones rocosas e incluso alguna cueva.
Atención a la segunda intersección hacia la derecha, sobre el kilómetro 3.5, ya que el camino está marcado para seguir hacia Villacadima, y nosotros no debemos dejar en ningún momento el Arroyo de la Sima. Unos hitos en una ligera subida nos marcarán el camino correcto.
Seguimos hacia adelante cruzando más de una vez un muro de piedra antiguo que se extiende a lo largo del recorrido y que delimitaba las antiguas parcelas de labor que había en esta zona.
Hacia el kilómetro 4 del recorrido nos adentramos en la zona más boscosa, donde podremos observar seguramente las marcas que deja la fauna del lugar. Muy característico es también el musgo que tapiza todo el suelo del pinar.
En el kilómetro 4.5 salimos de la senda estrecha para encontrar un camino ancho que pica hacia arriba, no hay que dejar este camino hasta llegar al kilómetro 5.5 donde encontraremos un hito a mano derecho que marca que la Sima está allí mismo.
Enseguida distinguimos un descampado en un altiplano con un par de agujeros en el suelo, es la boca de entrada la Sima de Villacadima. La entrada al interior de la misma tiene varios escalones, pero hay que extremar la precaución ya que son escalones naturales con vegetación y estrechos.
Una vez dentro podemos contemplar el impresionante sumidero kárstico. Es el resultado de la erosión y disolución de la roca caliza durante miles de años.
Llegados a este punto podemos hacer una parada para reponer energía en la misma pradera de la Sima y después continuar desandando el camino hasta llegar de nuevo a nuestro punto de origen. El camino de vuelta requiere que prestemos atención a las imponentes balconadas y colinas que nos privan del horizonte, es un espectáculo para nuestros sentidos sin duda.
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