Senda de los Gudaris - Piedra Ventana - Cerro de la Silleta - Silleta del Manar - Vereda de los Perros Muertos.

Hoy me desplacé a la sierra del Manar, entre Dúrcal y Padul, para hacer una ruta en la que Galo llevaba insistiendo desde hace mucho tiempo. De no ser porque se encuentra cerca de Sierra Nevada estaríamos hablando de unas elevaciones importantes (varios de sus picos superan los 1.500 m.), pero aquí, en las estribaciones del coloso granadino, el resto de cumbres quedan empequeñecidas por los tres miles que se despliegan tras ellas.

Salimos de la colada de Blas de Haro y encaramos la vereda de la Cantera, que recorremos durante 2,5 km con vistas hacia los humedales de Padul y más a lo lejos el valle de Lecrín, hasta encontrar la senda de los Gudaris. En Padul se ubicó el campo de concentración de Casa Grande, por el que pasaron más de cinco mil presos políticos, en su mayoría procedentes de las vascongadas; con esa mano de obra esclava se abrieron las sendas de repoblación que recorremos ahora por estas sierras. A través de los espesos pinares que fueron plantados gracias a los trabajos forzados de estos gudaris, llegamos a un capricho de la naturaleza al que se ha bautizado como Piedra Ventana; se trata de un gran arco pétreo de importantes dimensiones que se recorta sobre la ladera de la sierra, una forma caprichosa en forma de óvalo, adornado por una especie de pináculo que lo asemeja al marco de un espejo antiguo.

Tras un buen rato disfrutando de esta rareza seguimos camino hacia el cerro de la Silleta o Silleta del Padul. desde donde tenemos unas excelentes vistas que nos muestran la inmensidad de la vega granadina, con la sierra Tejeda, Almijara y Lújar hacia el sur, siguiendo de derecha a izquierda la prolongada loma que desciende desde el Caballo, tras el que aparecen los tajos de la Virgen y el Veleta; después nuestra vista se fija en los Alayos y el Trevenque, para volver a el área metropolitana de Granada y su vega. Descendemos de la Silleta y decidimos bordear los picos que siguen por su cara norte, en busca del puerto de la Mala Mujer, pero a medio camino cambiamos de opinión y vemos un acceso sencillo al pico de mayor elevación de la sierra del Manar (1.532m.) que se sitúa en el final de la cresta que empieza en la Silleta. Las vistas desde aquí son similares y nos detenemos menos tiempo que en la cima anterior.

Volvemos sobre nuestros pasos y nos encaminamos al collado para, desde allí, subir a la Silleta del Manar que con 1.476 m. marca el otro extremo de la sierra. Además de todo lo anterior, desde aquí tenemos unas vistas más próximas al río Dílar y a los impresionantes barrancos que nos separan de él. Volvemos hacia la senda de los Gudaris por la que comenzamos un descenso que finaliza en un amplio carril que tras mil revueltas acaba en la Zubia y que nosotros seguimos en dirección ascendente en busca de la vereda de los Perros Muertos, que nos llevará por el espeso pinar que crece en la loma de las Vacas hasta el lugar donde habíamos dejado los coches.