Senda del Cares

Ruta que transcurre a lo largo de la garganta del río Cares entre Poncebos (Asturias) y Caín de Valdeón (León).


Hay que tener en cuenta que la zona donde estaremos es muy cerrada y la señal GPS (así como la cobertura) se pierde con frecuencia. Por ese motivo, la longitud de la ruta no es muy exacta, así como el desnivel, que para nada tiene esos picos (tanto la subida como la bajada es progresiva). Por suerte, disponemos de los datos del Parque Nacional (ruta PR-PNPE 3).


Esta es una de las rutas más famosas dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa, con un montón de afluencia especialmente en verano. Discurre por el desfiladero del río Cares, espacio conocido como "La garganta divina" debido a su espectacularidad. Es un sendero bien marcado sin ninguna otra complicación que su longitud de ida y vuelta, aunque se puede contratar un servicio de taxi que conecta las dos ciudades por carretera.

Durante el verano y la Semana Santa es muy concurrida, creando grandes problemas de tráfico de vehículos y estacionamiento. Por esta razón y durante la temporada alta, en el pueblo de Las Arenas de Cabrales hay grandes aparcamientos y autobuses que conectan con el inicio de la ruta y el también famoso funicular de Bulnes.

El origen de esta ruta se remonta a principios del siglo XX cuando fue construido el canal que lleva las aguas del río Cares desde Caín hasta la central hidroeléctrica de Poncebos.

Cómo llegar: para hacer la ruta desde Poncebos debemos llegar al pueblo de Las Arenas (Cabrales) a través de la carretera AS-114, en la provincia de Asturias, y tomar dirección Poncebos y el funicular de Bulnes por la AS-264. Pasado el pueblo de Poncebos está el aparcamiento del teleférico de Bulnes, justo cruzando el río tras un túnel. Si se sigue la carretera sin pasar por el puente ni desviar-nos, llegamos a la pista donde empieza la ruta, pero hay menos espacio para dejar el coche.

Datos del recorrido:
Distancia: 12 km de ida - 24 km ida y vuelta.
Desnivel acumulado: 460 metros. A la ida unos 300 m de subida y 160 de bajada. Al revés de vuelta.
Duración: 3 h 15’ a buen ritmo. En total unas 6 h 30’ sin paradas.
Dificultad: media por su longitud si se hace de ida y vuelta, pero no tiene pérdida y el desnivel es asequible.
Época: en verano hay muchas horas del sol, pero también mucha insolación directa y un montón de gente, así que mejor salir con las primeras luces del día. Si la ruta se realiza en otoño-invierno, tendremos menos horas de luz y es mejor salir pronto.
Recomendaciones: Palos (muy útil para facilitar el descenso), zapatos y ropa cómoda o de montaña, comida y agua (no hay ninguna fuente tratada ni puntos de venta hasta Caín). En verano es mejor llevar sombrero y protector solar. Si vas con niños, deberás tenerlos vigilados en todo momento y que vayan por el lado de la roca, nunca del precipicio. Los perros deben ir atados y no se puede hacer la ruta en bicicleta.
Si no estás acostumbrado a caminar bastante o no quieres cansarte demasiado, tienes la opción de dar media vuelta y no llegar al destino. En ese caso, es mejor hacer la ruta desde el pueblo de Caín, ya que te ahorras el mayor desnivel.

La ruta comienza en el estacionamiento del funicular de Bulnes, donde hay espacio suficiente si llegamos temprano por la mañana y en temporada baja. Dos kilómetros antes hay un gran aparcamiento, pero ten en cuenta esta distancia que alargaría la ruta andando, ya que fuera de temporada alta no tiene conexión con autobuses.

Desde el coche cruzamos el puente sobre el río y vamos a la izquierda, subiendo por la carretera al lado de algún hotel y restaurantes. Seguimos la carretera pasando por un túnel y unos metros más allá vemos el cartel de una a ruta que va hacia la izquierda, cruzando el río por el puente de la Jaya, en dirección Bulnes. Debemos continuar por la carretera hasta la pista de tierra donde existe la posibilidad de dejar el coche, pero que generalmente se llena rápido. Aquí vemos la casa del parque, donde puede solicitar información y obtener un mapa general del parque nacional con las reglas de acceso a este. Al lado veremos el cartel de la ruta que seguiremos y, a la derecha, el palo que marca el inicio de la ruta del Cares. Se inicia ascendiendo por un camino de piedras, primero estrecho y luego un poco más ancho. Es necesario tener en cuenta la posible caída de rocas a lo largo de este tramo porque vamos junto a un terreno peligroso y también puede haber cabras.

Durante la subida pasaremos junto a unas antiguas barracas en ruinas usadas por los trabajadores del canal.

Tras poco más de 3 km de subida constante, llegaremos a un pequeño llano, “los Collaos”, perfecto para reponer fuerzas. Seguimos por un tramo de ligera bajada y a partir de aquí el resto es llano, no se aprecia la pendiente.

Tras unos 5 km de recorrido pasaremos por un pequeño puente de madera que salva un torrente, prácticamente sin agua cuando hice la ruta.

A mitad del recorrido está el caserío de Culiembru, una zona ancha y llena de cabras, donde parte el camino que sube hacia Covadonga. Y un poco más adelante se encuentra la pasarela de Los Martínez, construida en 2012 cuando un desprendimiento dejó cortada la senda durante meses. Se encuentra a mucha altura sobre el río y tiene una pequeña reja en el suelo no apta para quienes sufren vértigo.

Seguiremos varios km por esta bonita senda, donde veremos entrar y salir el canal, pasaremos algunas zonas más estrechas en la piedra y otras más anchas y llenas de vegetación.

Alrededor del km 10 está el puente Bolín, el primero de metal, y muy cerca el de Los Rebecos. Aquí ya se nota como se cierra la garganta y nos vamos acercando al nivel del río.

Justo antes de la zona de túneles, cerca de una compuerta del canal, hay un camino que se desvía a la izquierda, cruzando el río por un puente de madera, hacia un caserío. Vemos también unas pequeñas pozas.

Entrando en la zona más estrecha de la garganta, están los túneles donde entramos y salimos de la roca, húmedos y con poca luz, pero con encanto. Y al final se encuentra la presa de Caín. La cruzamos y seguimos el camino cerca del agua del embalse, para pasar el último puente justo a los pies de Caín.

En Caín podremos descansar, comer y beber e incluso dormir si no os veis con ganas de volver hasta el coche.



Esta publicación forma parte de un trabajo escolar. Descripción de la ruta en catalán y con más detalles: