238. Senda del Cartero: De Los Altos al Ebro
near Pesquera de Ebro, Castilla y León (España)
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📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 66 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 557 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Las recientes lluvias nos habían depositado en el otoño; como sin darnos cuenta.
Pero era el otoño del calendario. La realidad, en cambio, sostenía que habíamos regresado al verano. El ‘veranillo’ de finales de septiembre. Jornadas de pleno sol y veintimuchos grados.
Sí, pero con noches de 5 y 6 grados. Noches comiéndose al día. Tanto, que, para aprovechar una mañana de marcha, había que salir de casa muy a oscuras y llegar a destino al amanecer.
Así fue. En las inmediaciones de Pesquera de Ebro, a las 8 h am, la penumbra aún se enseñoreaba del valle. Los abruptos acantilados por los que queríamos subir, de espaldas a la luz del naciente, nos miraban como inmensos muros tenebrosos.
--“¿Y dices que tenemos que trepar por ahí? ¿Hast’arriba? ¿Con más de 400 metros de desnivel neto?”.
--“Sí, ‘sobre el papel’, el mapa dice que se puede. Confía en la teoría. Tiempo habrá de falsarla, si procede. Mientras tanto, verifiquemos nuestros arrestos”.
--“Ya…. ¿Pero tú ves algún resquicio en esos paredones verticales?”.
--“Bueno, ahora aún no veo nada de nada, pero seguro que aparecen en cuanto encienda la linterna…. ‘Tranqui’, no me refiero a la mía, sino a la farola del sereno”.
Diez minutos después, llegábamos a los bajos de uno de los majestuosos cerros rocosos que cierran el valle por oriente. La luz del sol empezaba a acariciar las cumbres del otro lado.
Eso nos infundió ánimos. “¡Ya son nuestros!”.
LA RUTA
En Pesquera de Ebro, la vega le da un descanso al río, recién superados los angostos cañones hendidos por él trabajosamente en la roca. Aún tendrá el Ebro que habérselas con más obstáculos; después de este recreo.
No es necesario llegar hasta Pesquera. Así se ahorran los pies casi un km de carretera (y le ahorramos al pueblo un coche en sus apretadas calles). Hay antes un pequeño aparcamiento en la confluencia de las carreteras BU-V-5143 y 5145.
Ya caminando, y tras poco más de un centenar de metros por la 5145, hacemos un giro a la derecha. La pista se convierte en senderillo. Todo seguido, todo para arriba; mayormente, entre encinas.
Son 2,5 km de ascenso, a trechos pedregoso, a ratos herboso. Mucho menos fieros de lo que les pintaba la imaginación. Zigzagueando. La pendiente promedio no llega al 15%. Y con un descansillo hacia la mitad.
Una vez arriba, desde el km 2,8 hasta Cubillo del Butrón (km 4,7 a 5,9) es un paseo; lo más va por buen camino y con buenas vistas. Aunque no es necesario llegar hasta Cubillo y su iglesia en ruinas, bien merecen un esfuerzo.
Desde Cubillo hasta Porquera del Butrón (km 7,7) atravesamos un páramo arbustivo. Otro fácil y agradable paseo. Un cazador ‘hippy’ y su perro contemplaban beatíficos, extasiados, las nubes; no deseaban romper la calma del bello día.
En Porquera nos zambullimos bajo cubierta vegetal por la Senda del Cartero. Hasta el caserío de Colina (km 12,8), ya de vuelta al valle del Ebro. Es un delicioso y largo descenso por un interminable bosque de robles y hayas, sobre todo.
Caminaremos luego por carretera 800 m (sin circulación y con orillas practicables) hasta un poco más allá del turbador y hermoso paso estrecho, o ‘cluse’, de La Calzada (km 13,5).
Allí nos desviamos por la derecha, siguiendo el GR-99 o Camino Natural del Ebro, siempre a la vera del río, hasta el km 16,2. Salimos de nuevo a la carretera otros 500 m hasta el final.
Posibles Dificultades:
Temíamos un ascenso dificultoso (o peor), sea por mal terreno o por orientación complicada. No lo fue especialmente. Naturalmente, esa subida no puede hacerse al canicojo ni a ciegas, pero es llevadera, sin pérdida y sin peligro.
Todo lo demás es sencillo, tanto en demandas físicas como en navegación espacial.
Si alguien necesita ahorrar trayecto, en el km 3,7 puede desviarse por la izquierda (siguiendo la pista), y enlazar enseguida con el (actual) km 6,5. El ahorro neto sería de 2,2 km. Se perdería Cubillo del Butrón.
DESTACADO
Es esta una ruta muy variada, con ambientes muy diversos.
Barrancos, roquedales y crestas de aúpa. Páramos cubiertos de vegetación y todavía coloreados. Densos bosques de montaña y también corredores de ribera. Más el río Ebro.
Eso, de cerca; por no mencionar las panorámicas lejanas en un día con visibilidad nítida.
Y cuatro pueblos…. Empecemos por ellos.
(1) Los Pueblos:
En *Pesquera de Ebro no entramos. Merece la pena, pero ya lo conocíamos de varias rutas previas (por ej., [1]). [1] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/canon-del-ebro-entre-pesquera-y-el-rudron-121743604
A *Porquera del Butrón apenas lo tocamos tangencialmente. También lo conocíamos de otra ocasión [2]. [2] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-los-altos-al-ebro-125931297
De *Colina quedan dos casas (si acaso). Pero tuvo una iglesia propia, que aún mantiene sus ruinas en pie. Su proyección visual contra la modernidad de los aerogeneradores sobre las crestas del norte te deja suspendido.
Colina también nos era familiar ([3]). [3] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/valle-de-zamanzas-120353840
Así que, como total novedad, nos quedaba *Cubillo del Butrón. Había que aprovecharlo y honrarlo con un esfuerzo adicional, desviándonos. Dentro del pueblo hay una curiosa ermita, con el campanillo colgado de un gran árbol en el exterior.
Además, en las afueras de Cubillo resiste a duras penas su iglesia. Decrépita y abandonada: La ermita, más cercana, le sisó la clientela. Le han puesto un armazón interior. Para prolongar su último aliento, evocando(nos) el esplendor de su pasado.
(2) El Entorno:
Pesquera se remansa en una profunda hondonada junto a los meandros del Ebro; amurallada por altos cerros (de más de 400 metros) alrededor. Un cuadro.
El valle se estrangula entre el cañón, en un extremo, y el paso estrecho de La Calzada, en el otro. En éste destellan sus comprimidas, atormentadas crestas al sol y ponen los pelos de punta sus colmillos.
Luego están los altos (de Los Altos). Proporcionan deleite panorámico: por el sur, los tajos broncos en las gargantas del Ebro y el Rudrón; hasta Peña Amaya y Peña Castro. Por el norte, los afilados penachos de Sierra Albuera; hasta los picos Cielma y Tureña.
El propio Ebro también hace su aportación a la gala. Al amanecer, desprendía vapores de niebla. Más tarde, a pleno sol, sesteaba calmoso tras la tupida vegetación. En algunos tramos bostezaba rumoroso, como recordándonos quién fue el zapador.
Y, finalmente, está el bosque de hayas y robles por el que discurre la Senda del Cartero. Aislamiento total. Pero si estuvimos en un tris de encontrarnos con algún chamarilero ambulante, con su mochilón de cachivaches…. Allí era fácil figurarse su aparición.
ANÉCDOTA
Hubo varios hechos curiosos que bien podrían servir como anécdota. Todos en tono positivo.
... Como fue el caso del hombre en el suelo reparando un tractor en Colina, tiznado de polvo y grasa, a quien preguntamos si necesitaba ayuda: --“Calle, no les vaya a decir que sí y les pongo en un aprieto...”.
Y más. Pero elegiré uno que nos tocó fibras sensibles.
Bajábamos por la Senda del Cartero, hacia el km 12 de la ruta; en pleno bosque; como un km antes de Colina.
Un hombre había aparcado un sencillo todo-terreno en una camera lateral. Un cordón (un ‘pastor’) cruzaba de lado a lado el camino. Con colgantes plásticos de colores, para que fuera bien visible a posibles transeúntes. Un detalle.
Sirven esos ‘pastores’ (a menudo, electrificados; con poco voltaje) como cercados para impedir que el ganado se salga de las zonas de pastos. Los caminantes pueden sobrepasarlos fácilmente.
En este caso, además, el cordón tenía un asidero de goma en un lado, un muelle y una anilla; para soltar y sujetar, sin molestia alguna; muy práctico. Ni pinchos ni nada….
--”Pasen por encima con cuidado; no se vayan a enganchar en los pies”, nos dijo el hombre (un ganadero local).
Nótese que él ya lo había soltado (y colocado en el suelo) al vernos llegar; para facilitarnos aún más las cosas. Como poniéndonos una alfombra. A eso se le llama amabilidad.
--”¿Han pasado por otro cordón como éste más arriba...?”..., nos preguntó.
Se le notaba con deseo de hacer la pregunta crítica, pero como que no se atrevía, azorado; quizá pensando si nos ofendería al hacerlo.
Le eché una mano: --”No se preocupe. Estaba cerrado y así ha quedado. Somos gente de bien y, además, sensibles a las preocupaciones de los ganaderos”.
Sonrió y nos lo agradeció aliviado: --”Es que hace poco alguien dejó un paso abierto y se me perdieron varias vacas. Me ‘costó Dios y ayuda’ localizarlas. Y varios días”.
Duele imaginarse al buen hombre pensando a todas horas (¿dormirá tranquilo?) si alguien (por negligencia, o algo incluso menos disculpable) habrá dejado abierto su cercado.
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 66 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 557 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Las recientes lluvias nos habían depositado en el otoño; como sin darnos cuenta.
Pero era el otoño del calendario. La realidad, en cambio, sostenía que habíamos regresado al verano. El ‘veranillo’ de finales de septiembre. Jornadas de pleno sol y veintimuchos grados.
Sí, pero con noches de 5 y 6 grados. Noches comiéndose al día. Tanto, que, para aprovechar una mañana de marcha, había que salir de casa muy a oscuras y llegar a destino al amanecer.
Así fue. En las inmediaciones de Pesquera de Ebro, a las 8 h am, la penumbra aún se enseñoreaba del valle. Los abruptos acantilados por los que queríamos subir, de espaldas a la luz del naciente, nos miraban como inmensos muros tenebrosos.
--“¿Y dices que tenemos que trepar por ahí? ¿Hast’arriba? ¿Con más de 400 metros de desnivel neto?”.
--“Sí, ‘sobre el papel’, el mapa dice que se puede. Confía en la teoría. Tiempo habrá de falsarla, si procede. Mientras tanto, verifiquemos nuestros arrestos”.
--“Ya…. ¿Pero tú ves algún resquicio en esos paredones verticales?”.
--“Bueno, ahora aún no veo nada de nada, pero seguro que aparecen en cuanto encienda la linterna…. ‘Tranqui’, no me refiero a la mía, sino a la farola del sereno”.
Diez minutos después, llegábamos a los bajos de uno de los majestuosos cerros rocosos que cierran el valle por oriente. La luz del sol empezaba a acariciar las cumbres del otro lado.
Eso nos infundió ánimos. “¡Ya son nuestros!”.
LA RUTA
En Pesquera de Ebro, la vega le da un descanso al río, recién superados los angostos cañones hendidos por él trabajosamente en la roca. Aún tendrá el Ebro que habérselas con más obstáculos; después de este recreo.
No es necesario llegar hasta Pesquera. Así se ahorran los pies casi un km de carretera (y le ahorramos al pueblo un coche en sus apretadas calles). Hay antes un pequeño aparcamiento en la confluencia de las carreteras BU-V-5143 y 5145.
Ya caminando, y tras poco más de un centenar de metros por la 5145, hacemos un giro a la derecha. La pista se convierte en senderillo. Todo seguido, todo para arriba; mayormente, entre encinas.
Son 2,5 km de ascenso, a trechos pedregoso, a ratos herboso. Mucho menos fieros de lo que les pintaba la imaginación. Zigzagueando. La pendiente promedio no llega al 15%. Y con un descansillo hacia la mitad.
Una vez arriba, desde el km 2,8 hasta Cubillo del Butrón (km 4,7 a 5,9) es un paseo; lo más va por buen camino y con buenas vistas. Aunque no es necesario llegar hasta Cubillo y su iglesia en ruinas, bien merecen un esfuerzo.
Desde Cubillo hasta Porquera del Butrón (km 7,7) atravesamos un páramo arbustivo. Otro fácil y agradable paseo. Un cazador ‘hippy’ y su perro contemplaban beatíficos, extasiados, las nubes; no deseaban romper la calma del bello día.
En Porquera nos zambullimos bajo cubierta vegetal por la Senda del Cartero. Hasta el caserío de Colina (km 12,8), ya de vuelta al valle del Ebro. Es un delicioso y largo descenso por un interminable bosque de robles y hayas, sobre todo.
Caminaremos luego por carretera 800 m (sin circulación y con orillas practicables) hasta un poco más allá del turbador y hermoso paso estrecho, o ‘cluse’, de La Calzada (km 13,5).
Allí nos desviamos por la derecha, siguiendo el GR-99 o Camino Natural del Ebro, siempre a la vera del río, hasta el km 16,2. Salimos de nuevo a la carretera otros 500 m hasta el final.
Posibles Dificultades:
Temíamos un ascenso dificultoso (o peor), sea por mal terreno o por orientación complicada. No lo fue especialmente. Naturalmente, esa subida no puede hacerse al canicojo ni a ciegas, pero es llevadera, sin pérdida y sin peligro.
Todo lo demás es sencillo, tanto en demandas físicas como en navegación espacial.
Si alguien necesita ahorrar trayecto, en el km 3,7 puede desviarse por la izquierda (siguiendo la pista), y enlazar enseguida con el (actual) km 6,5. El ahorro neto sería de 2,2 km. Se perdería Cubillo del Butrón.
DESTACADO
Es esta una ruta muy variada, con ambientes muy diversos.
Barrancos, roquedales y crestas de aúpa. Páramos cubiertos de vegetación y todavía coloreados. Densos bosques de montaña y también corredores de ribera. Más el río Ebro.
Eso, de cerca; por no mencionar las panorámicas lejanas en un día con visibilidad nítida.
Y cuatro pueblos…. Empecemos por ellos.
(1) Los Pueblos:
En *Pesquera de Ebro no entramos. Merece la pena, pero ya lo conocíamos de varias rutas previas (por ej., [1]). [1] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/canon-del-ebro-entre-pesquera-y-el-rudron-121743604
A *Porquera del Butrón apenas lo tocamos tangencialmente. También lo conocíamos de otra ocasión [2]. [2] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-los-altos-al-ebro-125931297
De *Colina quedan dos casas (si acaso). Pero tuvo una iglesia propia, que aún mantiene sus ruinas en pie. Su proyección visual contra la modernidad de los aerogeneradores sobre las crestas del norte te deja suspendido.
Colina también nos era familiar ([3]). [3] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/valle-de-zamanzas-120353840
Así que, como total novedad, nos quedaba *Cubillo del Butrón. Había que aprovecharlo y honrarlo con un esfuerzo adicional, desviándonos. Dentro del pueblo hay una curiosa ermita, con el campanillo colgado de un gran árbol en el exterior.
Además, en las afueras de Cubillo resiste a duras penas su iglesia. Decrépita y abandonada: La ermita, más cercana, le sisó la clientela. Le han puesto un armazón interior. Para prolongar su último aliento, evocando(nos) el esplendor de su pasado.
(2) El Entorno:
Pesquera se remansa en una profunda hondonada junto a los meandros del Ebro; amurallada por altos cerros (de más de 400 metros) alrededor. Un cuadro.
El valle se estrangula entre el cañón, en un extremo, y el paso estrecho de La Calzada, en el otro. En éste destellan sus comprimidas, atormentadas crestas al sol y ponen los pelos de punta sus colmillos.
Luego están los altos (de Los Altos). Proporcionan deleite panorámico: por el sur, los tajos broncos en las gargantas del Ebro y el Rudrón; hasta Peña Amaya y Peña Castro. Por el norte, los afilados penachos de Sierra Albuera; hasta los picos Cielma y Tureña.
El propio Ebro también hace su aportación a la gala. Al amanecer, desprendía vapores de niebla. Más tarde, a pleno sol, sesteaba calmoso tras la tupida vegetación. En algunos tramos bostezaba rumoroso, como recordándonos quién fue el zapador.
Y, finalmente, está el bosque de hayas y robles por el que discurre la Senda del Cartero. Aislamiento total. Pero si estuvimos en un tris de encontrarnos con algún chamarilero ambulante, con su mochilón de cachivaches…. Allí era fácil figurarse su aparición.
ANÉCDOTA
Hubo varios hechos curiosos que bien podrían servir como anécdota. Todos en tono positivo.
... Como fue el caso del hombre en el suelo reparando un tractor en Colina, tiznado de polvo y grasa, a quien preguntamos si necesitaba ayuda: --“Calle, no les vaya a decir que sí y les pongo en un aprieto...”.
Y más. Pero elegiré uno que nos tocó fibras sensibles.
Bajábamos por la Senda del Cartero, hacia el km 12 de la ruta; en pleno bosque; como un km antes de Colina.
Un hombre había aparcado un sencillo todo-terreno en una camera lateral. Un cordón (un ‘pastor’) cruzaba de lado a lado el camino. Con colgantes plásticos de colores, para que fuera bien visible a posibles transeúntes. Un detalle.
Sirven esos ‘pastores’ (a menudo, electrificados; con poco voltaje) como cercados para impedir que el ganado se salga de las zonas de pastos. Los caminantes pueden sobrepasarlos fácilmente.
En este caso, además, el cordón tenía un asidero de goma en un lado, un muelle y una anilla; para soltar y sujetar, sin molestia alguna; muy práctico. Ni pinchos ni nada….
--”Pasen por encima con cuidado; no se vayan a enganchar en los pies”, nos dijo el hombre (un ganadero local).
Nótese que él ya lo había soltado (y colocado en el suelo) al vernos llegar; para facilitarnos aún más las cosas. Como poniéndonos una alfombra. A eso se le llama amabilidad.
--”¿Han pasado por otro cordón como éste más arriba...?”..., nos preguntó.
Se le notaba con deseo de hacer la pregunta crítica, pero como que no se atrevía, azorado; quizá pensando si nos ofendería al hacerlo.
Le eché una mano: --”No se preocupe. Estaba cerrado y así ha quedado. Somos gente de bien y, además, sensibles a las preocupaciones de los ganaderos”.
Sonrió y nos lo agradeció aliviado: --”Es que hace poco alguien dejó un paso abierto y se me perdieron varias vacas. Me ‘costó Dios y ayuda’ localizarlas. Y varios días”.
Duele imaginarse al buen hombre pensando a todas horas (¿dormirá tranquilo?) si alguien (por negligencia, o algo incluso menos disculpable) habrá dejado abierto su cercado.
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Ayer hicimos este maravilloso y variado recorrido, era un día estupendo para caminar pero, exceptuando la primera hora, muy gris. A pesar de que nuestras imágenes no son tan luminosas como las vuestras, no han quedado mal. Gracias, maisid, por compartirlo.
Gracias, Manu Arroyo. La recuerdo como una ruta 'completa'. Muy variada. Espero revivirla con tu propia crónica.