Senda del Cartero-Peña Salón-Senda Vibolines

Tras aparcar el coche frente al comienzo de la senda del cartero (hay sitio para unos tres vehículos) comenzamos esta ruta perfectamente señalizada que nos lleva hasta Biamón, salvando un fuerte desnivel y que, a pesar del aviso inicial, en principio no presenta mayores problemas.
En este pueblo recomiendo tomarse un respiro y, si se puede, hablar con el único vecino del mismo, de 94 años, que vive con su hijo y su nuera, y que me contó que el famoso cartero era en realidad su cuñado que bajaba casi todos los días a recoger el correo para los habitantes del pueblo (nueve vecinos en su época de esplendor).
Me describió con inevitable nostalgia las huertas que existían donde ahora solo hay malas hierbas y maleza y cómo el ganado se subía a las buenas praderías existentes en la collada Nochendi. Un lujo poder hablar con gente así. (También me contó un chiste, como él lo llamó, refiriéndose a los apelativos de los habitantes de los pueblos de alrededor).
Se continúa hacia este collado por un camino que sale del pueblo (camino de la tobera) y que va marcado hasta la misma collada, donde gira hacia la izquierda sin pérdida y que, atravesando un bosque en el que se diluye un poco (foto 1), llega a la cueva del Toyu, un estrecho paso en la roca.
A la salida nos encontramos la primera “dificultad”, que es un corto paso algo estrecho que se ve según sales de la cueva tal y como aparece en la foto 2 y que a mi me pareció que apenas tenía patio. Si miras en algunos blogs de montaña este paso lo fotografían una vez superado, con lo que en la foto parece mucho más impresionante de lo que en realidad es.
Ahora nos dirigimos a una especie de collado desde donde vemos una magnifica imagen del Tiatordos (foto 3). Aquí el sendero y la lógica parece que nos llevan a recorrer el camino que yo seguí (línea roja en esta misma foto), pero supongo que se me escapó el camino bueno, que tiene que ir más hacia la izquierda, hacia arriba, ya que si seguís esa línea roja os encontraréis justo donde la termino con un sedo muy estrecho y muy aéreo, con mucho patio y casi sin agarres, que encima hay que comenzar a atravesar agachado, con lo que no recomiendo demasiado este paso.
Una vez superado y vuelta la vista atrás se puede ver que por encima de donde yo pasé la ruta no presenta ninguna dificultad (en foto 4 la línea roja marca la salida del sedo, que aquí no se ve y la azul la que creo que hubiera sido el paso correcto).
Con la adrenalina aun en el cuerpo nos vamos a la collada Baxenu, de donde sale un camino que sigue un tendido de cables y que nos lleva sin problemas ya hasta la cumbre de Peña Salón.
Para volver nos dirigimos de nuevo a la collada Baxenu y buscamos un sendero que baja por la pradera hacia Víboli (foto 5). En algún punto se pierde un poco pero tenemos claro hacia dónde queremos ir, así que tras internarnos en un bosque enseguida topamos con un camino que nos lleva al barrio alto del pueblo.
Apenas entramos en él y enseguida debemos girar a nuestra izquierda para coger el Sendero Vibolines o Sendero de la Peña (si tienes vértigo y llegaste hasta aquí evitando el sedo, te recomiendo que el regreso al vehículo lo hagas por la carretera, ya de por sí espectacular y sin tráfico, recorriendo junto al arroyo las espectaculares foces de Cándano primero y de los Andamios después).
Este sendero va tallado por la roca y en seguida gana bastante altura, tiene mucho patio pero no presenta otra dificultad. Lo peor quizá sea la salida de la cueva que hay en medio del mismo, pero de nuevo impresiona más antes de entrar en faena que una vez metidos en ella.
Superado esto avanzamos unos metros más y tras girar en un recodo del sendero de repente cambia totalmente el panorama y vemos lo que muestra la foto 6, una apacible ladera cubierta de bosque y pradera que atravesamos siguiendo aproximadamente la línea y que nos llevará a Casielles.
En Casielles, en la iglesia cogemos la pista que va a Biamón y enseguida aparece a la derecha una pista hormigonada al principio y que, en bajada ya, nos lleva a la abandonada aldea de Caviella.
Una vez cogida esta pista recuperamos de nuevo las marcas del PR que, abandonando el pueblo nos llevan en un panorámico descenso hacia la carretera del Pontón, por la que caminamos alrededor de un kilómetro de regreso al coche (durante un tramo el GPS se volvió loco y “cruzó” la carretera él solo).