Senda del Celorio (Geras de Gordón)

Punto de partida: Aparcamiento "Los Pisones".
Espacio protegido: Reserva de la Biosfera Alto Bernesga.
Época recomendada: Todo el año excepto con nieve.
Elementos de interés: Los paneles literarios a lo largo del recorrido, las dos esculturas (mano y trasgu), las vistas panorámicas desde la iglesia de Paradilla y la ribera del río Casares.
Tipo de camino: Senda de tierra que se encuentra perfectamente balizada.
Servicios: Geras de Gordón cuenta con bares y restaurantes (especialmente destacan Entrepeñas y Tarabico). Además, en la misma localidad se encuentra el centro de visitantes de la Reserva de la Biosfera.

Descripción del itinerario.

Volvemos al valle del río Casares sobre el que descansan los pueblos de Beberino, Cabornera, Paradilla y Geras, para, en este último pueblo, realizar otro nuevo recorrido, tras los ya completados: Puertos de Verano, la Gril y el hayedo de la Boyariza.

El inicio de la senda literaria del Celorio lo encontramos a 700 metros de Geras, en el aparcamiento de "Los Pisones", muy cerca del cruce al hayedo de la Boyariza. Aquí hay sitio para unos cuantos vehículos (figuras 1, 2, 3, 4 y 5).

Ya en el primer kilómetro, después de pasar un desvío hacia la derecha en ligero ascenso, aparecen las primeras cuatro obras literarias. El escritor leonés José María Menéndez López tiene un relato basado en los duros años de la guerra civil en estas montañas. El Celorio es una historia de guerra, amistad, ternura y muerte (figuras 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12 y 13).

Remontando el curso del arroyo Valdegrillos llegamos a una amplia pradería lugar donde aparece una escultura enorme de una mano, obra del escultor Amancio González. Una mano realizada en mármol negro, de una tonelada y media, y que representa el objetivo de alcanzar las estrellas que coronan el cielo de Paradilla. Si ascendemos por la loma unos metros más tendremos unas preciosas vistas hacia el hayedo de la Boyariza (figuras 14, 15, 16 y 17).

Volvemos a una embarrada senda y tras pasar un pilón acabamos llegando a Paradilla, única localidad del valle que no se encuentra en el curso del río Casares. En este tramo tendremos las últimas dos obras literarias, una de ellas ya en la iglesia de san Isidro, donde también hay tres merenderos y unas excelentes vistas hacia el hayedo (figuras 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30 y 31).

El camino de vuelta lo realizaremos, en primer lugar, por la carretera que desciende hasta la LE-473. Siguiendo un par de desvíos, vamos atajando distancia, con el fin de realizar el descenso lo más directamente posible. En el descenso también encontramos, si nos fijamos bien, el trasgu, ser mitológico leonés (figuras 32, 33, 34, 35 y 36).

El descenso se realiza por un sendero bien estrecho que ofrece unas hermosas vistas hacia el macizo calizo poblado por las hayas, que en esta época del año mostraban un aspecto inmejorable. Los desvíos no tienen ninguna pérdida y el tráfico es inexistente hasta que lleguemos al cruce con la LE-473, desviándonos para cruzar el puente (figuras 37, 38, 39, 40, 41 y 42).

Bajo el abrigo del bosque de ribera iremos remontando el curso del río Casares por una senda que exceptuando en el verano lo normal es encontrarla embarrada. Tras pasar el noveno y último panel literario, encontramos primero un desvío hacia la derecha y otro más en la misma dirección, eligiendo siempre el más pegado al río (figuras 43, 44, 45, 46 y 47).

Combinamos ahora la vegetación ribereña tales como alisos, fresnos, negrillos o arces con avellanos y praderías por estrechos senderos que parecen perderse. Tras ascender una pequeña collada, el recorrido nos ofrece un contratiempo (figuras 48, 49 y 50).

El arroyo Meleros baja bastante crecido y hay que ingeniárselas para cruzarlo desde donde buenamente se pueda. Estamos ahora en la pista que asciende al hayedo de la Boyariza, por lo que tendremos que descender pasando por el punto A y cruzando el puente Arnizas girando a la izquierda, realizando los últimos metros entre el río Casares y la carretera (figuras 51, 52, 53, 54 y 55).

Impresiones.

Ruta fácil y corta, sin dificultades técnicas, ideal para hacer en familia en una mañana o tarde. Perfecta para realizarla circular y comer a medio camino en Paradilla, donde se disfruta de unas vistas excepcionales desde la iglesia de san Isidro.