Senda del Guardal-Badlands- Las Hafas de la Moralea- Barranco de Jerez. Geoparque de Granada. Benamaurel
near Benamaurel, Andalucía (España)
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Itinerary description
El Geoparque del norte de Granada abarca multitud de parajes de inmensa riqueza geológica y paisajística, que merece la pena visitar al menos una vez en la vida. Es el caso del Valle del río Guardal, cuyo nacimiento parte de la Sierra Seca, en el noroeste del gran Pico de la Sagra. Un paraje inigualable, que se extiende por el norte de la provincia y transcurre por barrancos y cañadas.
La ruta que hoy os proponemos parte del casco urbano de Benamaurel, que constituye uno de los mayores conjuntos trogloditas de grandes cuevas de Andalucía. Merece la pena, por tanto, realizar una visita a los numerosos atractivos del municipio antes de partir y finalizar en cualquiera de sus establecimientos para degustar sus platos típicos.
DESCRIPCIÓN DE RECORRIDO:
Empezamos nuestra ruta en la Plaza Mayor de Benamaurel, un conjunto urbanístico de principios de siglo, del que destacamos la Iglesia (construida sobre una mezquita Árabe con una torre Mudéjar), y el Ayuntamiento, antiguo mesón de la Casa de Alba, de estilo Neoclásico.
Antes de comenzar con la ruta y dando un paseo por el casco urbano nos desplazaremos hasta el Centro de interpretación del Trogloditismo, que desgraciadamente permanece cerrado; abriendo solo unos días en las fiestas de Agosto. Este centro pretende ser un complemento a la Ruta de Cuevas. Con la creación de este centro de Interpretación se dota a esta ruta de un punto de inicio y/o final que sirva como elemento integrador de los distintos aspectos constructivos, funcionales y naturales que se describen en ésta. Se intervienen en la recuperación de 3 cuevas de propiedad del Ayuntamiento de Benamaurel, para la adaptación como centro de Interpretación del Trogloditismo, dada la importancia que tuvo, y que aún se mantiene en la “Cueva” como espacio habitable, en la Comarca Baza–Huescar.
Las tres cuevas objeto de intervención, ejemplifican claramente el uso de la cueva como “hábitat” troglodita, aunque este uso no es sólo como vivienda, sino que también funcionaban como equipamientos y dependencias anejas a las viviendas-cueva (existe un gran número de estas dependencias por las comarcas de Baza-Granada, Comarca de Guadix, y otras zonas). En éste caso, sólo 2 de las cuevas estaban vinculadas al Antiguo Cementerio de Benamaurel (actualmente sin uso), donde se oraba por el alma de los difuntos y se ejecutaban los últimos preparativos.
En un paraje con una cierta elevación, en la zona conocida como Eras de San Antonio y junto al centro se encuentra el Antiguo Cementerio de Benamaurel. En un primer momento se delimitó una planta sensiblemente rectangular que se protegió con una sencilla tapia. Pero este recinto no tardó en ser insuficiente para acoger los cuerpos de los vecinos, especialmente en los periodos de alta mortalidad a consecuencia de las epidemias de cólera que se extendieron por la zona (1881-85). La ampliación del camposanto se hizo en una parcela contigua que quedaba a una cota ligeramente menor y a la que se dio un acceso por un simple paso practicado en el muro meridional.
Después abandonaremos el centro urbano para adentrarnos en el propio sendero que nos conducirá por espectaculares formaciones como cárcavas, barrancos y taludes, una especie de cuevas que han sido excavadas en la tierra por la erosión del agua, durante millones de años. Este sendero nos permitirá explorar la riqueza botánica y faunística de la zona, en la que destacan los espartales y matorrales esteparios, así como varias especies de aves protegidas como el sisón y la ortega.
Tras pasar el Paraje de los Taraicos, donde encontramos una casa con unos jardines con curiosas esculturas, nos desviaremos a la derecha por el Camino de Cúllar. Posteriormente tomaremos un desvío a la izquierda por Colada del Margen a Benamaurel, que nos conducirá a una intersección. En primer lugar nos dirigiremos a la izquierda para visitar la Balsa del Esparto y la Cueva del Espartero.
La actividad de uso del esparto es milenaria teniendo conocimiento de la aparición de objetos hechos por esparto en yacimientos arqueológicos con más de 4000 años de antigüedad (Albuñol). Ha tenido su máximo auge en los siglos XIX y XX con la revolución industrial.
Muy temprano y sobre todo en invierno, antes de la salida del sol, los esparteros benamaurelenses, unos a pié y otros acompañados de sus burras o mulas, se dirigían hacia los cerros vestidos de atochas, esperando a que los esparteros le aliviaran su carga de verdes finos y duros tallos leñosos, el esparto. Ayudados de un cogedor que sujetan a su muñeca por el hueco del cogedor. Liaban el esparto en la barra del cogedor y con un fuerte y hábil tirón arrancan los espartos de la tocha. Juntando varias manas (manojos pequeños) formaban la gavilla que ataban uniendo varios espartos a modo de cuerda (vencejo). Una vez hecha la carga con los brazos llenos de heridas y a veces sangrando ocasionadas por las puntas del esparto, se la echaban a la espalda o lomos de las bestias y se dirigían a pesarlo y venderlo al cerro de la Cruz.
El Ayuntamiento sacaba los cotos a subasta y en aquellos años se los quedaba Luis Morcillo. Los guardas de los cotos de esparto se comunicaban de cerro a cerro con una cuerna , así evitaban a los esparteros que lo cogían furtivamente para hacer los arreos del campo, como cuerdas, serones, aguaderas, espuertas o atuendos para el hogar alpargatas, cestas, panderos, estropajos. Lo tejían en los carasoles, al socaire de las puertas acompañados de vecinos o al orete de la lumbre en los largos inviernos, entre historias y historia donde uno de la familia hablaba, el resto escuchaba.
A día de hoy la balsa está en el Salar , se llena con agua de la acequia del Rasmal, introduciéndolo en ella para que se cociera durante unos 40 días , una vez fermentado, desprendiendo un olor característico ,nada agradable. Después se sacaba para su secado poniendo las gavillas verticalmente al sol sobre las estivas( suelo hecho con piedras) . Una vez listo, se cargaba en camiones y se llevaba a la fábrica de Cabra del Santo Cristo (Jaén). Hoy los esparteros se cubren las caderas y pies con unos zamarrones de cuero para evitar pincharse.
Lo llamaron” oro verde” porque durante muchos años ha sido una inagotable fuente de ingresos para los hogares benamaurelense. Hoy en día ha dejado de recolectarse.
Volveremos a la anterior intersección para continuar hasta un desvío a la derecha por Cañada de Macilate o de Maciamola. Cruzaremos el amplio cauce del Arroyo del Salar o del Margen que va seco.
Después comenzaremos un continuo y suave ascenso por un magnífico pinar que nos conducirá hasta el Mirador del Corral del Minado, donde podemos hacer un alto en el camino, para reponer fuerzas y admirar el paisaje, compuesto por las principales sierras y picos de la provincia de Granada. Justo debajo encontraremos unas casas cuevas en ruinas con un establo que se pueden visitar.
Después del mirador nos adentraremos durante unos 2 km en el espectacular Barranco de Jerez. Magnifico barranco que nosotros encontramos algo embarrado debido a la escarcha que se produce por las gélidas temperaturas de las noches de invierno y que durante las primeras horas del día, al subir la temperatura se descongelan embarrando el terreno; teniendo que tener cuidado con los resbalones. El Barranco se va haciendo cada vez más profundo; pero se discurre con facilidad. Tan solo hay un par de puntos algo más verticales en los que se han instalado unas cadenas para facilitar el descenso; convirtiendo esta zona en una corta aventurilla.
El Barranco de Jerez nos conducirá, en un primer lugar, hasta una pintoresca Acequia y posteriormente a la ribero del río Guardal, con un bonito bosque de ribera con gran profusión de Tamariz a modo de bosque. Continuaremos por la ribera que seguiremos unos 500 m. para volver a la Cañada del Salar (o Saladar). Aquí nos desviaremos momentáneamente para ver las interesantes ruinas de las Casas Cuevas de los Trancos, donde uno se puede hacer una perfecta idea de la vida en este tipo de construcciones (ya que el centro del Trogloditismo está cerrado)
Un poco después podremos ver los famosos qannas o minas (acequias medievales escavadas en el terreno). En esta zona existen largas cañadas regadas por qannas. Además de la red hidráulica superficial de época medieval, se verifica la existencia de restos de gran cantidad de galerías drenantes subterráneas (conocidas localmente como canalizos) en la Hoya de Baza. Este sistema se ha utilizado con gran profusión en las regiones áridas y semiáridas del Sudeste de la Península Ibérica. Su construcción responde a diversas funciones: ampliación
de sistemas hidráulicos en superficie; aducción de agua corriente para abastecer a las zonas pobladas, cortijos y molinos; aumento del caudal de las acequias y creación de nuevas zonas de cultivo de regadío.
Volveremos a encontrarnos el Río Guardal en la presa y cascada del Jaufí, y desde aquí el sendero avanza paralelo a éste, entre frutales y cultivos por la excepcional vega de Benamaurel, con un paisaje heredado de la explotación romana e islámica.
En esta zona veremos el Molino del Salar o de Ángel Burgos, antigua fábrica de lanas y telares. Los pastores de Castril , Baza, Cortes , Castilléjar cuando la lana de las ovejas empezaba a desprenderse de la piel, para aliviarse del calor en los meses de verano, se esquilaban . Una vez esquiladas, cargaban las mulas o carros con la lana y las llevaban a Benamaurel, al molino de Ángel Burgos donde se encontraba el telar. Lo heredó de de su madre Encarnación (1855- 1953) y esta a su vez de la suya, o sea que podríamos estar hablando de la actividad de lana en Benamaurel tendría sus comienzos en 1700.
Trabajaban los Moritas (Lila, José León, Vitoriana, Kilina). En el taller había varias maquinas para la elaboración de la lana. Se lavaba la lana en los lavaderos de la acequia que hay detrás del molino y se extendía para su secado al sol. Se escardaba la lana con grandes cepillos hasta conseguir una textura suave (escaneado). Se usaba el batan, máquina de madera con unos mazos que golpeaban la lanas para compactarla. Tenía una rueda a modo de noria (rodezno) que era movido por el salto de agua que hay en el molino. Transformaba la lana abierta y fina en un tejido más tupido para hacer mantas.
En los telares, se iba hilando en grandes madejas (hilado).Funcionaba desde febrero a junio, ya que en los meses de invierno era muy difícil secar la lana y en los meses de verano el caudal del río había bajado, el agua no tenía suficiente potencia para mover el rodezno. Dejó de funcionar sobre los años 60.
Cruzaremos la Acequia de Jaufí. Se trata de una de las cuatro acequias históricas y tradicionales que configura el paisaje de regadío de Benamaurel desde época de los Almohades-siglos XII -XIII y que ha llegado hasta nuestros días con su trazado y aspecto original.
Nuevamente llegaremos a la ribera del Río Guardal y muy próximo se encuentra el Cortijo de Camacho de construcción más reciente y que se encuentra abandonado.
Comenzaremos un corto ascenso por uno de los tajos del pueblo accediendo a las Hafas de la Moralea. Las Hafas suponen una muestra del rico patrimonio troglodítico del Altiplano de Granada, situadas con magníficas vistas a la vega de Benamaurel. Los parajes denominados como Hafas son habitáculos primitivos construidos en un corte vertical del terreno a orillas del rio Guardal. Parece ser que consitutían fortalezas, lugares estratégicos preparados para la defensa, donde los habitáculos se comunicaban mediante minas con el rio, con la finalidad de que sus moradores se abastecieran de agua sin ser vistos cuando eran rodeados por las tropas enemigas.
Las Hafas de la Moraleda o Moralea están ubicadas a espaldas del típico barrio troglodita de Alhanda cuyas cuevas comunican los extremos del cerro, presentando hasta tres pisos de excavaciones. Existe una vereda habilitada de unos 800 metros que da acceso al paraje de las Hafas de la Moraleda y que constituye un mirador excepcional.
Desde el mirador se puede disfrutar del río Guardal con sus meandros y cañaverales (utilizados para colgar y secar embutidos de matanza), de las acequias históricas con su vegetación característica, y, al frente, al otro lado de la vega, el barrio de las Cuevas de San Marcos al pie de secanos y espartizales. Al fondo, siguiendo río abajo, aparece el emblemático Cerro Jabalcón vigilando esta zona del Altiplano de Granada.
Entramos al casco urbano por el barrio troglodita de La Alhanda que prosigue con el ascenso hasta uno de los puntos más altos del pueblo donde se ubica el último mirador en la Calle Alhanda; que tomaremos para dirigirnos hasta la Plaza Mayor. En esta calle encontramos la Casa del Tío Tinajas.
Entrar en la Casa del Tío Tinajas es como adentrarse en una postal de un pasado no tan lejano, o volver a la casa de los abuelos. Allí los muebles, sillones, mesas, y vajillas fueron los de uso cotidiano en la mayoría de las casas españolas de hace unas décadas, así que nos sentimos muy identificados.
Nos cuenta Pilar, la dueña de tan espectacular casa, una amable persona con muy buena disposición para enseñar orgullosa su hogar, que la Casa del Tío Tinajas, perteneció a José Martínez Martínez, un familiar suyo, que se dedicaba en los años 20 del pasado siglo, a vender vino. El ventero almacenaba el vino en dieciocho grandes tinajas, algunas de ellas centenarias, que todavía se conservan. La más antigua es del siglo XVIII.
La peculiaridad de esta vivienda no solo radica en que es una casa cueva con todas sus particularidades y comodidades, ni en las tinajas de vino, sino en que este espacio fue, durante la dominación árabe, primero un silo y después mazmorras del castillo de Benamaurel.
En la Casa del Tío Tinajas se distinguen claramente dos zonas. Por un lado lo que fue un silo y mazmorras o “Matmura” como los musulmanes llamaban a estas construcciones. Tienen forma de gran tinaja redondeada de fondo plano. Como único punto de acceso contaba con una estrecha abertura circular, colocada en el cenit, hoy en día cegada con cemento. La cavidad mide aproximadamente 8 metros de diámetro y unos 5 metros de alto. Bajo el suelo debió existir un pasillo subterráneo que comunicaba con el río. Servía tanto para escapar ante los ataques enemigos, como para abastecerse de víveres y agua.
En la época de las contiendas bélicas entre las tropas musulmanas y las cristianas, los silos se convirtieron en cárceles. La sencillez de la construcción, con un único orificio de entrada y salida situado a más de 5 metros de altura, hacía que solo fuera necesario una reducida guardia, de apenas un par de hombres para vigilar a los prisioneros. Para sacar o introducir a los reos, se quitaban las losas que taponaban la entrada, y se tiraba una cuerda, por la que descendían a la mazmorra o subían a la superficie.
Otra de las zonas visitables de la Casa del Tío Tinajas, precisamente donde están las tinajas, también es de factura árabe. Consta de una larga estancia de más de 20 metros de largo por 3 de ancho, que da a las Hafas de la Moraleda. Este habitáculo con cubierta de medio cañón tiene otras dependencias laterales, que han servido de alacenas. La Casa del Tío Tinajas ha tenido a lo largo de su dilatada historia varios usos, especulándose que pudo ser también un baño árabe.
La ruta que hoy os proponemos parte del casco urbano de Benamaurel, que constituye uno de los mayores conjuntos trogloditas de grandes cuevas de Andalucía. Merece la pena, por tanto, realizar una visita a los numerosos atractivos del municipio antes de partir y finalizar en cualquiera de sus establecimientos para degustar sus platos típicos.
DESCRIPCIÓN DE RECORRIDO:
Empezamos nuestra ruta en la Plaza Mayor de Benamaurel, un conjunto urbanístico de principios de siglo, del que destacamos la Iglesia (construida sobre una mezquita Árabe con una torre Mudéjar), y el Ayuntamiento, antiguo mesón de la Casa de Alba, de estilo Neoclásico.
Antes de comenzar con la ruta y dando un paseo por el casco urbano nos desplazaremos hasta el Centro de interpretación del Trogloditismo, que desgraciadamente permanece cerrado; abriendo solo unos días en las fiestas de Agosto. Este centro pretende ser un complemento a la Ruta de Cuevas. Con la creación de este centro de Interpretación se dota a esta ruta de un punto de inicio y/o final que sirva como elemento integrador de los distintos aspectos constructivos, funcionales y naturales que se describen en ésta. Se intervienen en la recuperación de 3 cuevas de propiedad del Ayuntamiento de Benamaurel, para la adaptación como centro de Interpretación del Trogloditismo, dada la importancia que tuvo, y que aún se mantiene en la “Cueva” como espacio habitable, en la Comarca Baza–Huescar.
Las tres cuevas objeto de intervención, ejemplifican claramente el uso de la cueva como “hábitat” troglodita, aunque este uso no es sólo como vivienda, sino que también funcionaban como equipamientos y dependencias anejas a las viviendas-cueva (existe un gran número de estas dependencias por las comarcas de Baza-Granada, Comarca de Guadix, y otras zonas). En éste caso, sólo 2 de las cuevas estaban vinculadas al Antiguo Cementerio de Benamaurel (actualmente sin uso), donde se oraba por el alma de los difuntos y se ejecutaban los últimos preparativos.
En un paraje con una cierta elevación, en la zona conocida como Eras de San Antonio y junto al centro se encuentra el Antiguo Cementerio de Benamaurel. En un primer momento se delimitó una planta sensiblemente rectangular que se protegió con una sencilla tapia. Pero este recinto no tardó en ser insuficiente para acoger los cuerpos de los vecinos, especialmente en los periodos de alta mortalidad a consecuencia de las epidemias de cólera que se extendieron por la zona (1881-85). La ampliación del camposanto se hizo en una parcela contigua que quedaba a una cota ligeramente menor y a la que se dio un acceso por un simple paso practicado en el muro meridional.
Después abandonaremos el centro urbano para adentrarnos en el propio sendero que nos conducirá por espectaculares formaciones como cárcavas, barrancos y taludes, una especie de cuevas que han sido excavadas en la tierra por la erosión del agua, durante millones de años. Este sendero nos permitirá explorar la riqueza botánica y faunística de la zona, en la que destacan los espartales y matorrales esteparios, así como varias especies de aves protegidas como el sisón y la ortega.
Tras pasar el Paraje de los Taraicos, donde encontramos una casa con unos jardines con curiosas esculturas, nos desviaremos a la derecha por el Camino de Cúllar. Posteriormente tomaremos un desvío a la izquierda por Colada del Margen a Benamaurel, que nos conducirá a una intersección. En primer lugar nos dirigiremos a la izquierda para visitar la Balsa del Esparto y la Cueva del Espartero.
La actividad de uso del esparto es milenaria teniendo conocimiento de la aparición de objetos hechos por esparto en yacimientos arqueológicos con más de 4000 años de antigüedad (Albuñol). Ha tenido su máximo auge en los siglos XIX y XX con la revolución industrial.
Muy temprano y sobre todo en invierno, antes de la salida del sol, los esparteros benamaurelenses, unos a pié y otros acompañados de sus burras o mulas, se dirigían hacia los cerros vestidos de atochas, esperando a que los esparteros le aliviaran su carga de verdes finos y duros tallos leñosos, el esparto. Ayudados de un cogedor que sujetan a su muñeca por el hueco del cogedor. Liaban el esparto en la barra del cogedor y con un fuerte y hábil tirón arrancan los espartos de la tocha. Juntando varias manas (manojos pequeños) formaban la gavilla que ataban uniendo varios espartos a modo de cuerda (vencejo). Una vez hecha la carga con los brazos llenos de heridas y a veces sangrando ocasionadas por las puntas del esparto, se la echaban a la espalda o lomos de las bestias y se dirigían a pesarlo y venderlo al cerro de la Cruz.
El Ayuntamiento sacaba los cotos a subasta y en aquellos años se los quedaba Luis Morcillo. Los guardas de los cotos de esparto se comunicaban de cerro a cerro con una cuerna , así evitaban a los esparteros que lo cogían furtivamente para hacer los arreos del campo, como cuerdas, serones, aguaderas, espuertas o atuendos para el hogar alpargatas, cestas, panderos, estropajos. Lo tejían en los carasoles, al socaire de las puertas acompañados de vecinos o al orete de la lumbre en los largos inviernos, entre historias y historia donde uno de la familia hablaba, el resto escuchaba.
A día de hoy la balsa está en el Salar , se llena con agua de la acequia del Rasmal, introduciéndolo en ella para que se cociera durante unos 40 días , una vez fermentado, desprendiendo un olor característico ,nada agradable. Después se sacaba para su secado poniendo las gavillas verticalmente al sol sobre las estivas( suelo hecho con piedras) . Una vez listo, se cargaba en camiones y se llevaba a la fábrica de Cabra del Santo Cristo (Jaén). Hoy los esparteros se cubren las caderas y pies con unos zamarrones de cuero para evitar pincharse.
Lo llamaron” oro verde” porque durante muchos años ha sido una inagotable fuente de ingresos para los hogares benamaurelense. Hoy en día ha dejado de recolectarse.
Volveremos a la anterior intersección para continuar hasta un desvío a la derecha por Cañada de Macilate o de Maciamola. Cruzaremos el amplio cauce del Arroyo del Salar o del Margen que va seco.
Después comenzaremos un continuo y suave ascenso por un magnífico pinar que nos conducirá hasta el Mirador del Corral del Minado, donde podemos hacer un alto en el camino, para reponer fuerzas y admirar el paisaje, compuesto por las principales sierras y picos de la provincia de Granada. Justo debajo encontraremos unas casas cuevas en ruinas con un establo que se pueden visitar.
Después del mirador nos adentraremos durante unos 2 km en el espectacular Barranco de Jerez. Magnifico barranco que nosotros encontramos algo embarrado debido a la escarcha que se produce por las gélidas temperaturas de las noches de invierno y que durante las primeras horas del día, al subir la temperatura se descongelan embarrando el terreno; teniendo que tener cuidado con los resbalones. El Barranco se va haciendo cada vez más profundo; pero se discurre con facilidad. Tan solo hay un par de puntos algo más verticales en los que se han instalado unas cadenas para facilitar el descenso; convirtiendo esta zona en una corta aventurilla.
El Barranco de Jerez nos conducirá, en un primer lugar, hasta una pintoresca Acequia y posteriormente a la ribero del río Guardal, con un bonito bosque de ribera con gran profusión de Tamariz a modo de bosque. Continuaremos por la ribera que seguiremos unos 500 m. para volver a la Cañada del Salar (o Saladar). Aquí nos desviaremos momentáneamente para ver las interesantes ruinas de las Casas Cuevas de los Trancos, donde uno se puede hacer una perfecta idea de la vida en este tipo de construcciones (ya que el centro del Trogloditismo está cerrado)
Un poco después podremos ver los famosos qannas o minas (acequias medievales escavadas en el terreno). En esta zona existen largas cañadas regadas por qannas. Además de la red hidráulica superficial de época medieval, se verifica la existencia de restos de gran cantidad de galerías drenantes subterráneas (conocidas localmente como canalizos) en la Hoya de Baza. Este sistema se ha utilizado con gran profusión en las regiones áridas y semiáridas del Sudeste de la Península Ibérica. Su construcción responde a diversas funciones: ampliación
de sistemas hidráulicos en superficie; aducción de agua corriente para abastecer a las zonas pobladas, cortijos y molinos; aumento del caudal de las acequias y creación de nuevas zonas de cultivo de regadío.
Volveremos a encontrarnos el Río Guardal en la presa y cascada del Jaufí, y desde aquí el sendero avanza paralelo a éste, entre frutales y cultivos por la excepcional vega de Benamaurel, con un paisaje heredado de la explotación romana e islámica.
En esta zona veremos el Molino del Salar o de Ángel Burgos, antigua fábrica de lanas y telares. Los pastores de Castril , Baza, Cortes , Castilléjar cuando la lana de las ovejas empezaba a desprenderse de la piel, para aliviarse del calor en los meses de verano, se esquilaban . Una vez esquiladas, cargaban las mulas o carros con la lana y las llevaban a Benamaurel, al molino de Ángel Burgos donde se encontraba el telar. Lo heredó de de su madre Encarnación (1855- 1953) y esta a su vez de la suya, o sea que podríamos estar hablando de la actividad de lana en Benamaurel tendría sus comienzos en 1700.
Trabajaban los Moritas (Lila, José León, Vitoriana, Kilina). En el taller había varias maquinas para la elaboración de la lana. Se lavaba la lana en los lavaderos de la acequia que hay detrás del molino y se extendía para su secado al sol. Se escardaba la lana con grandes cepillos hasta conseguir una textura suave (escaneado). Se usaba el batan, máquina de madera con unos mazos que golpeaban la lanas para compactarla. Tenía una rueda a modo de noria (rodezno) que era movido por el salto de agua que hay en el molino. Transformaba la lana abierta y fina en un tejido más tupido para hacer mantas.
En los telares, se iba hilando en grandes madejas (hilado).Funcionaba desde febrero a junio, ya que en los meses de invierno era muy difícil secar la lana y en los meses de verano el caudal del río había bajado, el agua no tenía suficiente potencia para mover el rodezno. Dejó de funcionar sobre los años 60.
Cruzaremos la Acequia de Jaufí. Se trata de una de las cuatro acequias históricas y tradicionales que configura el paisaje de regadío de Benamaurel desde época de los Almohades-siglos XII -XIII y que ha llegado hasta nuestros días con su trazado y aspecto original.
Nuevamente llegaremos a la ribera del Río Guardal y muy próximo se encuentra el Cortijo de Camacho de construcción más reciente y que se encuentra abandonado.
Comenzaremos un corto ascenso por uno de los tajos del pueblo accediendo a las Hafas de la Moralea. Las Hafas suponen una muestra del rico patrimonio troglodítico del Altiplano de Granada, situadas con magníficas vistas a la vega de Benamaurel. Los parajes denominados como Hafas son habitáculos primitivos construidos en un corte vertical del terreno a orillas del rio Guardal. Parece ser que consitutían fortalezas, lugares estratégicos preparados para la defensa, donde los habitáculos se comunicaban mediante minas con el rio, con la finalidad de que sus moradores se abastecieran de agua sin ser vistos cuando eran rodeados por las tropas enemigas.
Las Hafas de la Moraleda o Moralea están ubicadas a espaldas del típico barrio troglodita de Alhanda cuyas cuevas comunican los extremos del cerro, presentando hasta tres pisos de excavaciones. Existe una vereda habilitada de unos 800 metros que da acceso al paraje de las Hafas de la Moraleda y que constituye un mirador excepcional.
Desde el mirador se puede disfrutar del río Guardal con sus meandros y cañaverales (utilizados para colgar y secar embutidos de matanza), de las acequias históricas con su vegetación característica, y, al frente, al otro lado de la vega, el barrio de las Cuevas de San Marcos al pie de secanos y espartizales. Al fondo, siguiendo río abajo, aparece el emblemático Cerro Jabalcón vigilando esta zona del Altiplano de Granada.
Entramos al casco urbano por el barrio troglodita de La Alhanda que prosigue con el ascenso hasta uno de los puntos más altos del pueblo donde se ubica el último mirador en la Calle Alhanda; que tomaremos para dirigirnos hasta la Plaza Mayor. En esta calle encontramos la Casa del Tío Tinajas.
Entrar en la Casa del Tío Tinajas es como adentrarse en una postal de un pasado no tan lejano, o volver a la casa de los abuelos. Allí los muebles, sillones, mesas, y vajillas fueron los de uso cotidiano en la mayoría de las casas españolas de hace unas décadas, así que nos sentimos muy identificados.
Nos cuenta Pilar, la dueña de tan espectacular casa, una amable persona con muy buena disposición para enseñar orgullosa su hogar, que la Casa del Tío Tinajas, perteneció a José Martínez Martínez, un familiar suyo, que se dedicaba en los años 20 del pasado siglo, a vender vino. El ventero almacenaba el vino en dieciocho grandes tinajas, algunas de ellas centenarias, que todavía se conservan. La más antigua es del siglo XVIII.
La peculiaridad de esta vivienda no solo radica en que es una casa cueva con todas sus particularidades y comodidades, ni en las tinajas de vino, sino en que este espacio fue, durante la dominación árabe, primero un silo y después mazmorras del castillo de Benamaurel.
En la Casa del Tío Tinajas se distinguen claramente dos zonas. Por un lado lo que fue un silo y mazmorras o “Matmura” como los musulmanes llamaban a estas construcciones. Tienen forma de gran tinaja redondeada de fondo plano. Como único punto de acceso contaba con una estrecha abertura circular, colocada en el cenit, hoy en día cegada con cemento. La cavidad mide aproximadamente 8 metros de diámetro y unos 5 metros de alto. Bajo el suelo debió existir un pasillo subterráneo que comunicaba con el río. Servía tanto para escapar ante los ataques enemigos, como para abastecerse de víveres y agua.
En la época de las contiendas bélicas entre las tropas musulmanas y las cristianas, los silos se convirtieron en cárceles. La sencillez de la construcción, con un único orificio de entrada y salida situado a más de 5 metros de altura, hacía que solo fuera necesario una reducida guardia, de apenas un par de hombres para vigilar a los prisioneros. Para sacar o introducir a los reos, se quitaban las losas que taponaban la entrada, y se tiraba una cuerda, por la que descendían a la mazmorra o subían a la superficie.
Otra de las zonas visitables de la Casa del Tío Tinajas, precisamente donde están las tinajas, también es de factura árabe. Consta de una larga estancia de más de 20 metros de largo por 3 de ancho, que da a las Hafas de la Moraleda. Este habitáculo con cubierta de medio cañón tiene otras dependencias laterales, que han servido de alacenas. La Casa del Tío Tinajas ha tenido a lo largo de su dilatada historia varios usos, especulándose que pudo ser también un baño árabe.
Waypoints
Intersection
2,364 ft
Desvío Derecha a Centro de interpretación del Trogloditismo y Antiguo Cementerio
Comments (5)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Gracias por tu ruta, hemos disfrutado y yo en especial por tu detallada explicación.
Bienve Delgado, gracias a ti por tus alentadores comentarios y valoración.
Un cordial saludo
¿Se podría hacer en btt? Menos en los pasos de la cadena que habría que bajarla a hombros
Hugo Ajedrea, no soy experto en btt, pero creo que si se podría hacer. Como bien dices habría tramos en los que tendrías que cargar con la bici. Evitar días de lluvia o posteriores a estos ya que se embarra mucho. Un saludo y precaución.
Gracias! Y si, después de llover imposible, hice la del desierto de los colorados después de lluvia y las ramblas don impracticables