39. Senda del Sabinar del Arlanza
near Espinosa de Cervera, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 47 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 302 metros (superior al que estima Wikiloc).
Hicimos esta ruta siguiendo el trazado de ‘Rocaviva’ en Wikiloc ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/burgos-espinosa-de-cervera-sendero-del-sabinar-del-arlanza-prc-bu-78-20481707 ). Aunque el recorrido es bastante fácil en términos de orientación, su ‘track’ fue muy útil en algún desvío y en varios puntos del valle y el desfiladero del arroyo Mayor. Además, Rocaviva aporta una estupenda descripción verbal de la ruta, que agrada leer. Gracias por el esfuerzo en elaborarla con detalle, documentarla, y hacerlo con esmero.
Afirma este autor que “Los ‘sabinares del Arlanza’ son una vasta superficie de terreno donde se localizan los más extensos y mejor conservados sabinares del planeta”. Desde luego, son los “mejores” que yo he visitado (hay varios en zonas próximas; por ej., Sierra de Tejada [*]): pulcros, abiertos, sin maleza; es un deleite pasear por ellos. Y tienen ejemplares muy variados. Nos sorprendió la gran cantidad de sabinas “gemelas” (dos troncos que surgen prácticamente juntos de la misma raíz). En realidad, algunos troncos continúan unidos varios metros por encima del suelo (los “siameses”); también pudimos apreciar trillizos… (sin ir más lejos, véanse cuatrillizos en nuestra primera foto, delante de la ermita de San Ginés), y hasta quintillizos. Digno de ser contemplado.
La ruta está generalmente bien señalizada (postes verticales con letreros frecuentes, bandas horizontales blancas y amarillas en los árboles, y hasta montoncitos de piedras en el suelo; y, por supuesto, bien marcados senderos). El trazado conlleva, además, baja demanda física: a pesar de su longitud, el desnivel es leve (incluso en el alto del Picacho), y se realiza casi siempre por terreno cómodo, con alguna ligera excepción en el desfiladero del arroyo Mayor. Placentera y segura, pues, en estos aspectos (aunque cuidado con el hielo en las umbrías).
Espinosa de Cervera, origen y final de la ruta, es un pueblo bien cuidado en sus calles y casas, con algunas edificaciones rústicas que aún se conservan erguidas y trasmiten el orgullo de la historia del lugar. Tiene una imponente iglesia románica, una fuente romana, y hasta tres ermitas en pie (aunque pudieron haber sido hasta 9, según Rocaviva). La más vistosa de éstas es la ermita de la Virgen de Talamanquilla, en un idílico entorno.
El sabinar de la primera parte de la ruta, desde la ermita de San Ginés hasta casi la de Talamanquilla nos pareció delicioso. Las sabinas son mayoritarias, acompañadas por enebros y algunos robles y encinas centenarias (de alguna de éstas se dice que es milenaria…). Resulta también muy agradable caminar flanqueados por el pinar que se inicia poco después de la última ermita y se extiende hasta el inicio del valle del arroyo Mayor. En el tramo final de regreso, el monte tiene un bosque también con sabinas, pero ahora más entremezcladas con otras especies; no resulta tan vistoso (o estábamos más cansados para apreciarlo…).
El valle del arroyo Mayor es una de las partes más destacables. Sobresale en él la zona del desfiladero, la más estrecha, encajonada entre altos cantiles rocosos horadados por buitreras, donde se refugia y anida una prolífica colonia de buitres. A pesar de nuestro silencio, enseguida salieron a recibirnos, o a advertirnos de que ese era su territorio. En la parte alta del valle, el agua del arroyo fluye con cierta intensidad, pero a duras penas, entre la prisión de los hielos (estamos a unos días de entrar en el invierno). Un poco más adelante, el agua sucumbe en su lucha y se congela totalmente. Finalmente, solo quedan placas de hielo resquebrajado en el cauce, que se queda seco (suponemos que el agua no se ha rendido, sino que ha buscado su modo de supervivencia por el subsuelo…).
A menudo hay anécdotas que hacen a estas rutas aun más memorables. Hicimos la excursión en un luminoso sábado de diciembre, con una fría temperatura ideal para caminar. Los senderos por el bosque están bastante marcados en el suelo, dejando la tierra rojiza bien visible, como una cicatriz. Esto sugiere que estamos en una senda utilizada con cierta frecuencia por caminantes. Sin embargo, en todo el trayecto (casi 17 km) no vimos a nadie (si excluimos dos corzos y numerosos buitres). Bueno, esto de la absoluta soledad no se corresponde con la verdad; o no del todo (“¿del todo?”)…
En ese contexto, he aquí la anécdota: En algún punto, 600 metros después de la ermita de Talamanquilla, apareció de pronto en la pista (camino de las Carretas), como surgido de “la nada”, saliendo del bosque, un hombre solitario con una carretilla cargada de herramientas. La población más cercana, Hortezuelos, se halla a 2,8 km (caminando; en dirección contraria); o Espinosa, a 3,1 km. No vimos ni oímos ningún vehículo; ni cerca, ni lejos; sea antes o después; ninguno. Al parecer, se dirigía hacia la ermita, por donde acabábamos de pasar. Llegamos a pensar si sería un extraterrestre… Desde luego, hablaba nuestro idioma sin acento extranjero y mostró un trato muy amistoso durante 2 minutos de conversación.
Seguro que había una explicación racional y simple para ese hecho sorprendente (o, al menos, sorpresivo); pero la fantasía añade color a la vida. En cualquier caso, ese fue todo el contacto humano (o ‘extrahumano’, pero bien simulado) que tuvimos. Paz total, para disfrutar plenamente en compañía de la naturaleza. Ya lo compartiríamos con otros semejantes después. Cada cosa a su tiempo.
[ https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/sierra-de-tejada-86641723 ]
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 47 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 302 metros (superior al que estima Wikiloc).
Hicimos esta ruta siguiendo el trazado de ‘Rocaviva’ en Wikiloc ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/burgos-espinosa-de-cervera-sendero-del-sabinar-del-arlanza-prc-bu-78-20481707 ). Aunque el recorrido es bastante fácil en términos de orientación, su ‘track’ fue muy útil en algún desvío y en varios puntos del valle y el desfiladero del arroyo Mayor. Además, Rocaviva aporta una estupenda descripción verbal de la ruta, que agrada leer. Gracias por el esfuerzo en elaborarla con detalle, documentarla, y hacerlo con esmero.
Afirma este autor que “Los ‘sabinares del Arlanza’ son una vasta superficie de terreno donde se localizan los más extensos y mejor conservados sabinares del planeta”. Desde luego, son los “mejores” que yo he visitado (hay varios en zonas próximas; por ej., Sierra de Tejada [*]): pulcros, abiertos, sin maleza; es un deleite pasear por ellos. Y tienen ejemplares muy variados. Nos sorprendió la gran cantidad de sabinas “gemelas” (dos troncos que surgen prácticamente juntos de la misma raíz). En realidad, algunos troncos continúan unidos varios metros por encima del suelo (los “siameses”); también pudimos apreciar trillizos… (sin ir más lejos, véanse cuatrillizos en nuestra primera foto, delante de la ermita de San Ginés), y hasta quintillizos. Digno de ser contemplado.
La ruta está generalmente bien señalizada (postes verticales con letreros frecuentes, bandas horizontales blancas y amarillas en los árboles, y hasta montoncitos de piedras en el suelo; y, por supuesto, bien marcados senderos). El trazado conlleva, además, baja demanda física: a pesar de su longitud, el desnivel es leve (incluso en el alto del Picacho), y se realiza casi siempre por terreno cómodo, con alguna ligera excepción en el desfiladero del arroyo Mayor. Placentera y segura, pues, en estos aspectos (aunque cuidado con el hielo en las umbrías).
Espinosa de Cervera, origen y final de la ruta, es un pueblo bien cuidado en sus calles y casas, con algunas edificaciones rústicas que aún se conservan erguidas y trasmiten el orgullo de la historia del lugar. Tiene una imponente iglesia románica, una fuente romana, y hasta tres ermitas en pie (aunque pudieron haber sido hasta 9, según Rocaviva). La más vistosa de éstas es la ermita de la Virgen de Talamanquilla, en un idílico entorno.
El sabinar de la primera parte de la ruta, desde la ermita de San Ginés hasta casi la de Talamanquilla nos pareció delicioso. Las sabinas son mayoritarias, acompañadas por enebros y algunos robles y encinas centenarias (de alguna de éstas se dice que es milenaria…). Resulta también muy agradable caminar flanqueados por el pinar que se inicia poco después de la última ermita y se extiende hasta el inicio del valle del arroyo Mayor. En el tramo final de regreso, el monte tiene un bosque también con sabinas, pero ahora más entremezcladas con otras especies; no resulta tan vistoso (o estábamos más cansados para apreciarlo…).
El valle del arroyo Mayor es una de las partes más destacables. Sobresale en él la zona del desfiladero, la más estrecha, encajonada entre altos cantiles rocosos horadados por buitreras, donde se refugia y anida una prolífica colonia de buitres. A pesar de nuestro silencio, enseguida salieron a recibirnos, o a advertirnos de que ese era su territorio. En la parte alta del valle, el agua del arroyo fluye con cierta intensidad, pero a duras penas, entre la prisión de los hielos (estamos a unos días de entrar en el invierno). Un poco más adelante, el agua sucumbe en su lucha y se congela totalmente. Finalmente, solo quedan placas de hielo resquebrajado en el cauce, que se queda seco (suponemos que el agua no se ha rendido, sino que ha buscado su modo de supervivencia por el subsuelo…).
A menudo hay anécdotas que hacen a estas rutas aun más memorables. Hicimos la excursión en un luminoso sábado de diciembre, con una fría temperatura ideal para caminar. Los senderos por el bosque están bastante marcados en el suelo, dejando la tierra rojiza bien visible, como una cicatriz. Esto sugiere que estamos en una senda utilizada con cierta frecuencia por caminantes. Sin embargo, en todo el trayecto (casi 17 km) no vimos a nadie (si excluimos dos corzos y numerosos buitres). Bueno, esto de la absoluta soledad no se corresponde con la verdad; o no del todo (“¿del todo?”)…
En ese contexto, he aquí la anécdota: En algún punto, 600 metros después de la ermita de Talamanquilla, apareció de pronto en la pista (camino de las Carretas), como surgido de “la nada”, saliendo del bosque, un hombre solitario con una carretilla cargada de herramientas. La población más cercana, Hortezuelos, se halla a 2,8 km (caminando; en dirección contraria); o Espinosa, a 3,1 km. No vimos ni oímos ningún vehículo; ni cerca, ni lejos; sea antes o después; ninguno. Al parecer, se dirigía hacia la ermita, por donde acabábamos de pasar. Llegamos a pensar si sería un extraterrestre… Desde luego, hablaba nuestro idioma sin acento extranjero y mostró un trato muy amistoso durante 2 minutos de conversación.
Seguro que había una explicación racional y simple para ese hecho sorprendente (o, al menos, sorpresivo); pero la fantasía añade color a la vida. En cualquier caso, ese fue todo el contacto humano (o ‘extrahumano’, pero bien simulado) que tuvimos. Paz total, para disfrutar plenamente en compañía de la naturaleza. Ya lo compartiríamos con otros semejantes después. Cada cosa a su tiempo.
[ https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/sierra-de-tejada-86641723 ]
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