154. Senda del Tejo desde Tres Aguas
near Fresneda de la Sierra Tirón, Castilla y León (España)
Viewed 319 times, downloaded 19 times
Trail photos
Itinerary description
📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 65 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 575 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Posiblemente, el otoño y la primavera, con su colorido, sean las estaciones más atractivas para disfrutar de la naturaleza. Eso, sin quitarles un pellizco de interés al invierno (sí, también el crudo invierno burgalés) y al verano. Las estribaciones de la Sierra de la Demanda subyugan con su esplendor cromático en el otoño.
En las últimas semanas, habíamos estado dos veces en Fresneda de la Sierra Tirón. La primera, con el Picote de las Cabezas como centro, nos encantó (*). Pero tuvo un ‘pero’ (del que, sin embargo, a posteriori, nos alegramos): un duro e interminable cortafuegos, al que hubo que acudir para evitar males mayores (el impracticable barranco del Horcajo).
Mas, tanto nos gustó esa ruta y el paisaje en su conjunto, que volví al poco a la zona, con una excursión por el valle del río Turriaza (**). Esta nueva ruta resultó algo menos estimulante, quizá mermada a causa de un largo tramo por el ‘camino viejo de Pradoluengo’ (que no era un camino). Sólo encontré una huraña torrentera encenagada y atestada de maleza.
Así que, para confirmar el encanto de estos bellos parajes, preparé otra excursión. Ésta tendría que ser plenamente satisfactoria. Serviría para borrar cualquier posible ‘pero’ o reservas de las dos anteriores. Y lo consiguió. Fue la mejor. La de hoy.
Hubo un motivo adicional. Semanas atrás, desde arriba (hacia el este), en el pico Otero y de camino al Torocuervo, vimos estos profundos valles ya coloreados (***). No lo sabíamos aún, pero estábamos siendo hipnotizados por ellos. Nos reclamaron desde abajo.
LA RUTA
La ruta comienza en el área de Tres Aguas, al sur del pueblo de Fresneda de la Sierra Tirón. Allí se llega por el camino (pista forestal bastante bacheada) de Las Zarras (6 km).
Tomamos como guía base el trazado de ‘Angelbur’ https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/senda-de-tejo-milenario-13015126 . Sobre él hicimos algunas extensiones, que incrementaron nuestra longitud en casi 3 km y el desnivel en 64 m. La ocasión bien lo merecía.
Hasta el km 1,5, seguimos el curso del arroyo del barranco de Rehoyo, contracorriente, a su lado. En ese punto abandonamos el valle principal y nos adentramos por la izquierda en el barranco de Zarzabala y su arroyo homónimo.
Desde allí y hasta el km 4,5, nos espera un tramo con difícil orientación por senderos agrestes. Es imprescindible llevar una guía e ir dispuestos a ciertas incomodidades y exigencias (‘nada del otro mundo’). En un entorno precioso. Ahí se encuentra el Tejo milenario.
Al concluir ese tramo, cruzamos sin problema el arroyo Zarzabala. Todo será ya mucho más fácil hasta el final de la ruta. Ascendemos primero suavemente por una senda hasta el collado Burgaiza (km 5,5). Es un espacioso alto que nos ofrece amplias perspectivas de la sierra.
Pasamos en ese punto a otro barranco, el de Pozo Negro. Descendemos (añadiendo un desvío exploratorio para ampliar vistas) al fondo de ese barranco y su arroyo en el km 9,0. Ambos nacen en la base del pico Otero, en la laguna Pozo Negro.
En el km 9 se puede tomar la senda de subida a esa laguna glaciar (quédese ese quehacer para otro día). En la presente ruta, desde el km 9 hasta el final en el 13,1, resta un apacible paseo de descenso hasta Tres Aguas. Llevaremos siempre el arroyo al lado, a nuestra derecha.
En lo que respecta a las dificultades, las hay únicamente en la travesía de ascenso por el barranco de Zarzabala (del km 1,5 al 4,5). Demandas físicas (terreno áspero) y también de orientación (sendero tenue o ilocalizable a trechos). Una guía es necesaria. El resto del trayecto no tiene exigencias que sean motivo de preocupación.
DESTACADO
Las primeras palabras de ‘Angelbur’ al presentar su ruta original son: “Extraordinaria excursión, muy recomendable en invierno…”.
Coincido en lo de ‘extraordinaria’. Y seguro que también en lo de ‘invierno’. No obstante, en invierno debe ser realmente dura; y más con nieve en las zonas altas. Además, sin rebajarle atractivo al gris invernal, el multicolor otoñal hace a esta ruta aún más extraordinaria.
Tardé casi 5 horas en recorrer ‘sólo’ 13 km con ‘meramente’ 530 m de desnivel. Eso representa una velocidad ‘ridícula’ de 2,75 km/h. ¿Cómo se explica esto? Caminando ‘normalmente’ (por el monte), podría hacerse de sobra en menos de 3 horas.
He dicho que sólo hay un tramo duro (y no lo es para tanto; km 1,5 a 4,5). No me senté ni un momento, no me paré para comer (ni siquiera para beber; la botella de agua llegó llena al final), me detuve cinco minutos a hablar con otro caminante (ver Anécdota), y no arrastraba ningún menoscabo que ralentizara mi marcha.
Que ¿cómo se explica (lo de la escasa velocidad)? Muy sencillo: porque el entorno es excepcional; y más que lo estaba en su plenitud otoñal. Había que saborear cada paso, cada metro; a cámara lenta. Y había que detenerse a hacer muchas fotos. Sin duda, esta ruta merece un lugar entre las favoritas; entre las que uno no debería perderse.
Más allá de esta valoración global, se pueden destacar varios aspectos concretos:
Los cursos de agua:
Durante al menos tres cuartas partes del trayecto, vamos acompañados por cauces fluviales; justo al lado o cerca. El arroyo de Rehoyo, primero; el arroyo Zarzabala, después; y el arroyo del Pozo Negro, finalmente. De ahí sale el río Tirón.
En estas fechas, el caudal no es todavía elevado. Aún no ha nevado en las cumbres y la lluvia otoñal ha sido más bien cicatera hasta el presente. En consecuencia, los depósitos naturales deben hallarse con reservas precarias. Incluso así, el agua fluye animosa.
Los vemos saltarines, con algunas cascadas menores. El agua se abre paso entre las rocas musgosas. En las partes altas, las piedras del lecho permanecen aún aristadas. En las bajas, el ímpetu y el volumen de agua acumulada las han pulido y redondeado.
Y también oímos su rumor, cantarines. Cada uno con su tono propio, cambiante según su cuerpo, la pendiente de caída, los materiales del lecho, etc. Sientes su risueña compañía sonora continuamente, aunque no los mires.
La vegetación otoñal y la no otoñal:
Me encanta el otoño y éste es un lugar ideal para disfrutar de su tornasol. La vegetación se compone en buena medida de hayedos, aunque en las orillas de los arroyos crecen también innumerables plantas diferentes. He recorrido muchas rutas otoñales. Ésta se codea con las mejores.
Las hayas flanquean las sendas y caminos. A veces nos envuelven como si transitáramos por un túnel de colores. También tiñen las laderas en los barrancos próximos, entre gualda, dorado y cobrizo, según incida el sol (o se interpongan las nubes) sobre ellas. Naturalmente, a veces los pinos imponen su presencia más circunspecta.
Un caso especial lo constituye el tejo ‘milenario’. Se halla en el km 4,0. Los tejos son coníferas primitivas (de hace 200 millones de años). Éste tiene aspecto vetusto y ‘venerable’, aunque su edad real será, obviamente, muy inferior. Llama la atención su tronco nervudo (parecen raíces, en realidad), con una circunferencia de 7,20 metros y una altura total de 10 m. Insigne morador del bosque.
Los paisajes panorámicos:
Aunque gran parte del tiempo caminamos dentro del bosque, hay zonas de claros con vistas distantes. Es el caso del collado Burgaiza, en el lomo del espolón que separa los dos barrancos, Zarzabala y Pozo Negro. Ofrece panorámicas de las cumbres del Cabeza Aguílez y el San Millán, por el oeste, y las coloridas laderas en los barrancos próximos, como el de Rehoyo. Algo más hacia el sur se alza la mole del Torruco-Zarzabala.
Luego, bajando de ese collado, en el desvío que hicimos hacia la derecha (km 7), se yerguen imponentes el Otero y, algo más difuso, el Campos Blancos. Y, por supuesto, está todo el quebrado barranco que sube hacia el Pozo Negro. Además, de nuevo, están las laderas con grandes manchas de hayedos haciendo cuadrillas propias entre los pinares (‘juntos, pero no revueltos’), creando así un vistoso contraste.
ANÉCDOTA
Ocurrió hacia el km 9,5, bajando por el barranco de Pozo Negro. Hasta entonces, casi cuatro horas de calma total. Sólo el movimiento de las hojas o las nubes, vareadas por un frío viento en las zonas altas. Y sólo un corzo astado, o un ciervo (que, de tantos, ya no sé).
Yo bajaba; el hombre subía. Unos 50 años (los suyos). ‘A los buenos días…’.
--“¿Está haciendo la ruta del Pozo Negro o la senda del Tejo?”, pregunté, por decir algo más. La verdad es que ese tramo lo comparten ambas.
--“¡Oh, no! Lo mío es sólo un paseo corto y fácil. Voy a buscar setas”, dijo.
--“Bueno, para eso hay que conocerlas bien. Yo no llego más allá de las del supermercado”.
--“No es difícil. Hay cinco o seis especies fáciles de identificar”. Parecía buen conocedor.
….
No recuerdo cómo salió en la breve conversación, pero me dijo que era de Ezcaray (no muy lejos de allí, en La Rioja; a menos de 40 minutos; 22 km algo retorcidos).
--“Ah, Ezcaray. Hace un mes, el 15 de octubre, nos quedamos allí haciendo un par de rutas. Un lugar muy bonito. Bueno, una de ellas tuvimos que abortarla al poco de empezar. Había un letrero en un triángulo de prohibición: “Batida de Caza”. En Azarrulla. Frustrados, tuvimos que sustituirla por otra a ‘marchas forzadas’.
--“¿No sería la Ruta de los siete puentes del Usaya?”.
--“La misma. ¿Cómo lo supone?”.
--“Es muy famosa. Allí van en esta época autobuses llenos de gente”. Y me sugirió, amable, otra cercana.
Y aquí llega ‘lo bueno’.
--“Aquél día, en Azarrulla, y a una hora temprana, no había visitantes. Nos fastidió un poco lo de la batida”, le dije.
Y él me suelta, de sopetón:
--“Pues le voy a decir algo. Probablemente, yo estaba allí ese día entre los ‘culpables’ (sonrisa), como cazador. Ya lo siento. El 15 de octubre debía caer en fin de semana o festivo (…me acordé: efectivamente, era un sábado). En esos días, entre septiembre y febrero, hay batidas para controlar la población de jabalíes, corzos y ciervos”.
Y se extendió un poco más con información útil (conviene enterarse con antelación a cualquier plan de ruta senderista por la zona).
Me quedé pasmado…. ¡Qué casualidad! ¿Cuántas probabilidades hay de un encuentro así y de tal coincidencia? ¿Tantas (tan pocas) como que te toque el ‘Gordo de la Primitiva’?
Caso cerrado. Mi alma se quedó en paz (aunque mi mente sigue ‘intrigada’ con el asunto de las probabilidades…).
RUTAS CERCANAS
(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/picote-cabezas-fresneda-de-la-sierra-tiron-115803723
(**) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/fresneda-de-la-sierra-tiron-valle-del-rio-turriaza-117432931
(***) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/otero-2-045-m-y-torocuervo-1-932-m-desde-la-cruz-de-la-demanda-116363748
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/en-busca-del-remendia-en-la-sierra-de-la-demanda-112845221
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/entre-pradilla-de-belorado-y-eterna-115265387
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 65 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 575 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Posiblemente, el otoño y la primavera, con su colorido, sean las estaciones más atractivas para disfrutar de la naturaleza. Eso, sin quitarles un pellizco de interés al invierno (sí, también el crudo invierno burgalés) y al verano. Las estribaciones de la Sierra de la Demanda subyugan con su esplendor cromático en el otoño.
En las últimas semanas, habíamos estado dos veces en Fresneda de la Sierra Tirón. La primera, con el Picote de las Cabezas como centro, nos encantó (*). Pero tuvo un ‘pero’ (del que, sin embargo, a posteriori, nos alegramos): un duro e interminable cortafuegos, al que hubo que acudir para evitar males mayores (el impracticable barranco del Horcajo).
Mas, tanto nos gustó esa ruta y el paisaje en su conjunto, que volví al poco a la zona, con una excursión por el valle del río Turriaza (**). Esta nueva ruta resultó algo menos estimulante, quizá mermada a causa de un largo tramo por el ‘camino viejo de Pradoluengo’ (que no era un camino). Sólo encontré una huraña torrentera encenagada y atestada de maleza.
Así que, para confirmar el encanto de estos bellos parajes, preparé otra excursión. Ésta tendría que ser plenamente satisfactoria. Serviría para borrar cualquier posible ‘pero’ o reservas de las dos anteriores. Y lo consiguió. Fue la mejor. La de hoy.
Hubo un motivo adicional. Semanas atrás, desde arriba (hacia el este), en el pico Otero y de camino al Torocuervo, vimos estos profundos valles ya coloreados (***). No lo sabíamos aún, pero estábamos siendo hipnotizados por ellos. Nos reclamaron desde abajo.
LA RUTA
La ruta comienza en el área de Tres Aguas, al sur del pueblo de Fresneda de la Sierra Tirón. Allí se llega por el camino (pista forestal bastante bacheada) de Las Zarras (6 km).
Tomamos como guía base el trazado de ‘Angelbur’ https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/senda-de-tejo-milenario-13015126 . Sobre él hicimos algunas extensiones, que incrementaron nuestra longitud en casi 3 km y el desnivel en 64 m. La ocasión bien lo merecía.
Hasta el km 1,5, seguimos el curso del arroyo del barranco de Rehoyo, contracorriente, a su lado. En ese punto abandonamos el valle principal y nos adentramos por la izquierda en el barranco de Zarzabala y su arroyo homónimo.
Desde allí y hasta el km 4,5, nos espera un tramo con difícil orientación por senderos agrestes. Es imprescindible llevar una guía e ir dispuestos a ciertas incomodidades y exigencias (‘nada del otro mundo’). En un entorno precioso. Ahí se encuentra el Tejo milenario.
Al concluir ese tramo, cruzamos sin problema el arroyo Zarzabala. Todo será ya mucho más fácil hasta el final de la ruta. Ascendemos primero suavemente por una senda hasta el collado Burgaiza (km 5,5). Es un espacioso alto que nos ofrece amplias perspectivas de la sierra.
Pasamos en ese punto a otro barranco, el de Pozo Negro. Descendemos (añadiendo un desvío exploratorio para ampliar vistas) al fondo de ese barranco y su arroyo en el km 9,0. Ambos nacen en la base del pico Otero, en la laguna Pozo Negro.
En el km 9 se puede tomar la senda de subida a esa laguna glaciar (quédese ese quehacer para otro día). En la presente ruta, desde el km 9 hasta el final en el 13,1, resta un apacible paseo de descenso hasta Tres Aguas. Llevaremos siempre el arroyo al lado, a nuestra derecha.
En lo que respecta a las dificultades, las hay únicamente en la travesía de ascenso por el barranco de Zarzabala (del km 1,5 al 4,5). Demandas físicas (terreno áspero) y también de orientación (sendero tenue o ilocalizable a trechos). Una guía es necesaria. El resto del trayecto no tiene exigencias que sean motivo de preocupación.
DESTACADO
Las primeras palabras de ‘Angelbur’ al presentar su ruta original son: “Extraordinaria excursión, muy recomendable en invierno…”.
Coincido en lo de ‘extraordinaria’. Y seguro que también en lo de ‘invierno’. No obstante, en invierno debe ser realmente dura; y más con nieve en las zonas altas. Además, sin rebajarle atractivo al gris invernal, el multicolor otoñal hace a esta ruta aún más extraordinaria.
Tardé casi 5 horas en recorrer ‘sólo’ 13 km con ‘meramente’ 530 m de desnivel. Eso representa una velocidad ‘ridícula’ de 2,75 km/h. ¿Cómo se explica esto? Caminando ‘normalmente’ (por el monte), podría hacerse de sobra en menos de 3 horas.
He dicho que sólo hay un tramo duro (y no lo es para tanto; km 1,5 a 4,5). No me senté ni un momento, no me paré para comer (ni siquiera para beber; la botella de agua llegó llena al final), me detuve cinco minutos a hablar con otro caminante (ver Anécdota), y no arrastraba ningún menoscabo que ralentizara mi marcha.
Que ¿cómo se explica (lo de la escasa velocidad)? Muy sencillo: porque el entorno es excepcional; y más que lo estaba en su plenitud otoñal. Había que saborear cada paso, cada metro; a cámara lenta. Y había que detenerse a hacer muchas fotos. Sin duda, esta ruta merece un lugar entre las favoritas; entre las que uno no debería perderse.
Más allá de esta valoración global, se pueden destacar varios aspectos concretos:
Los cursos de agua:
Durante al menos tres cuartas partes del trayecto, vamos acompañados por cauces fluviales; justo al lado o cerca. El arroyo de Rehoyo, primero; el arroyo Zarzabala, después; y el arroyo del Pozo Negro, finalmente. De ahí sale el río Tirón.
En estas fechas, el caudal no es todavía elevado. Aún no ha nevado en las cumbres y la lluvia otoñal ha sido más bien cicatera hasta el presente. En consecuencia, los depósitos naturales deben hallarse con reservas precarias. Incluso así, el agua fluye animosa.
Los vemos saltarines, con algunas cascadas menores. El agua se abre paso entre las rocas musgosas. En las partes altas, las piedras del lecho permanecen aún aristadas. En las bajas, el ímpetu y el volumen de agua acumulada las han pulido y redondeado.
Y también oímos su rumor, cantarines. Cada uno con su tono propio, cambiante según su cuerpo, la pendiente de caída, los materiales del lecho, etc. Sientes su risueña compañía sonora continuamente, aunque no los mires.
La vegetación otoñal y la no otoñal:
Me encanta el otoño y éste es un lugar ideal para disfrutar de su tornasol. La vegetación se compone en buena medida de hayedos, aunque en las orillas de los arroyos crecen también innumerables plantas diferentes. He recorrido muchas rutas otoñales. Ésta se codea con las mejores.
Las hayas flanquean las sendas y caminos. A veces nos envuelven como si transitáramos por un túnel de colores. También tiñen las laderas en los barrancos próximos, entre gualda, dorado y cobrizo, según incida el sol (o se interpongan las nubes) sobre ellas. Naturalmente, a veces los pinos imponen su presencia más circunspecta.
Un caso especial lo constituye el tejo ‘milenario’. Se halla en el km 4,0. Los tejos son coníferas primitivas (de hace 200 millones de años). Éste tiene aspecto vetusto y ‘venerable’, aunque su edad real será, obviamente, muy inferior. Llama la atención su tronco nervudo (parecen raíces, en realidad), con una circunferencia de 7,20 metros y una altura total de 10 m. Insigne morador del bosque.
Los paisajes panorámicos:
Aunque gran parte del tiempo caminamos dentro del bosque, hay zonas de claros con vistas distantes. Es el caso del collado Burgaiza, en el lomo del espolón que separa los dos barrancos, Zarzabala y Pozo Negro. Ofrece panorámicas de las cumbres del Cabeza Aguílez y el San Millán, por el oeste, y las coloridas laderas en los barrancos próximos, como el de Rehoyo. Algo más hacia el sur se alza la mole del Torruco-Zarzabala.
Luego, bajando de ese collado, en el desvío que hicimos hacia la derecha (km 7), se yerguen imponentes el Otero y, algo más difuso, el Campos Blancos. Y, por supuesto, está todo el quebrado barranco que sube hacia el Pozo Negro. Además, de nuevo, están las laderas con grandes manchas de hayedos haciendo cuadrillas propias entre los pinares (‘juntos, pero no revueltos’), creando así un vistoso contraste.
ANÉCDOTA
Ocurrió hacia el km 9,5, bajando por el barranco de Pozo Negro. Hasta entonces, casi cuatro horas de calma total. Sólo el movimiento de las hojas o las nubes, vareadas por un frío viento en las zonas altas. Y sólo un corzo astado, o un ciervo (que, de tantos, ya no sé).
Yo bajaba; el hombre subía. Unos 50 años (los suyos). ‘A los buenos días…’.
--“¿Está haciendo la ruta del Pozo Negro o la senda del Tejo?”, pregunté, por decir algo más. La verdad es que ese tramo lo comparten ambas.
--“¡Oh, no! Lo mío es sólo un paseo corto y fácil. Voy a buscar setas”, dijo.
--“Bueno, para eso hay que conocerlas bien. Yo no llego más allá de las del supermercado”.
--“No es difícil. Hay cinco o seis especies fáciles de identificar”. Parecía buen conocedor.
….
No recuerdo cómo salió en la breve conversación, pero me dijo que era de Ezcaray (no muy lejos de allí, en La Rioja; a menos de 40 minutos; 22 km algo retorcidos).
--“Ah, Ezcaray. Hace un mes, el 15 de octubre, nos quedamos allí haciendo un par de rutas. Un lugar muy bonito. Bueno, una de ellas tuvimos que abortarla al poco de empezar. Había un letrero en un triángulo de prohibición: “Batida de Caza”. En Azarrulla. Frustrados, tuvimos que sustituirla por otra a ‘marchas forzadas’.
--“¿No sería la Ruta de los siete puentes del Usaya?”.
--“La misma. ¿Cómo lo supone?”.
--“Es muy famosa. Allí van en esta época autobuses llenos de gente”. Y me sugirió, amable, otra cercana.
Y aquí llega ‘lo bueno’.
--“Aquél día, en Azarrulla, y a una hora temprana, no había visitantes. Nos fastidió un poco lo de la batida”, le dije.
Y él me suelta, de sopetón:
--“Pues le voy a decir algo. Probablemente, yo estaba allí ese día entre los ‘culpables’ (sonrisa), como cazador. Ya lo siento. El 15 de octubre debía caer en fin de semana o festivo (…me acordé: efectivamente, era un sábado). En esos días, entre septiembre y febrero, hay batidas para controlar la población de jabalíes, corzos y ciervos”.
Y se extendió un poco más con información útil (conviene enterarse con antelación a cualquier plan de ruta senderista por la zona).
Me quedé pasmado…. ¡Qué casualidad! ¿Cuántas probabilidades hay de un encuentro así y de tal coincidencia? ¿Tantas (tan pocas) como que te toque el ‘Gordo de la Primitiva’?
Caso cerrado. Mi alma se quedó en paz (aunque mi mente sigue ‘intrigada’ con el asunto de las probabilidades…).
RUTAS CERCANAS
(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/picote-cabezas-fresneda-de-la-sierra-tiron-115803723
(**) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/fresneda-de-la-sierra-tiron-valle-del-rio-turriaza-117432931
(***) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/otero-2-045-m-y-torocuervo-1-932-m-desde-la-cruz-de-la-demanda-116363748
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/en-busca-del-remendia-en-la-sierra-de-la-demanda-112845221
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/entre-pradilla-de-belorado-y-eterna-115265387
Waypoints
Comments (4)
You can add a comment or review this trail
Esos bosques hay que verlos! Me guardo esta ruta en "Imprescindibles".
Gracias maisid por descubrirnos esos bucólicos rincones
Hola, Luis.itxina. No te decepcionará, a poco que la encuentres parecida a como la hice yo. Agua, colorido, naturaleza salvaje, grandiosidad, soledad (en un día 'normal'...). También se puede ampliar hasta el Pozo Negro, aunque esa versión es más exigente. Espero hacerla (no me importará repetir parte del trayecto, que se solapan).
I have followed this trail View more
Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Excelente ruta. Ahora espera su 'hermana mayor', hasta el Otero.
Gracias, Castarruyo. Sí, esa fue también, curiosamente, mi conclusión. Convertida enseguida en imperativo. El otoño (de nuevo) puede ser ideal.