Senda geominera. De Cala Reona a Calblanque.

El Parque regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila es nuestro destino
hoy. Hemos escogido realizar dos rutas diferentes, una desde Portman, por las instalaciones militares del Monte de las Cenizas, y la otra por la costa, desde Cala Reona hasta la playa de Calblanque, en una ruta cuya parte norte, por el agreste sendero geominero, es una ruta de ida y vuelta, mientras la parte situada más al sur es una ruta circular que se inicia a la altura de Punta Barriga, para continuar cerca de la costa hasta la playa de Calblanque, volviendo después por un sendero situado a los pies del Cabezo de la Escucha y de Tajos Quebrados hasta Punta Barriga.
Cala Reona, situada entre Cabo de Palos y el Parque Natural Regional, es el lugar donde comienza este bonito sendero. Es una antigua playa de guijarros negros, resto de la erosión de las montañas de pizarra que rodean el lugar, pero el visitante aprecia de inmediato que la mayor parte de la playa está cubierta de arena, que es el resultado de aportes exógenos decididos por el propietario de la mayoría de los terrenos vecinos, que se han mantenido sin urbanizar por su decisión, lo que posiblemente es la causa de que Calblanqe siga siendo ahora un pequeño paraíso protegido del urbanismo desenfrenado de otras zonas (aunque las minas han modificado notablemente partes del entorno).
La senda que seguimos, parte del GR-92 en buena parte del trayecto, es conocida como Senda Geominera por su interés geológico. Desde la playa de Cala Reona, el sendero (conocido también como PR-MU-1) se dirige primero hacia la falda del Cerro del Atalayón, para poco después girar hacia el sur, pasando por una zona de lapiaz conocida como Punta de los Saleros. Desde aquí el sendero, a unos 50 metros de altura sobre el nivel del mar, continúa hacia Punta Loba, donde puede verse un bufadero, una gran galería abierta en el terreno donde el mar produce abundante espuma y fuerte ruido al entrar las olas.
Poco más adelante, a la derecha mientras pasamos hacia Punta Pino, podremos ver el Cerro del Atalayón, con restos de la extracción de minerales en una zona donde existió una gran veta de plata, hierro y plomo, y en la que podremos encontrar escombreras con restos de siderita y hematites entre otros minerales. En esa zona encontraremos un par de pasos protegidos con cuerdas fijas, aunque su uso nos pareció innecesario (pueden ayudar mucho a personas con calzado menos adecuado).
De inmediato, tras una entrada a la altura de Cala Cocón, llegamos a otro notable lugar, Punta Barriga, con impresionantes esquistos fracturados e inclinados, que se han atribuido a movimientos tectónicos.
A partir de ahí la ruta se hace circular, para desviarnos ahora hacia la costa, pasando por las cercanías de Punta Espada, y entrar en la Cala de los Déntoles, donde la abrasión del mar ha formado cavidades en las que se recogían moluscos en tiempos prehistóricos; aquí el suelo está marcado por el contraste entre las blancas eolianitas y los negros esquistos.
Poco más adelante estaremos en Punta Negra, donde encontramos a nuestra derecha un mirador, y a la izquierda las dunas fósiles que se formaron tras la bajada del nivel de las aguas en esta zona de costa. Los sedimentos arcillosos que originaron las dunas que forman el suelo de los siguientes accidentes: Cala Magre, Cala Arturo y Calblanque, hasta Punta Blanca, son lo más notable de esta zona, y un paraíso para los visitantes en busca de un baño inolvidable en la playa que da nombre al Parque Regional.
No seguiremos hasta las Salinas del Rassal, dos antiguas lagunas endorreicas, que se llenaban por el agua de lluvia y que fueron reconvertidas en lagunas en el siglo XX. Utilizaremos un sendero protegido para girar hacia el norte y volver por otro sendero hacia la ladera del Cabezo de la Escucha, al pie de las escombreras existentes aquí, antes de alcanzar de nuevo el sendero principal a la altura de Punta Negra. Volveremos a separarnos del sendero principal un poco más adelante, para acercarnos a la ladera de Tajos Quebrados, en ruta hacia Punta Barriga, donde volvemos al sendero principal, que seguiremos a partir de ahora hasta llegar de nuevo a Cala Reona.
En conjunto un muy bonito sendero, de corta longitud y ligero desnivel total, aunque con suelo irregular y erosionado y algunos pasos aéreos, algunos protegidos con cuerdas, por lo que consideramos que no es un sendero recomendable para personas con vértigo, ni para niños pequeños no vigilados. Calzado de montaña, bastones y agua son convenientes; en verano el uso de un sombrero y buena protección solar nos parece muy recomendable.