Senda Las Arroyos: Mucientes

Realizado por el Ayto. de Mucientes. Aunque el título sea Las Arroyos, lo cierto es que la senda atraviesa, sobre todo, bacillares cuyo suelo es de tipo arenoso. Veremos los amplios paisajes del valle del Pisuerga, que se abre para contemplar a lo lejos Cigales y, detrás, nuestro Mucientes, gracias a una ruta que es un continuo y suave tobogán. Partimos de la ermita de la Virgen de la Vega, majestuosa junto al arroyo del Prado. Poco a poco, al fondo se abre el valle mostrando toda su amplitud. Justo cuando giramos a la derecha -hacia el km 3,5- vemos algunas naves. Dada la vuelta, nos encaminamos por las viñas de Salhuero hacia Mucientes que aparecerá al fondo. Pero antes contemplamos algunos pinos y almendros y -de frente- las viñas perfectas que maduran uva al pie del cerro Tras de Lanzas, inconfundible, que con sus altos pinos se ven desde los cuatro puntos cardinales de esta comarca. Incluso podríamos acercarnos a él por un lindero para disfrutar de espléndidas vistas. A partir de ahora predominan las bajadas, van desapareciendo las viñas para dar paso a los campos de cereal e incluso cruzamos alguna pequeña alameda. Muy cerca del camino también nos sorprende un bardo en el que se refugian raudos como lo que son, sus habitantes, los conejos. Por lo demás, si no estamos en invierno es muy fácil ver también lagartos ocelados y culebras de escalera, que abundan en estos campos de grava. Y, como los cielos son abiertos, además de palomas veremos variadas rapaces: águilas calzadas, ratoneras, cernícalos y milanos. Cerca de la ermita cruzamos los cauces de los arroyos de Valdehigueras y Besugo y también, a la derecha, desmontes de viejos tejares. Y de nuevo estamos junto a la Virgen de la Vega. Si seguimos de frente hacia el pueblo cruzando la carretera, vemos a la izquierda una antigua fuente a cuyo manantial se desciende por unas escaleras. ¡Nos hemos ganado un vasito de clarete fresco!Aunque el título sea Las Arroyos, lo cierto es que la senda atraviesa, sobre todo, bacillares cuyo suelo es de tipo arenoso. Veremos los amplios paisajes del valle del Pisuerga, que se abre para contemplar a lo lejos Cigales y, detrás, nuestro Mucientes, gracias a una ruta que es un continuo y suave tobogán. Partimos de la ermita de la Virgen de la Vega, majestuosa junto al arroyo del Prado (bueno, por aquí habría que decir la arroyodel Prado). Poco a poco, al fondo se abre el valle mostrando toda su amplitud. Justo cuando giramos a la derecha -hacia el km 3,5- vemos algunas naves. Dada la vuelta, nos encaminamos por las viñas de Salhuero hacia Mucientes que aparecerá al fondo. Pero antes contemplamos algunos pinos y almendros y -de frente- las viñas perfectas que maduran uva al pie del cerro Tras de Lanzas, inconfundible, que con sus altos pinos se ven desde los cuatro puntos cardinales de esta comarca. Incluso podríamos acercarnos a él por un lindero para disfrutar de espléndidas vistas. A partir de ahora predominan las bajadas, van desapareciendo las viñas para dar paso a los campos de cereal e incluso cruzamos alguna pequeña alameda. Muy cerca del camino también nos sorprende un bardo en el que se refugian raudos como lo que son, sus habitantes, los conejos. Por lo demás, si no estamos en invierno es muy fácil ver también lagartos ocelados y culebras de escalera, que abundan en estos campos de grava. Y, como los cielos son abiertos, además de palomas veremos variadas rapaces: águilas calzadas, ratoneras, cernícalos y milanos. Cerca de la ermita cruzamos los cauces de los arroyos de Valdehigueras y Besugo y también, a la derecha, desmontes de viejos tejares. Y de nuevo estamos junto a la Virgen de la Vega. Si seguimos de frente hacia el pueblo cruzando la carretera, vemos a la izquierda una antigua fuente a cuyo manantial se desciende por unas escaleras.