Sendero autoguiado 'Sierra de la Muela' (Alhama de Murcia)

Una década después, vuelvo a repetir esta bonita ruta. La Sierra de la Muela es tranquila, suave, sin grandes desniveles, muy agradecida y cómoda de transitar, y con muy buenas vistas. Sin embargo, poca gente de fuera de Alhama de Murcia la conoce porque queda eclipsada por Sierra Espuña, que se lleva todas las atenciones. Es lo mismo que sucede con la Sierra de Lúgar respecto a la de la Pila, o con cualquiera de las sierras que rodean a La Sagra.

En lugar de ir al centro de Alhama, donde aparcar es más complicado, decido ir a la Calle del Padre Marín, cerca de la Ermita de la Candelaria. Aquí tendremos buen aparcamiento y nos ahorraremos el tramo urbano.

Un cartel y un poste direccional indican nuestro punto de partida. Para empezar seguiremos el itinerario del GR 252.1 y el PR-MU 93, así que cruzamos la puerta por el lateral y afrontamos un primer repecho bastante potente.

Este camino bordea la base de la sierra, y es un buen mirador sobre Alhama de Murcia y su castillo. No tardamos en llegar a un poste que indica la Senda de la Rellana. Aquí abro un paréntesis para aclarar el nombre y ubicación de los tres senderos que suben a La Muela desde la ciudad, porque al parecer hay confusión e incluso los carteles antiguos tienen errores.

El primer sendero es esta Senda de la Rellana. Sube casi verticalmente y es la única que aún tengo pendiente de recorrer. Era el paso utilizado por los vecinos, ya que el del Cenajo era de uso privado por encontrarse dentro de una finca. La Senda de la Rellana ha sido recuperada recientemente.

El segundo es la Senda del Cenajo. Era utilizada por los trabajadores de la Finca La Muela en el siglo XX. Hay constancia de su existencia desde el siglo anterior y fue adquirida por el ICONA en 1961. Restaurada y habilitada, es una auténtica gozada subir y bajar por aquí, si bien ha sufrido algunos desprendimientos y algún punto debe ser rehabilitado, aunque a día de hoy se puede transitar sin problemas, eso sí, llevando precaución. La confusión está en que a este sendero se le llamó también Cuesta del Salto, habiendo incluso cartelería que lo llama así. Sin embargo, a la entrada de la senda (abajo) se ha puesto un pequeño cartel informativo con el nombre correcto y su historia, de donde he tomado esta información.

La última es la Senda de la Cuesta del Salto (la de verdad), que está más al oeste. Se trata de otro paso tradicional entre Alhama y Gebas. Ha sido habilitada y está homologada como SL-MU 19. Tiene un paso algo vertical en el que se han instalado barandas. No es complicado, pero requiere un mínimo de destreza. Desemboca a la altura de lo que fue pista de aterrizaje para aviones contra incendios.

Nuestra senda es la del Cenajo. Si miramos hacia arriba no podremos sospechar que una ladera tan abrupta tenga un paso tan cómodo. Cómodo pero exigente. Las vistas sobre el Valle del Guadalentín serán la excusa perfecta para detenernos a recuperar resuello.

Una vez arriba conectaremos con una pista forestal e iremos a la derecha, dejando el GR y siguiendo por el PR. Aquí predomina la sombra, y el paseo es muy agradable. Algo más adelante también dejaremos el PR y seguiremos leales por la pista de tierra. Estamos ya en la zona de cumbre, un poste nos avisa de que hemos de virar a la derecha por un camino menor que pronto pasa a ser un sendero.

Llegamos al vértice geodésico y nos asomamos al mirador natural sobre la Sierra de Carrascoy y el Valle del Guadalentín. Este tramo por la cresta es lo más bonito de la ruta, junto con la Senda del Cenajo y las vistas del Embalse de Algeciras, al que nos dirigimos.

Las rocas de la cumbre, de formas caprichosas y singulares, son un espectáculo en sí mismas. Caminamos junto a ellas e iniciamos el descenso dando vistas al embalse, cuyas aguas tienen un hipnótico color azul turquesa.

Bajamos por el divertido sendero y salimos al canal del trasvase. Giramos a la derecha para visitar el Mirador del Embalse de Algeciras, aunque las mejores vistas están algo más abajo, donde no hay árboles entorpeciendo la visión.

Volvemos al trasvase, cruzamos por el puente de madera y circulamos junto a él durante más de un kilómetro, con las ranas saltando al agua a nuestro paso. Es una zona muy tranquila y solitaria. Al fin llegamos al punto donde nos alejamos del canal para reintroducirnos entre los pinos.

El sendero nos saca más arriba a la pista forestal, que cogemos a la izquierda, junto a la puerta de acceso a vehículos. El siguiente hito de la ruta es el Pino Gordo, catalogado como árbol singular. Tendrá casi siglo y medio de vida, y presenta un aspecto lozano y venerable. Es el lugar perfecto para sentarse a beber agua y tomar algo de fruta.

Atención, porque enseguida llegaremos a una curva cerrada a la derecha que salva un barranco. Este punto no está señalizado y tenemos que dejar la pista para coger el camino menor de la izquierda. En una bifurcación a los pocos metros, optamos por la derecha. Esto nos sacará a otra pista forestal y giramos a la izquierda.

Estamos ya muy cerca de cerrar el círculo y bajar nuevamente por la Senda del Cenajo, pero antes pasaremos por dos lugares: el Mirador de la Muela, con unas vistas alucinantes de Alhama y el Valle del Guadalentín, y la Casa Forestal de La Muela, sede de un grupo scout. Junto a ésta, las imponentes ruinas de las Casas de la Muela.

En fin, así llegamos nuevamente a lo alto de la Senda del Cenajo. Toca zigzaguear en bajada para regresar, y de nuevo disfrutamos de este trazado inverosímil, invisible desde abajo.

Para otra ocasión queda la Senda de la Rellana, que promete ser tan interesante como las del Cenajo y la Cuesta del Salto.