LÚCAR. «¡COQUITO!» (Alternando vegas, ramblas y sierras).

SENDERO CIRCULAR.

Precioso sendero con una distancia moderada, no llega a los 8 km, con partida y llegada en la plaza Isabel II de Lúcar, y con una gran diversidad paisajística.
TRAZADO:
Partimos por el barrio El Carmen, camino del paraje La Mora. En el cortijo de D. José de Pablo, giramos a la derecha, bajamos unos metros y a la izquierda cogemos el camino por el Cortijo Dña. Rosario. Atravesamos el paraje La Mora y llegamos al Malecón de la rambla Los Molinos.
A la izquierda ascendemos, por una pequeña cuesta, al cortijo Decaras.
En la era de trillar de este cortijo, cogemos una pequeña senda que nos sube por la cresta faldeada por el barranco Caena y rambla Los Molinos, hasta llegar al camino cinegético que une el principal de la sierra con el paraje Motroy, a la altura de las Lomas de Coquito.

Continuamos dirección a Motroy, bajamos unos metros y un mojón de piedra nos indica que por esos pinos, bajamos a la rambla de Los Escuchagranos.
El descenso a esta rambla lo podemos hacer, o directamente bajando el pequeño barranco que tenemos al lado del camino, o haciendo un pequeño giro a la izquierda, coger una pista de pinos y hacerlo por el siguiente barranco.

Este tramo es lo más dificultoso del sendero, pero aunque tiene pendiente, es tierra y el calzado se agarra bien; de todas formas son algo más de 100 m; no presenta gran dificultad.

Una vez en la rambla Los Escuchagranos, descendemos por ella, continuamos por la rambla La Alquería y pasados los resbaladeros de jaboncillo, estamos pendientes del margen derecho, en él, veremos en una piedra, dos marcas de pintura, verde y blanca, en ese punto cogemos la senda del sendero catalogado, «Minas del Talco».

Este sendero del Talco, lo continuamos hasta la Rambla Lúcar, pasando por el Plantonal y Molino Mío, (alojamiento rural).

En la rambla, giramos a la izquierda, caminamos unos 200 m y a la altura de la zanja, giramos a la derecha por un camino rural.

Después de un pequeño recorrido, en una bifurcación, cogemos el de la derecha, y por una pronunciada cuesta, pasando por el cortijo de D. Pedro Rozas, (Pedro el de Alonso) antigua Para Conejo, cerro La Santa y por último, calle de Juan y Medio, llegamos de nuevo a la plaza Isabel II.

(Este sendero, por su trazado, por su diversidad de paisajes, su corto recorrido, su salida y llegada al pueblo, y por el gran ejercicio de «cardio» al que se presta, estoy seguro, de que el que lo haga, repite).