Sendero de Barcina de los Montes

El Parque Natural comienza a señalizar sus sendas con un color corporativo propio: morado y blanco. Estos nuevos colores irán sustituyendo a los amarillos y verdes que tenemos en otras sendas a medida que vayamos repasándolas en tareas de mantenimiento.

Esta senda corresponde a la antigua PR-BU 102, que desaparece para dar paso a la que nos ocupa, aunque manteniendo el recorrido de aquella.

Barcina de los Montes ocupa buena parte de la cara norte del cordal meridional de los Montes Obarenes, la zona también conocida como Sierra de Oña. De hecho varias sendas transcurren por esta parte de la cordillera, partiendo el Portillo de Busto, pasando por el Pan Perdido y llegando hasta la Mesa de Oña. Sería posible a día de hoy, saltando de senda a senda, recorrer toda la Sierra desde Pancorbo hasta Oña.

El sendero no nos lleva a ninguna de las cumbres, aunque nos deja a los pies de estas, siendo su ascenso opcional. Sin dejar de ser un agradable paseo, su longitud de 12 km y su desnivel requieren de un mínimo de forma física.

Dejaremos el vehículo en el aparcamiento habilitado en el pueblo, de donde parte el recorrido. Enfrente, cruzando la carretera, sale el camino entre fincas que nos irá ascendiendo por el término de Solayal (bajo el Hayal) hasta el propio hayedo y finalmente en un amplio zigzag hasta La Sierra.

Llegamos al camino de la Sierra, que nos acompañará un buen trecho, y vemos que se nos ofrece la primera opción de hacer cumbre hacia el Pico Ventanas. Este forma parte del sendero del Pan Perdido, por lo que esta alternativa es en realidad el enlace entre las dos sendas.

Nosotros seguimos hacia el oeste, por el pastizal de altura que rodea el camino de la Sierra. Nos esperan tres kilómetros de llanear con unas excepcionales vistas. Por el camino nos encontraremos con la parte alta de la Barranca, una garganta en la roca que se desploma hacia el valle. Si nos asomamos un poco, nos encontraremos con una serie de tejos de muy buen porte.

Unos metros más adelante tenemos otra opción de cumbrear. Por entre unas pequeñas vaguadas, podemos alcanzar las cumbres de Crispalao y Peña Roja. Como todas las cimas de este cordal sur, nos ofrecen unas vistas impagables de la zona de la Bureba y más allá.

Como decimos, estas alternativas no forman parte del sendero en sí, pero ahí están para quien quiera aprovecharlas. Seguimos adelante por el pastizal hasta dar con la Laguna, término cuyo nombre viene dado por una gran charca que aún podemos ver con agua, pero que conoció mejores tiempos.

A partir de la Laguna, el sendero de Barcina de los Montes comparte un tramo de su recorrido con el de la Mesa de Oña. Si siguiéramos andando por el camino de la Sierra llegaríamos en breve a las subidas al Pico Cuchillos y, un poco más adelante a la propia Mesa de Oña, por tener diferentes opciones no va a ser.

Nuestro próximo objetivo es el Portillo del Mercado, por lo que giramos a la derecha y tenemos que cruzar una pequeña loma en la que destacan una serie de pinos diseminados cuyo porte tortuoso nos deja ver las duras condiciones climáticas en las que crecen aquí arriba. Subimos y bajamos la loma hasta llegar a uno de estos llamativos pinos junto al que ya vemos el sendero de bajada en el límite del hayedo.

Nos adentramos de nuevo en el Hayal de Barcina, bajo cuyo manto transcurrirá la mayoría del resto de la ruta. Esta senda de bajada nos mete de lleno en el un bosque lleno de sensaciones, las cuales dependerán del día y de la estación del año en que nos encontremos.

La bajada culmina en otro camino y otro cruce. Aquí nos volvemos a separar de la senda de la Mesa de Oña que, por su parte, desde aquí regresa bien a Oña o bien a Penches. Nuestro sendero vuelve a apuntar al este, en lo que ya es el camino de regreso. Llaneamos atravesando el hayal durante kilómetro y medio y llegamos a la parte baja de la Barranca, desde donde podemos darnos cuenta de la gran caída que tiene el tajo en la roca.

A partir de aquí ya es todo bajar en dirección a Barcina. Esta zona se llama la Tejera y encontraremos un par de pilones para el ganado por el camino. Atravesamos de nuevo la carretera y, por el camino del Crucero, llegamos al aparcamiento.

Antes de coger el coche, no podemos dejar de recomendaros un paseo por el pueblo y la visita a la quesería, donde no podréis resistir la tentación de haceros con una buena porción de queso de oveja.