Sendero de las ruinas de Tabanera (PRC-BU-189)

Villasilos nace en la historia en la época de la repoblación de esta parte de Castilla hacia finales del Siglo IX.Asentado a orillasdel Rio Odra,sobre una fértil vega,debe su nombre a un caudillo local llamado Silo.
Si se tiene en cuenta que un silo era un lugar subterráneo y seco donde se guardaba el trigo, semillas y forrajes, cabe pensar que en el siglo XI Villasilos era un vasto y seguro almacén que servía para abastecer las necesidades de Castrojeriz. En el siglo XI Villasilos contaba además con dos ermitas, la de San Andrés y la de San Martín.
Esta villa, que en la actualidad depende de Castrojeriz, cuenta con dos barrios de bodegas con sus respectivos lagares; son el barrio de Carrevacas y el de Santa María.
En tiempos, contaba Villasilos con un hospital, del que solo se conservan algunos restos en la actualidad. De su pasado histórico conserva la iglesia de San Andrés, construida en el siglo XVI, en cuya construcción participaron varios arquitectos. Pero si grandiosa es la arquitectura, también bellos son sus nada menos que once retablos entre los que destaca, sin duda, el del altar mayor dedicado a San Andrés.

ITINERARIO

El sendero parte del punto de acogida BTT de la localidad de Castrojeriz(en el Ayuntamiento) en dirección al Barrio del Manzano. Al llegar a un complejo cruce de rutas en las inmediaciones del Barrio del Manzano se debe girar a la izquierda y tomar el camino de la Asperilla, que bordea la falda del cerro donde se yerguen las ruinas del Castillo de Castrojeriz.

En la primera bifurcación que se encuentra después del cruce la señalización indica la posibilidad de realizar el recorrido con dos variantes: continuar por la izquierda guiará en primer término hasta el despoblado de Tabanera, en cambio si se toma la pista de la derecha se llega a la localidad de Villasilos. En este caso, la descripción del itinerario se realiza continuando por la izquierda, en dirección a las ruinas de Tabanera.

Por el camino de la Asperilla, tras cruzar la carretera que une Castrojeriz con Villasandino, el sendero llega al abandonado pueblo de Tabanera, situado a orillas del arroyo Odrilla, en la vega del río Odra y frente a la localidad de Castrillo de Matajudíos. El origen de su despoblamiento se debe a unas inundaciones que lo cubrieron de agua y obligaron a sus habitante a abandonarlo. Actualmente sólo se observan las ruinas de las antiguas casas de adobe y la iglesia de piedra de San Miguel Arcángel, que ha perdido el tejado, pero conserva en perfecto estado la torre del campanario. En las proximidades del despoblado se encuentran los restos de antiguas bodegas. El cultivo de la vid en esta zona está documentado desde la antigüedad. Fueron los romanos quienes implantaron la vid de forma estable, aunque los pueblos prerromanos ya cultivaban pequeños viñedos.

Tomando dirección noreste, un cómodo camino agrícola avanza entre fincas de labor hasta la localidad de Villasilos. Durante este tramo entre las fincas agrícolas aparecen chozos de piedra en el horizonte, que eran usados para guardar aperos y útiles de labranza por los vecinos de la zona.

Una vez en Villasilos merece la pena dar un paseo por la localidad. Se abandona el caserío por una zona de naves agrícolas. El sendero cruza de nuevo la carretera, atraviesa las bodegas de Carrevacas y comienza el ascenso hacia el páramo de Valdehierro.

Una vez en lo alto de la paramera se gira a la derecha en un cruce señalizado y se toma el camino de Cañuelo, una pista de concentración parcelaria que discurre por la divisoria de aguas, a modo de balcón. Poco a poco se desciende entre un mosaico de fincas agrícolas hasta la localidad de Castrojeriz, siendo frecuente ver al atardecer zorros y corzos correr por los campos. El cómodo descenso conduce de nuevo hasta el cruce donde anteriormente se indicaba la posibilidad de ir inicialmente a las ruinas de Tabanera o bien a Villasilos. En poco tiempo, se llega de nuevo a Castrojeriz, punto de inicio del sendero.