Sendero de los castillos de Monteagudo. PR-MU 37.
near Monteagudo, Murcia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Fácil recorrido a lo largo del sendero oficial PR-MU 37 , el sendero está bien cuidado solo algunos carteles están en mal estado por el vandalismo.
El castillo está enclavado en un impresionante puntal rocoso que se eleva 149 m sobre el nivel del mar, por lo que domina toda la Huerta de Murcia, regada por el río Segura. Su estratégica situación y su singular disposición convierten a esta fortaleza en un hito fundamental de la depresión prelitoral murciana, situado en el borde septentrional de la Huerta.
El castillo de Monteagudo remonta sus orígenes a época islámica. Las primeras referencias documentales a esta fortificación indican su existencia hacia 1078-1079. Sin embargo, es en tiempo de Ibn Mardanis cuando el castillo adquiere su disposición actual. No obstante, la trascendental fama que aún conserva le vendría con la incorporación del reino a la Corona de Castilla en 1243. Allí situó Alfonso X el Sabio su residencia murciana, quedando vinculado a los monarcas castellanos. La agregación al reino de Valencia del valle del Vinalopó y la vega baja del Segura a comienzos del siglo xiv convertiría al castillo de Monteagudo en el vigilante secular de la frontera.
Castillo de Monteagudo:
El castillo supuso la vanguardia oriental del reino musulmán de Murcia con la vecina taifa de Denia. Por su posición estratégica sobre el valle del Segura, el cerro de Monteagudo es un emplazamiento idóneo para una fortaleza. La edificación data del siglo XI y mantuvo ocupación islámica hasta el siglo XIII, pasando luego a manos cristianas como baluarte fronterizo hasta el siglo XV. Se compone de dos recintos amurallados concéntricos que superan los 5.000 m2 de superficie y está construido con sólidos muros de tapial. Fue prisión del primer rey Taifa de Murcia, el derrocado Ibn Tahir, y residencia de Alfonso X El Sabio en sus estancias en la ciudad de Murcia. El Corazón de Jesús de Monteagudo, conocido popularmente como Cristo de Monteagudo, fue erigido originalmente en 1926 por Anastasio y Nicolás Martínez. Lo más granado de la sociedad murciana contribuyó en la financiación de la obra que se estimaba en 30.000 pesetas. Para recabar las contribuciones se constituyeron cofradías que durante más de un año fue noticia candente en la prensa murciana, a la par que las obras se desarrollaban. En 1936, a pocos meses del inicio de la guerra civil, se derruyó el cristo, que volvió a erigirse en 1951, con 14 metros de altura, también de la mano del escultor Nicolás Martínez Ramón.
El Castillejo:
El Castillejo Qasr Ibn Saad
La almunia fortificada de Qasr Ibn Saad conocida popularmente como Castillejo, fue construida por el Rey Lobo en el siglo XIII. Su nombre en árabe significa "Alcázar del Rey”, y es que son varias las crónicas de la época que relatan sus fastuosos jardines y estancias. Lugar de recreo de la corte, el Castillejo era frecuentado por eruditos y literatos que prestigiaban el reinado de Ibn Mardanish. Tras varios intentos de destrucción, la invasión almohade consiguió asolar el palacio y su entorno en 1167.
Información adicional:
Ibn Mardanish, conocido por los cristianos como El Rey Lobo, fue el último rey Almorávide. Este prefería vivir alejado de la ciudad, pero cerca. Por ello, reformó la fortaleza existente en el cerro de Monteagudo, convirtiéndola en el castillo amurallado, pero, una fortaleza defensiva no se puede considerar un sitio precisamente lujoso para vivir y se construyó el palacio en el que haría la mayor parte de la vida diaria, llamado Qasr Ibn Sa'd, y que hoy conocemos como El Castillejo, para la vida política, un tal Mardanis construyó una tercera fortaleza: El Castillo de Larache, donde alojaría a sus huéspedes. Actualmente, vemos estas tres fortalezas como tres elementos aislados, pero, desde el gran castillo hasta el Larache, todo formaba un único complejo lleno de fuentes, albercas, terrazas repletas de vegetación con las que el Rey quería simular el paraíso en la tierra. Quedan algunos vestigios que lo atestiguan, se pueden ver los restos de los muros de las dos grandes albercas, incluso, en una de las maltrechas torres del Castillejo, podemos ver una estrella de Salomón, de ocho puntas (símbolo islámico del paraíso).
El castillo está enclavado en un impresionante puntal rocoso que se eleva 149 m sobre el nivel del mar, por lo que domina toda la Huerta de Murcia, regada por el río Segura. Su estratégica situación y su singular disposición convierten a esta fortaleza en un hito fundamental de la depresión prelitoral murciana, situado en el borde septentrional de la Huerta.
El castillo de Monteagudo remonta sus orígenes a época islámica. Las primeras referencias documentales a esta fortificación indican su existencia hacia 1078-1079. Sin embargo, es en tiempo de Ibn Mardanis cuando el castillo adquiere su disposición actual. No obstante, la trascendental fama que aún conserva le vendría con la incorporación del reino a la Corona de Castilla en 1243. Allí situó Alfonso X el Sabio su residencia murciana, quedando vinculado a los monarcas castellanos. La agregación al reino de Valencia del valle del Vinalopó y la vega baja del Segura a comienzos del siglo xiv convertiría al castillo de Monteagudo en el vigilante secular de la frontera.
Castillo de Monteagudo:
El castillo supuso la vanguardia oriental del reino musulmán de Murcia con la vecina taifa de Denia. Por su posición estratégica sobre el valle del Segura, el cerro de Monteagudo es un emplazamiento idóneo para una fortaleza. La edificación data del siglo XI y mantuvo ocupación islámica hasta el siglo XIII, pasando luego a manos cristianas como baluarte fronterizo hasta el siglo XV. Se compone de dos recintos amurallados concéntricos que superan los 5.000 m2 de superficie y está construido con sólidos muros de tapial. Fue prisión del primer rey Taifa de Murcia, el derrocado Ibn Tahir, y residencia de Alfonso X El Sabio en sus estancias en la ciudad de Murcia. El Corazón de Jesús de Monteagudo, conocido popularmente como Cristo de Monteagudo, fue erigido originalmente en 1926 por Anastasio y Nicolás Martínez. Lo más granado de la sociedad murciana contribuyó en la financiación de la obra que se estimaba en 30.000 pesetas. Para recabar las contribuciones se constituyeron cofradías que durante más de un año fue noticia candente en la prensa murciana, a la par que las obras se desarrollaban. En 1936, a pocos meses del inicio de la guerra civil, se derruyó el cristo, que volvió a erigirse en 1951, con 14 metros de altura, también de la mano del escultor Nicolás Martínez Ramón.
El Castillejo:
El Castillejo Qasr Ibn Saad
La almunia fortificada de Qasr Ibn Saad conocida popularmente como Castillejo, fue construida por el Rey Lobo en el siglo XIII. Su nombre en árabe significa "Alcázar del Rey”, y es que son varias las crónicas de la época que relatan sus fastuosos jardines y estancias. Lugar de recreo de la corte, el Castillejo era frecuentado por eruditos y literatos que prestigiaban el reinado de Ibn Mardanish. Tras varios intentos de destrucción, la invasión almohade consiguió asolar el palacio y su entorno en 1167.
Información adicional:
Ibn Mardanish, conocido por los cristianos como El Rey Lobo, fue el último rey Almorávide. Este prefería vivir alejado de la ciudad, pero cerca. Por ello, reformó la fortaleza existente en el cerro de Monteagudo, convirtiéndola en el castillo amurallado, pero, una fortaleza defensiva no se puede considerar un sitio precisamente lujoso para vivir y se construyó el palacio en el que haría la mayor parte de la vida diaria, llamado Qasr Ibn Sa'd, y que hoy conocemos como El Castillejo, para la vida política, un tal Mardanis construyó una tercera fortaleza: El Castillo de Larache, donde alojaría a sus huéspedes. Actualmente, vemos estas tres fortalezas como tres elementos aislados, pero, desde el gran castillo hasta el Larache, todo formaba un único complejo lleno de fuentes, albercas, terrazas repletas de vegetación con las que el Rey quería simular el paraíso en la tierra. Quedan algunos vestigios que lo atestiguan, se pueden ver los restos de los muros de las dos grandes albercas, incluso, en una de las maltrechas torres del Castillejo, podemos ver una estrella de Salomón, de ocho puntas (símbolo islámico del paraíso).
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Sencilla y cómoda
Gracias Esperanza