Sendero del Alto de Castarreño (PRC-BU-194)

En la Edad Media fue una de las poblaciones más importantes en el Camino de Santiago, ya que contaba con dos hospitales donde se atendían a los peregrinos, uno de los cuales se mantuvo hasta la primera desamortización.
Dentro del casco urbano destaca su Castillo. No se trata de una construcción defensiva, sino que en tiempos fue un palacio señorial de recreo. A lo largo de su historia ha sido objeto de numerosas polémicas, confrontaciones y pleitos entre vasallos y señores. Fue incendiado durante la Guerra de la Independencia, pero hoy en día ha sido restaurado y acondicionado como alojamiento turístico. Un paseo por los alrededores de Olmillos de Sasamón, donde los cultivos agrícolas crean un mosaico de colores, es una buena forma de reencontrarse con el pasado rural.
Junto a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción tiene su inicio la ruta de Olmillos de Sasamón . Dejando a mano derecha la carretera de Yudego se atraviesa el caserío y se abandona la localidad.
El sendero continua paralelo a un pequeño riachuelo, el Arroyo de Prado Mayor . En sus orillas se asientan chopos o álamos negros, sauces o mimbreras y grandes majuelos, que en los meses finales del otoño pueden verse llenos de frutos rojos, las majuelas, utilizados para hacer mermeladas y licores.
En una bifurcación del camino se toma el ramal de la derecha, que asciende de forma tendida y suave hasta el Páramo de Quebrantacarros . Una vez alcanzada la paramera, una cómoda senda permite avanzar más rápidamente en busca de la localidad de Yudego. En este tramo las tierras de cultivo se alternan con zonas de erial y casi sin vegetación. La dureza del clima hace que sean pocas las especies capaces de sobrevivir, solo aulagas y espliegos se atreven a asentarse en esta zona.
A ambos lados del sendero se encuentran montoneras de piedras que los agricultores retiran de sus fincas. Estos majanos artificiales son hogar y lugar de descanso para conejos, comadrejas, mochuelos y otras aves de presa.
Tras realizar el tramo de páramo por un sendero estrecho y pedregoso, se toma un amplio camino que conduce hasta el Caserío de Yudego. Merece la pena darse un paseo por esta localidad antes de continuar la marcha para disfrutar de su arquitectura popular.
Retomando la ruta dejando a la izquierda la carretera y por un sendero que discurre entre fincas de almendros y pequeñas huertas, se llega con rapidez a Villandiego . La villa destaca por poseer un conservado entramado urbano, reflejo de su origen medieval. Sobresale por encima de todas las construcciones la torre de la Iglesia de Santa Marina, con planta de cruz latina y piedra de sillería, construida a mediados del S.XVI.
Se continúa el recorrido dejando atrás la localidad de Villandiego. El camino avanza paralelo a la carretera BU-P-4041. A la altura de las ruinas de la antigua granja de San Nico, el sendero cruza la carretera y se estrecha hasta convertirse en un pequeño lindero, pasando por un verdadero túnel vegetal de olmos, escaramujos y endrinos.
Para alcanzar la localidad de Olmillos de Sasamón, el lindero da paso a un ancho camino que discurre bajo la sombra de una chopera. El trayecto llega a su fin, el caminante que lo desee podrá andar algunos kilómetros más subiendo al Alto de Castarreño , desde donde se tienen unas fantásticas vistas de todo el valle.
Con esta bella imagen se alcanza de nuevo la villa de Olmillos, donde se da por finalizada la ruta.