Sendero del barranco de Artuñio

Sendero interpretativo balizado. Discurre por el fondo del barranco de Artuñio o del Toñido (según los mapas topográficos). Presencia de un gran número de valores naturales y paisajísticos, entre los que destacan los cultivos tradicionales de nogales ecológicos. Los nogales centenarios dan lugar a un hábitat tipo dehesa que sirve de refugio y alimentación tanto a la fauna silvestre como al ganado doméstico. Entre la fauna salvaje se pueden observar buitres leonados (Gyps fulvus), halcón peregrino (Falco peregrinus), chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), aguililla calzada (Hieraaetus pennatus), culebrera europea (Circaetus gallicus), curruca mirlona (Sylvia hortensis) y curruca mosquitera (Sylvia borin), siendo esta una de las pocas poblaciones reproductoras de curruca mosquitera del sur peninsular. En invierno es una zona bastante interesante para la observación de especies invernantes como los zorzales alirrojos (Turdus pilaris), zorzal real (Turdus pilaris) y mirlo capiblanco (Turdus torquatus), que se alimentan en los sabinares de Juniperus thurifera del fondo del barranco, los más meridionales de toda Castilla-La Mancha. Entre los mamíferos la especie estrella del barranco es la cabra montés (Capra pyrenaica) que en ocasiones se puede observar alimentándose bajo los nogales. El barranco es la zona de pasto de un gran rebaño de "cabras blancas celtibéricas", raza ganadera autóctona en peligro de extinción, que cuenta en Nerpio con la mayor población a nivel de toda España. El sendero termina en la fuente de la Jordana, manantial de surgencia vertical que solo mana tras fuertes lluvias torrenciales.