SENDERO DEL BARRANCO HONDO Y LA MESA ROLDÁN.

RUTA REALIZADA EL 16/05/2017.
CÓMO LLEGAR: Desde San José de Níjar, por el Pozo de los Frailes, dirección Fernán Pérez y Agua Amarga, seguir por la AL-5106 dirección Carboneras, hasta el aparcamiento de la Playa de los Muertos en la misma carretera.
COMPONENTES: VICENTE Y SUSI.
ITINERARIO: PARKING / CARRETERA AL-1063 / IZQ. DEJAR CARRETERA / SEGUIR IZQDA. / CRUCE VÍA VERDE IZQDA. / FINÍA VERDE IZQDA. / VIRAR IZQDA. / CRUCE SEGUIR RECTO / ALJIBE EN RUINAS / CRUCE CTRAS. Y CAMINO / IZQDA. SENDA DE SUBIDA / DCHA. CRUCE SENDERO / TORREÓN / FARO MESA ROLDÁN / VISTAS / PISTA ASFALTADA / CRUCE SENDERO SL-A 104 / MIRADOR PLAYA DE LOS MUERTOS / PARKING.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 10,7 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:10 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 213 M. (Torreón Mesa Roldán)
ALTURA MÍNIMA: 9 M. (Inicio Barranco Hondo)
DESNIVEL POSITIVO: 270 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 270 M.
DIFICULTAD: MODERADA.
LA RUTA: Hoy será nuestra última ruta en el Cabo de Gata. Nos vamos al Este, a la Mesa Roldán, en el aparcamiento de la playa de los Muertos, cerca de Carboneras. De camino paramos en el Mirador de la Isleta del Moro.
Pueblecito surgido durante el siglo XIX, por resultar ser un excelente refugio para las embarcaciones pesqueras, único recurso del pueblo hasta hace pocos años. La playa situada frente al islote, al parecer fue nido de piratas norteafricanos de donde deriva su nombre.
Poco más tarde paramos en el Mirador de la Amatista, precioso balcón a los acantilados del Cabo de Gata. Llegamos al vacío aparcamiento de la playa de los Muertos donde tenemos una visión de Carboneras al pie de las montañas.
Iniciamos por el parking para salir a la carretera en dirección a Carboneras, dejando atrás nuestro objetivo final, la Mesa Roldán. Es un tramo de aproximadamente un km en el que hay que tomar las debidas precauciones.
Llegados al punto marcado con un Waypoint, giramos a la izquierda tomando un camino de tierra que tiene una cadena para impedir el paso de vehículos. Poco a poco nos vamos metiendo en el Barranco del Hondo.
Es como volver hacia el inicio pero abriéndonos a la derecha. El camino es fácil de patear y la primavera ha pintado de colores los matorrales y dorado la gramíneas. La arboleda es mínima, de vez en cuando una higuera maltratada por la sequía.
En las lomas que encierran el barranco se ven algunas grietas y desconchadas cárcavas. Su lecho es amplio, poco profundo y en otros tiempos estuvo abancalado. Aparecen los palmitos y nos alegra ver una mata florida de cantueso.
El desnivel es muy suave con algunos pequeños repechos, las lomas se pueblan de matorral de esparto y en el horizonte volvemos a ver las antenas de la Mesa Roldán, también alguna esporádica pitera con su erguido mástil.
Hemos permutado el camino del cauce por un marcado sendero que se abre paso entre las lomas. Cambiamos de rumbo virando a la derecha y alejándonos otra vez de las antenas. Recolectamos unas ramitas de cantueso florido.
Salimos del barranco para conectar con la Vía Verde de Lucairena que tomamos por la izquierda. Tenemos breves vistas al mar y cerca hay algunas casas de campo que han quedado dentro del límite del Parque Natural.
En un corto tramo dejamos la Vía Verde por la izquierda, por un claro sendero que antes de llegar a la carretera gira a la izquierda, marchando paralelos, para en otro próximo cruce seguir avanzando rectos.
Nos vamos acercando a nuestro destino, la mole de la Mesa Roldán va creciendo ante nuestro ojos. Pasamos por delante de las ruinas de un antiguo aljibe, para poco después cruzar la carretera y tomar un camino ancho de tierra.
Subimos por una cuesta donde hay varias edificaciones en ruinas. Comenzamos a ver en el horizonte las montañas y el mar, de un intenso azul cobalto. Por la izquierda, un hito de piedras con marcas blancas y azules indica la senda de subida.
Comienza un ascenso gradual y moderado por un sendero con buena traza que surca la ladera, con abundante matorral bajo donde destaca el esparto. Las vistas al mar se ensanchan y las antenas se acercan.
Con suaves repechos vamos ganando altura y vemos el mar por el otro lado, Carboneras y su fábrica de cemento con su vertical chimenea en el límite y a las puertas del Parque Natural, es una rara sensación ver estas industrias tan cerca.
Conectamos en el sendero de subida que viene desde el parking, el SL-A 104, al que nos unimos por la derecha. De traza ancha comienza a rodear la sierra abriéndonos miradas a los acantilados y más tarde al torreón.
Torre de Mesa Roldán (213 m). El torreón que podemos observar en la cima fue construido en el siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos III. Sin embargo, su mala ubicación en la medianía de esta cima, hacia inútil su artillería para la defensa del litoral.
Junto al torreón vemos una extensa zona excavada, son restos de canteras explotadas en su día para la construcción del puerto de Carboneras. Una vez pasado el torreón llegaremos a las inmediaciones del faro de Mesa Roldán.
Con su inauguración en 1863, se quiso menguar la gran zona oscura que había entonces entre los faros de cabo de Gata y cabo Tiñoso, cerca de Cartagena, situados a más de setenta millas. Hasta 1991 fue considerado el faro más alto de España.
Desde los acantilados cercanos al faro obtenemos espléndidas panorámicas de este accidentado litoral. Para el descenso utilizamos la pista asfaltada que da servicio al faro, para posteriormente conectar de nuevo con el sendero SL-A104.
Antes de cruzar la carretera, seguimos por la derecha junto al jardín y hacia el otro aparcamiento, que da acceso a un cuidado sendero de cemento (1,4 km ida y vuelta) que nos llevará al Mirador de la playa de los Muertos.
Merece la pena llegar a esta grandiosa ventana al mar, sobretodo a las personas que no vayan a bajar a la playa de los Muertos, que se hace por otro sendero que también parte del aparcamiento y tiene los consiguientes desniveles de bajada y subida.
Playa de los Muertos, una de las más extensas del Parque Natural. Dos moles volcánicas, desprendidas de los acantilados, delimitan la entrada al extremo sur de la playa, que recibe este nombre debido a que, por las corrientes marinas, los fallecidos en los naufragios solían aparecer en esta zona.
Volvemos para cerrar la ruta. Nos vamos a comer a Carboneras y de regreso pasamos por Las Negras. Anocheciendo, salimos en San José a buscar un restaurante donde celebrar estos gratos días pasados en el Cabo de Gata.