Sendero del Cabezo Gordo- Yacimiento de la Sima de las Palomas- Cueva del Agua.

La Región de Murcia ofrece el espectacular yacimiento de la Sima de las Palomas, en el Cabezo Gordo. Declarado Paisaje Protegido desde 1998, siendo también Área de Protección de la Fauna Silvestre por su gran interés biótico, paisajístico, paleontológico y cultural.

Su altura es de 312 metros y, en contraste con otras elevaciones existentes en el Mar Menor, no es de origen volcánico, ya que las rocas que forman el Cabezo Gordo son de origen calizo, aunque encontramos otras de tipo metamórfico, como la conocida “Piedra del Cabezo”, muy conocida y utilizada en la construcción desde época romana.

A través de un sendero que bordea la falda del monte, se llega hasta la entrada de la Sima de las Palomas, en la ladera sur, a 120 metros de altura. Este mirador natural ofrece una panorámica desde el norte de la llanura del campo de Cartagena y desde aquí se puede observar el Mar Menor con sus cinco islas y todas las cadenas montañosas que cierran la llanura. Es un excelente punto donde observar cómo el campo ha sido transformado por la acción humana.

A través de la imaginación se vuelve al pasado, cuando por el Cabezo habitaba el Hombre de Neanderthal y animales como rinocerontes, ciervos, panteras y animales que ya no existen en nuestra fauna.

La Sima de las Palomas es una sima kárstica natural que abre a 75 metros encima del nivel del mar en la solana de la ladera rocosa y desmantelada del Cabezo. En el Pleistoceno Superior, la sima, de 20 metros de profundidad, se rellenó de sedimentos con lajas y losas que conforman un conglomerado blando denominado breccia, rico en fósiles e implementos paleolíticos. Hace cien años, este relleno fue vaciado en gran parte por mineros que quizás esperaban descubrir una de las diversas vetas del mineral de hierro denominado magnetita que penetran la montaña o tal vez, sencillamente buscaban un acceso mejor al agua que con verosimilitud filtrara para surgir en la ladera y estuviese en otra sima profunda que existe más adentro en el sistema kárstico de la Sima de las Palomas. La sima ofrece dos entradas superiores que dan acceso vertical a la galería principal, a la que también da acceso fácil un túnel horizontal de 20 metros que fue hecho por barreños mineros. La minería en el Cabezo había terminado completamente en 1917.

En el año 1991, un espeleólogo descubrió una mandíbula Neanderthal, dando lugar a la excavación científica que ha puesto de relieve importantes descubrimientos sobre el Hombre de Neanderthal.

La excavación del yacimiento paleoantropológico de la Sima de las Palomas del Cabezo Gordo, ha mostrado la presencia de al menos tres esqueletos en conexión anatómica, con sus cráneos y mandíbulas, que corresponden a dos adultos y un chaval joven, de la especie extinta del hombre fósil europeo denominado Hombre de Neanderthal u Homo neanderthalensis , que vivía aquí hace unos 50.000 años.

La labor científica de la excavación paleoantropológica e investigación del Cuaternario, está siendo realizada por el profesor Dr. Michael Walker y sus colaboradores científicos nacionales e internacionales.

Hoy en día, la Sima de las Palomas es indudablemente el yacimiento del Hombre de Neanderthal más importante del arco mediterráneo español y el segundo en importancia sobre el Hombre Fósil en la Península Ibérica.

Tras la visita del Yacimiento y los restos de minería en forma de túneles y cuevas, nos encaminamos hacia un estrecho y angosto túnel que atraviesa la montaña; desembocando en la otra ladera donde hay unas ruinas de antiguos alojamientos mineros.

Tomaremos una amplia pista de tierra y tras pasar varias balsas de regadío y un cortijo rodeado de una gran arboleda, nos desviaremos a la izquierda por un estrecho sendero que asciende bruscamente ladera arriba hasta llegar a un segundo túnel, este de unas proporciones mucho mayores que el anterior. Este túnel no es horizontal y sigue caprichosamente el sentido de una veta de mineral que excavaron los mineros; posee varias puertas a modo de arcos que atravesaremos hasta salir nuevamente al exterior.

Solo nos queda un corto pero pronunciado ascenso para hacer cima en el Cabezo Gordo. En la cima encontramos el vértice geodésico y una serie de pequeños habitáculos que pertenecen a la instalación de antenas que afean mucho el lugar. También encontramos unos papeles donde la gente que sube firma y pone la fecha como recuerdo; esta alternativa a poner el nombre en rocas y plantas nos parece mucho más cívica.

Después de admirar la fantásticas panorámicas de 360º iniciamos el descenso. Teníamos previsto descender directamente a la Cueva del Agua, pero con la intención de alargar un poco más esta corta pero intensa ruta, decidimos acercarnos antes a la cercana Cantera de los Meroños; una completa abominación en un paraje protegido. Este descenso hasta la cantera es muy complicado ya que se va campo a través por un terreno muy escarpado, con muchísima piedra suelta, donde una caída puede ser muy peligrosa. Desde la cantera a la pista que bordea la montaña continua el peligro, por ello clasificamos la ruta de muy difícil y solo transitable por personas con experiencia en este tipo de terrenos.

Ya en la pista nos dirigimos a la Cueva del Agua, de obligada visita, es una de las numerosas perforaciones que existen en el Cabezo. Alberga un lago de origen natural situado en el interior de la cueva, al que se llega a través de un corredor en el que se hace necesario el uso de linterna o frontal.

La cueva del Agua es una singular mina con una surgencia de agua dulce. El agua se encuentra a más de 100 metros de altitud sobre el nivel del mar. No se sabe si es fruto de la acumulación del goteo vertical durante los meses de invierno, o se trata de "un sifón". Es decir, agua que sale por el fondo de la gruta, pero que su origen está más lejos en el interior del complejo kárstico. Éste se desarrolló en rocas calizo-dolomíticas de edad Triásica que conforman el monte isla.

Además el Cabezo Gordo fue designado "LIC" (ES6200013) por la presencia de murciélagos en dicha cavidad, encontrando hasta 5 especies diferentes. Dos de las cuales, el murciélago de cueva (Miniopterus schreibersii) y el murciélago ratonero patudo (Myotis capaccinii) tienen las poblaciones más grandes. Todas estas especies actualmente se encuentran amenazadas. Incluso la especie Myotis capaccinii se encuentra catalogada como "En Peligro de Extinción".