Sendero del Padre Ferrer-Cruz de la Atalaya-Silleta del Padul-Piedra Ventana-Silleta del Manar - (Sierra del Manar)

INTRODUCCIÓN:




El sendero discurre mayormente por suelo arenoso a base de mármoles dolomíticos fragmentados muy parecidos a los que nos encontramos en El Trevenque o Los Alayos de Dílar, convirtiéndose en ramblas arenosas en días de tormenta.
El origen del nombre El Padul se remonta a la época romana, derivándose de la palabra latina "palus-paludis" que significa pantano o laguna en clara referencia a la laguna de Padul. El Padre Ferrer era un sacerdote jesuita, montañero y naturalista. Un monolito deja constancia de la admiración del montañismo hacia la figura de este hijo predilecto del Padul, gran experto y escritor sobre el macizo penibético, con más de 30 publicaciones en su haber. Por ello el sendero PR-A-376 denominado circular de la Atalaya lleva su nombre para inmortalizar su obra y trayectoria en promocionar Sierra Nevada. Interés histórico del Cerro del Manar. El topónimo “Manar” significa en árabe “faro” y se ha constatado arqueológicamente la ubicación de una atalaya justo en el lugar que ocupa la cruz contemporánea en la cumbre del monte homónimo. Las funciones de esta primigenia estructura defensiva musulmana se ceñían al control de las importantes vías de comunicación entre Granada y la Costa. La Sierra de El Manar, posee numerosos miradores privilegiados sobre Sierra Nevada y el Valle de Lecrín. Precisamente, uno de ellos es la Cruz de la Atalaya, balcón excepcional que se asoma sobre el municipio y la comarca del Valle de Lecrín. Desde este punto se observa todo el humedal de la Laguna, Dúrcal, Cozvíjar y al fondo Nigüelas y Acequias. El telón de fondo es una cadena de montañas donde se divisan desde Sierra de Lújar, la Sierra de Pinos con la Giralda y la Sierra de Tejeda y Almijaras.
La Verea de los gudaris. A destacar que utilizaremos el conocido camino de los “gudaris”. Esta denominación se debe a que esta “verea” fue labrada en la cara de la montaña por soldados vascos que se encontraban presos durante la guerra civil, en el presidio que se instaló en Padul en la casa solariega-palacio del s.XVI conocida como Casa Grande. en 1937 un batallón de soldados vascos fueron llevados prisioneres a la Casa Grande de Padul por el bando nacional. Aquí y en un espacio habilitado por donde se inicia el sendero, estuvieron durante catorce meses de sol a sol realizando obras a pico y pala para rehabilitarse socialmente. El legado que dejaron fue una red de vereas por el cerro del Manar que ha llegado hasta nuestros días para disfrute de multitud de senderistas y deportistas que diariamente lo utilizan en su tiempo libre.



FICHA DE LA RUTA:



Distancia: 16,55 kilómetros.
Dificultad: Moderado.
Duración: 06 horas 02 minutos de las cuales 04:33 minutos en movimiento.
Tipo de camino: Sendero, Camino, Vereda y Pista.
Altura mínima: 800 metros.
Altura máxima: 1516 metros.
Ganancia altitud: 933 metros.





DESCRIPCION DE LA RUTA:



Aunque la salida de esta ruta se realiza desde el Ayuntamiento de Padul, callejeando por su casco urbano, nosotros vamos a comenzar a las afueras de la localidad de Padul por su cara norte donde se encuentra el panel informativo de la ruta a pie de carretera. Desde aquí las señales llevan hasta el inicio del Camino de los Gudaris. Esta denominación se debe a que esta vereda fue labrada en la cara de la montaña por soldados vascos que se encontraban presos durante la guerra civil, en el presidio que se instaló en Padul en la casa solariega-palacio del s. XVI conocida como Casa Grande. En 1937, un batallón de soldados vascos fueron llevados prisioneros a la Casa Grande de Padul. Aquí, y en un espacio habilitado por donde se inicia el sendero, estuvieron durante catorce meses de sol a sol realizando obras a pico y pala. El legado que dejaron fue una red de veredas por el cerro de El Manar que ha llegado hasta nuestros días para disfrute de multitud de senderistas y deportistas que diariamente lo utilizan en su tiempo libre.
El sendero se realiza en el sentido de las agujas del reloj, por tanto en esta bifurcación tendremos una flecha a la izquierda. El trazado coincide con el límite del Parque Natural de Sierra Nevada y transcurre bajo la sombra de los pinos del Cerro de El Manar por una vereda de buen trazado y agradables vistas. Después de cruzar varios barrancos por unos diques bien conservados a unos 2600 m. de la salida se inicia una subida zigzagueante que salva un desnivel de 230 m. Hemos llegado a la cañada de la Cruz de la Atalaya. Cuando se alcanza la zona más despejada del pinar veremos un hito que nos señala la direccion a tomar hacia la Atalaya pero antes tomamosa la la izquierda donde una centena de metros más abajo se encuentra el mirador del Padre Ferrer donde un monolito deja constancia de la admiración del montañismo granadino hacia la figura y obra de este hijo predilecto de Padul estamos en el Mirador de la Silleta o como se conoce en el lugar Mirador del Padre Ferrer.



Iniciamos la subida de un cortafuego que nos conduce a la Cruz de la Atalaya (1.240 m). Las vistas son espectaculares, divisaremos los picos más altos de Sierra Nevada, la sierra de Albuñuelas, Tejeda y Almijara; el Valle de Lecrín y el humedal de la Laguna de Padul, la comarca del Temple e incluso Granada con el Albaicín y la Alhambra. La Cruz está ubicada sobre los sillares de la antigua Atalaya de época nazarí, cuya misión era el control de la zona, tanto de mercancías como de movimiento de tropas entre Granada con la Alpujarra y la costa granadina, de ahí el nombre de Manar (faro en árabe). Por vereda y un cortafuegos descenderemos el Cerro de la Atalaya, para seguir hasta los abrevaderos y rodeando un campo de cereales llegaremos hasta el Cortijo del Manar. Luego tomaremos otra vereda que enlaza en sentido ascendente hasta la silleta por un repecho final que nos conduce hasta el Cerro de la Silleta, merece la pena un descanso para reponer fuerzas y contemplar las espléndidas panorámicas que nos rodean. Ante nuestros ojos aparecen varias cumbres que superan los tres mil metros: el Veleta (3.396 m), los Tajos de la Virgen (entre 3.342 y 3.179 m), Cartujo (3.150 proyecta su prolongada loma hasta encontrarse con la Alpujarra). Tras el descanso nos adentramos en un precioso bosque de pinos, visitando antes Piedra Ventana,en este punto abandonamos durante unos minutos el sendero circular para desviarnos a contemplar la caprichosa formación rocosa Piedra Ventana. La erosión ha labrado un gran arco de piedra que merece la pena visitar y tomar unas fotos.




Volveremos tras nuestros pasos y tomaremos la vereda de los Gudaris en su parte alta y conforme vamos avanzando nos aparece en un determinado momento el trevenque en frente escoltandonos continuamente. Seguimos de frente hasta llegar a la Silleta del Manar la cual coronaremos y disfrutaremos de sus paronamicas hacia Sierra Nevada siendo estas esplendidas. Damos la vuelta y tomamos una vereda descendiente que habiamos dejado atras que tenemos a la izquierda sigue siendo parte de las numerosas veredas que dejaron los gudaris en esta sierra. Descenderemos por ella hasta que enlaza con la pista del Manar la cual tomamos y en una pequeña curva al llegar a la altura de las canteras tomamos una vereda por nuestra derecha la que se conoce como vereda de las canteras y tras pasar algunos barrancos y ramblas y observando en algun momento del camino en la lejania el ojo de Piedra Ventana. Solo nos queda llegar hasta llegar al mirador existente junto a las ‘Canteras del Millón cuarenta y ocho’, conocidas así por sus coordenadas geográficas. A 660 m. de este mirador llegamos a la bifurcación del sendero y cerramos el sentido circular de esta ruta. Ya sólo nos queda continuar el camino de regreso hasta el inicio del sendero