Sendero rio Guadiaro Benaojan-Jimena de Libar-vuelta en Tren

Itinerario

Una ruta de gran belleza que discurre entre encinas, quejigos, chopos y fresnos por un sendero paralelo a la línea férrea de Bobadilla a Algeciras y al río Guadiaro, en el que es habitual poder contemplar el descenso en kayak sobre sus cristalinas aguas.



Resumen

La Etapa 25 coincide con el límite suroriental del Parque Natural Sierra de Grazalema, que es la Cañada Real. El valle del río Guadiaro en la zona es un surco lineal con desniveles de alrededor de 1.000 metros desde los picos de las sierras calizas, que ascienden hasta los 1.400 metros de altitud. Por terrenos de Benaoján y Jimera de Líbar en similar proporción, arroyo seco marca aproximadamente la mitad del recorrido.

Con una dirección nordeste sudoeste predominante, el Sendero se dedica a ascender sobre el nivel del río y descender luego varias veces coincidiendo también con los principales afluentes por esta margen izquierda, los arroyos del Agua, de la Fuente Enrique y Seco. La parte central de la ruta es un estrecho sendero que requiere de atención por parte del senderista. El resto es una ancha pista o viales hormigonados y acerados al final. Es posible utilizar el tren para el regreso al punto de partida.

La senda forma parte de una infraestructura tradicional de mayor anchura, la Cañada Real del Campo de Gibraltar, de la que se separa ya en la estación de ferrocarril. Ha supuesto desde la antigüedad uno de los ejes de comunicación entre el Campo de Gibraltar y la meseta rondeña, pero la proximidad del Guadiaro y sus crecidas hacía inevitable la utilización de vadeos de fortuna como las numerosas barcas y las cunas. Por ello se utilizaba con preferencia para llegar a Ronda desde el sur la divisoria de aguas entre este valle y el del Genal, el denominado Camino Inglés.

Lo agreste del paraje, con fuertes pendientes, bosques de encinas y quejigos y una red de afluentes de cierta envergadura ha conformado durante la historia el escenario para diversos enfrentamientos militares en época romana y finales del siglo XIX. También ha sido refugio de bandoleros y huidos de la justicia. El punto de inflexión lo constituye la línea de ferrocarril Algeciras-Bobadilla, que a partir de 1892 se enfrenta con numerosos túneles y viaductos a la singular orografía del valle. El recorrido permite, por otra parte, conocer un río bien conservado con su bosque galería y una sana población de peces entre los que destacan los fácilmente visibles barbos gitanos.

Lo mejor

Alrededor de las dos pedanías crecidas en torno a los apeaderos de ferrocarril hay numerosas huertas o cultivos arbóreos de regadío, principalmente en las orillas derechas y con acequias provinientes de afluentes y no del propio río, en Benaoján el Río Cascajales y en Jimera las Artezuelas. Son significativas las variedades hortícolas y frutales de cada lugar, siendo las de Jimera las propias de un clima mucho más suave y sin apenas heladas.

De hecho, el clima benigno de la Estación de Jimera debe ser considerado un aliciente para el senderista, no en vano hubo en tiempos un balneario en la zona.

Al comienzo de etapa eran muy numerosos los molinos, hasta un total de once. Algunos de ellos están a pie de sendero, y los demás se reparten por ambas márgenes, a veces entre las huertas. El gran protagonista del día es el Valle del Guadiaro, que en la zona que se recorre se conoce como Las Angosturas por su cerrada forma en V. El paisaje compuesto por las grises cresterías 1.000 metros por encima, los bosques de encinas y quejigos de la laderas y la larga cinta de bosque de ribera anima a su contemplación desde los diversos altozanos que jalonan el camino. Otro atractivo son los abundantes aportes laterales del río por las dos orillas, algunos de los cuales llevan aguas permanentes.

La presencia humana estable dentro de Las Angosturas, que son el límite meridional del Parque Natural Sierra de Grazalema, es en la actualidad nula. Hay que ir sumamente atentos para localizar los cortijos inmersos en la foresta, y tan solo es factible acercarse a las ruinas de la Venta del Arroyo del Agua, con su era y su patio delantero empedrado.