Sendero Vía Serrana Camino de Santiago. 4ª Etapa: Jimena de la Frontera a El Colmenar (Estación de Gaucín)

Sendero realizado el 5 de mayo de 2021 con el Club de Senderismo Losforresgam de La Línea de la Concepción.

Antes de comenzar el breve relato de este sendero queremos hacer constar, siempre desde nuestra humilde opinión, que, dada la exigencia del mismo provocada por la dura y continuada subida, 7 kilómetros aproximadamente, con rampas de gran desnivel y las dificultades del terreno en su tramo final, no aconsejamos su realización en familia y tampoco si no se cuenta con una adecuada preparación física. Por ello y tratándose del Camino de Santiago, nos ofrecemos voluntariamente a colaborar con la Asociación Gaditana Xacobea "Vía Augusta" a buscar otro camino alternativo en aras de facilitar la peregrinación entre las localidades de Jimena de la Frontera y El Colmenar sin abandonar, claro está, la Vía Serrana.

Para iniciar el sendero nos dirigimos al municipio de Jimena de la Frontera y en la confluencia de la carretera A-405 con la Avenida del Deporte, esta última es la que sube hasta el pueblo, aparcamos nuestros vehículos.

Comenzamos la caminata por la mencionada carretera, ante la presencia de unas bonitas imágenes de Jimena de la Frontera con su castillo en el cerro de San Cristóbal.
Caminamos por el arcén izquierdo de la misma en dirección a San Pablo de Buceite y al kilómetro y medio, aproximadamente, de iniciado el sendero, giramos a la izquierda, por la carretera CA-8201 que conduce a Puerto de Gáliz, donde encontramos un cartel informativo de la ruta de los Almorávides y Almohades.

Andados por esta última carretera unos 500 m., aproximadamente, alcanzamos un caserón de piedra en cuya fachada encontramos la vieira del Camino de Santiago; aquí, giramos a la derecha y accedimos a una difusa pista forestal, rodeados de abundante vegetación.

Salimos, nuevamente, a la carretera A-405, ya con el pueblo a nuestras espaldas, y al llegar a un cartel indicativo de dirección hacia el cementerio, nos desviamos a la derecha.
Pasamos por el tanatorio y el cementerio; llegamos a una angarilla, que no atravesamos pues giramos a la izquierda, y tras abandonar la pista de asfalto, accedimos a una pista forestal rodeada de arboleda y abundante matorral, que nos condujo hasta la vía del tren.

Cruzamos la vía del tren con mucha precaución pues no existe paso peatonal para ello y extremando el cuidado pues para descender de la vía nos encontramos con un pequeño pero empinado terraplén excesivamente pedregoso.

Continuamos por la pista forestal; pasamos por una finca con algún que otro perro suelto y llegamos, nuevamente, a otra carretera, la CA-8200. Giramos a la izquierda y, tras dejar a nuestra derecha el Coto de la Merced y la Casa de la Cortapisa, alcanzamos San Pablo de Buceite, pedanía de Jimena de la Frontera.

Recorrimos el Paseo de la Diputación y atravesamos el Arroyo de la Purga Díaz.
Continuamos por la calle Jimena y la Plaza de la Constitución hasta llegar a la calle Real, donde se encuentra la Parroquia de San Pablo Apóstol. En ella quisimos sellar nuestras credenciales, pero, al igual que el resto de las iglesias que encontramos en el camino de la Vía Serrana, a estas horas, ésta también estaba cerrada.

La construcción de la Iglesia de San Pablo Apóstol está repleta de curiosidades. Según el texto que hemos extraído de "Historia de las iglesias de San Pablo de Buceite", de Cristóbal Moreno "El Pipeta": todos los vecinos del pueblo, para cooperar en la construcción de la iglesia tenían que aportar la cantidad de 1.500 pesetas o en su defecto cubrirlas con peonadas. Fue un gran sacrificio por parte de las familias, pues hay que tener en cuenta que por aquellos entonces el sueldo diario de una persona estaría sobre las 50 pesetas, 50 x 30 días = 1.500 Ptas. Es decir, un mes de trabajo, más o menos. Por lo que la mayoría de las personas optaban por echar las peonadas. Los materiales serían subvencionados por el obispado y por las donaciones aportadas por feligreses y algunas empresas. Todo ello con autorización previa y gratuita del Ayuntamiento. Colaboraron todos los residentes en el pueblo en 1.962. Una persona por familia (aunque el padre se podía cambiar por el hijo, y viceversa, o por otro miembro de esa familia, o por cualquiera que mandara en su lugar, valorándose su especialidad en la forma acordada). Según su especialización o no, cada jornada valía por tres, dos o una peonada, por ejemplo: Un perito: 1 peonada de trabajo valía por 3 días de trabajo. Un albañil, electricista, carpintero etc.: 1 peonada por 2 días de trabajo y cada peonada de un peón valía por un día de trabajo. Si esa persona tenía una bestia de carga, o un vehículo de trasporte de materiales y lo utilizaba, se acordaría por los encargados de la obra la compensación en días, así como la comida del animal o el carburante que se consumiera. Se excluían a los impedidos, pues si en una familia no había, por enfermedad, edad u otras causas, ningún miembro apto para el trabajo se les daba como hecho o si era pudiente se le invitaba a aportar lo que pudiera hasta las 1.500 pesetas. Los ausentes temporales, si regresaban durante la ejecución de las obras, optaban por pagar o trabajar y si no, siendo residentes, pagarían, salvo excepciones valoradas por el pleno de vecinos antes reseñado.

¡¡Curiosa forma de construir y financiar una obra!! ¿No os parece?

Continuamos por la calle Blas Infante; recorrimos la calle Cañada y llegamos a la Venta Las Acacias, en la carretera A-405. Excepcional lugar para desayunar la rebanada de pan tostado con su denominado trébol, plato con tres tarrinas (lomo con manteca colorá, asadura en manteca blanca y lomo en manteca colorá de especias distintas a la primera), que la madre de Paco, el dueño, prepara siguiendo la tradición, también de su madre, es decir, de la abuela de Paco. ¡¡Un escándalo!!

Una vez repuestas las calorías ya quemadas y las que nos faltaban por quemar, reanudamos el camino.

Atravesamos el puente sobre el río Guadiaro, continuamos por la A-405 y tras andar por la carretera 1 km, aproximadamente, nos desviamos a la izquierda para acceder a una pista de grava compactada en dirección a El Corchado.

Cruzamos el Arroyo de San Pablo; pasamos el Cortijo Los Granados, la Casa Yoga y el núcleo poblacional del El Corchado; también cruzamos el Arroyo de Santón y llegamos a la entrada del Cortijo Los Lirios.

Para aquellos compañeros senderistas que relatan haber encontrado dificultades para acceder a dicho cortijo aun estando éste en una Cañada Real y para aquellos que en alguna ocasión han preguntado si se puede pasar por él libremente, hemos de decirles que nosotros accedimos sin problema alguno.

Desde aquí iniciamos el duro y continuado ascenso al que hacíamos referencia al principio de este relato.

Llegamos a la preciosa vivienda principal de este cortijo y salimos de él atravesando una angarilla.

En continuo ascenso, por una pista muy pedregosa, llegamos a la zona conocida como Las Maravillas, desde donde pudimos contemplar unas extraordinarias imágenes de los pueblos de San Pablo de Buceite y de Jimena de la Frontera rodeados de multitud de hectáreas repletas de árboles frutales.

Seguimos ascendiendo por la Cañada Real de Gaucín, subiendo algunos repechos con gran desnivel por la zona del Moyano, pero rodeados de unas espectaculares panorámicas.

En la zona de la antigua Venta de Moyano, por fin, en una anhelada arboleda, tras caminar 15 km y subir 341 metros, encontramos una pileta con una fuente de agua fría ante la que no pudimos resistirnos a darnos un medio chapuzón.

Tras el corto baño, continuamos el duro ascenso hasta la Casa de Guadalmedina; coronamos el Puerto de las Palomas, desde donde empezamos a visualizar el pueblo de El Colmenar y, seguimos, también en ascenso, hasta salir a la carretera MA-9300, en el punto kilométrico 5.7.

Giramos a la izquierda y continuamos por dicha carretera hasta un desvío de la misma, situada entre los kilómetros 6 y 7.

Tomamos ese desvío a la derecha y atravesamos una angarilla con un cartel pidiéndonos que cerrásemos la puerta al pasar.

Accedimos a un terreno muy dificultoso de andar: un verdadero pastizal en el que no existe vereda que seguir, con abundantes piedras, excesivos boquetes en el suelo provocados por las pisadas de ganado y, por si fuera poco, tuvimos que saltar dos alambradas por medio de escaleras sujetas a ellas. Por tanto, recomendamos a aquellos que deseen realizar este sendero, que continúen hacia el pueblo por la carretera, pues, aunque el trayecto sea algo más largo, se avanza mucho más y existe menos riesgo de torceduras de tobillos u otras lesiones en los pies. Otra de las razones a la que nos referíamos al principio.

Salimos, nuevamente, a la carretera MA-9300, a la altura del kilómetro 8; cruzamos otro puente sobre el río Guadiaro y llegamos a El Colmenar. Subimos por la avenida Santiago hasta la Estación de ferrocarril y dimos por finalizada la ruta.

Os dejamos algunas fotografías para animaros a realizar esta ruta.

Y recuerda: deja el sendero como te gustaría encontrártelo.

NOTA: Para el relato de este sendero nos hemos apoyado en la web http://noticiasdesanpablodebuceite.blogspot.com/2013/06/historia-de-las-iglesias-de-san-pablo.html, a quienes deseamos transmitirles nuestro más sincero agradecimiento.

PUNTO DE ÉNFASIS

La valoración que cada persona hace de una ruta después de realizada la misma es muy subjetiva, dado que esta depende de muchos factores: edad, preparación física, preparación técnica, equipo requerido, características del terreno, condiciones climáticas, etc.; por tanto, es necesario que hagamos constar que lo descrito en este relato y los parámetros que en él figuran (tiempo, distancia, grado de dificultad, tracks para GPS y waypoints) son meramente informativos / orientativos y, por ello, queda bajo la responsabilidad de quien quiera realizarla tomar las medidas oportunas.

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