Senderos Bosque de las Morillas y Pico del Vilo (Sierra de Enmedio, Alfarnate)
near Alfarnate, Andalucía (España)
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Itinerary description
Llegamos a Alfarnate tras tomar la salida 114 de la A-45, continuando después por la A-7204 y la A-4152, bonitas y sinuosas carreteras, para, ya a dos kilómetros del pueblo, coger la MA-155 junto a la Venta de Alfarnate. Tras aparcar en la calle del Río, iniciamos ruta cruzando un puentecito sobre el arroyo Palancar (que, procedente de la Sierra de Enmedio, divide a la población en dos y, tras unirse con el arroyo Morales a un kilómetro de Alfarnate, da lugar al río Sabar, tributario del Vélez o Guaro).
Seguimos junto al arroyo por la calle de las Parras, girando luego por la calle Triana para salir del núcleo urbano por el Camino del Pozo Rincón. Después continuamos a la derecha por el PR-A 268 Sendero Bosque de las Morillas, que coincide un trecho con la etapa 10 (de Alfarnate a Villanueva del Rosario) del GR 249 Gran Senda de Málaga (que discurre durante 739 kilómetros por toda la provincia malagueña, en 35 etapas). Nos adentramos, entre antiguos almendrales y olivares, por un camino de herradura que pronto se convierte en una senda entre muros de piedra seca que, junto a los manchones del Bosque de las Morillas (quejigos y encinas en un extraordinario estado de conservación), se va acercando al
río Sabar; luego vamos ascendiendo, dejando el río abajo y las ruinas del molino Charco del Aceite, por el Rodadero de Malinfierno (el nombre original era Valdeinfierno), una pedregosa senda entre Cerro Gordo y el Morrón de Mal Infierno, hasta llegar al collado del mismo nombre.
Desde el puerto continuamos por un carril entre almendros, quejigos, encinas, chaparros y matorral mediterráneo, que primero desciende hasta cerca de la carretera MA-175 y luego, ya dejando el GR, asciende hasta las ruinas del Lagar de Olmedo. Aquí abandonamos el PR-A 268 (que sigue por la Vereda de Alfarnatejo hacia el Puerto de las Listas, donde enlaza con el PR-267 Sendero Pico del Vilo), bajando hasta un arroyuelo, cuyo curso remontamos por una veredita que se ensancha y continúa junto a una alambrada hasta salir a la pista forestal, entroncando con el Sendero Pico del Vilo. Este carril de grava prácticamente coincide en este tramo con la antigua vereda que comunicaba la zona suroccidental de la Sierra de Enmedio con Alfarnate, pasando por el paraje de Escuchagranos, donde en tiempos había una llamada que hacía las veces de era: al final del verano, durante la recogida del cereal, muchos segadores pernoctaban aquí para ponerse antes a la faena, incluso sin apenas luz para trabajar, en cuanto se levantaba el más ligero viento para aventar la parva; y cuando alguno paraba, siempre había otro que le
decía "Sigue, sigue, que se escuchan granos" (al separarse de la paja).
Seguimos en suave ascenso recorriendo la ladera de la Sierra de Enmedio, con vistas al imponente Tajo de Doña Ana (con el Tajo de Gomer a su derecha); al final de la pista arranca una senda que se introduce en un pinar de repoblación, al pie de la Cresta del Gallo. Se llega a una amplia era con grandes piedras incrustadas en el suelo, llamada Era de la Hoya de Amalio, antes de salir del pinar a la Hoya del Bombero, desde donde, entre canchales y majuelos, encaramos la subida final al Pico Vilo (1415 msnm).
La cima se encuentra en un pequeño
altiplano que cuyos extremos hay sendos paneles informativos que describen las fantásticas panorámicas que se tienen desde este lugar: por un lado todo el Arco Calizo Central (podemos contemplar la Peña Negra, los Tajos de Doña Ana, Gomer y las Palomas, las Sierras de Camarolos, del Jobo, Sierra Gorda, San Jorge y Gibalto), separado de la Sierra de Loja por el Puerto de Alazores, cerrando el horizonte la Subbética cordobesa (Sierras de Rute y Horconera), la Sierra de Arcas y, a poniente, Grazalema, Alcaparaín y la Sierra de las Nieves; por el otro lado, la Comarca de la Axarquía (con el pico de la Maroma, máxima altura de la provincia, en Sierra Tejeda, con Sierra Nevada de fondo; el Embalse de la Viñuela y los Montes de Málaga y en segundo plano las Sierra de Mijas, Alpujata y Blanca y Sierra Bermeja, el Mediterráneo e, incluso, en días excepcionalmente claros, las montañas del Rif, en África).
Acuciados por un fuerte viento (y bastante fresco), iniciamos la vuelta, llegando a la pista, que, pasando por el Puerto de las Listas, desciende cómodamente hacia el pueblo pasando por la falla conocida como la Resculadera y rodeando la Loma del Águila.
Entramos por el sur de Alfarnate, desviándonos hacia la Ermita de Nuestra Señora de Monsalud, cuya fachada delantera se abre a una placita cuyo suelo se ornamenta con un conglomerado de teselas formando un mosaico con motivos florales y relativos a la Virgen de Monsalud, que cambia de apariencia dependiendo desde donde se mire. El edificio data de principios del siglo XVII, levantándose (según la leyenda) en el paraje donde se apareció la Virgen a un vecino que allí se presentó al oír los incesantes ladridos de un perro (aunque históricamente parece que esta advocación local proviene del monasterio cisterciense de Monsalud, en la Puebla de Sacedón, Guadalajara). Se convirtió en una de las ermitas con las rentas más altas de toda la diócesis de Málaga, debido a su gran número de fieles y de tierras que estaban dedicadas a sufragar sus cultos, contando para la atención espiritual de los feligreses con capellán propio e incluso un ermitaño, además del párroco. La talla de la Virgen (que no es la original, ya que fue destruida por los milicianos durante la Guerra Civil) se procesiona durante la Romería de San Marcos, en abril, hasta la iglesia, donde permanece durante todo el mes de mayo, estando presente en las primeras comuniones y tocando a novena diaria, hasta el 13 de junio, festividad de San Antonio de Padua, cuando vuelve a su ermita (por ello la Virgen recibe el sobrenombre
de “la Callejera”.)
Nosotros igualmente nos dirigimos hacia la Iglesia Parroquial de Santa Ana, que también fue asaltada durante la guerra, perdiéndose su impresionante tesoro de tallas, retablos y orfebrería, casi en su totalidad (se salvó, gracias a la intervención de un vecino, el cancel de madera del siglo XVIII); iglesia y ermita se utilizarían como almacenes hasta caer la localidad en manos de los nacionales. Ya acabada la contienda, la lucha armada prosiguió de 1944 a 1952 con dos partidas de maquis, la de “el Leño” y la de “Candiles” (este último muerto de una granada de mano que le lanzó un guardia civil y expuesto, con algunos de sus camaradas, en la puerta del Ayuntamiento).
El templo, que se levanta sobre escaleras de piedra caliza y queda totalmente exento (uno de las pocos dentro de la provincia), se construyó a mediados del siglo XVI, aunque poco queda de los elementos originales (en el XVIII se configura como hoy se puede ver). En septiembre se celebra ante sus puertas la llamada “Embajada de Moros y Cristianos” en el transcurso de la fiestas patronales en honor a la Virgen de Monsalud (popularmente “la Fiesta”): de marcado carácter mariano (exaltando el papel de la Virgen en la victoria final sobre la fe musulmana), consisten en unos diálogos entre los caballeros que intervienen, contenidos en un romance anónimo del siglo XVII o XVIII denominado "Las Relaciones", tras lo que los cristianos consiguen de los moros la devolución de la imagen de la Virgen que antes habían robado. El abanderado cristiano, vestido con traje parecido al corto andaluz, realiza ante la imagen lo que se llama “la cortesía” con una pesada bandera, antiguo estandarte de la Virgen de Monsalud. Tiene el reconocimiento de Fiesta Singular de la provincia de Málaga.
Junto a la iglesia se ha instalado una estatua de bronce a tamaño real en representación del abanderado (y en el cercano callejón de Aljófar otra de un musulmán); por este bonito callejón de arcos mudéjares (probablemente el más conocido del pueblo) se vuelve junto al arroyo del Palancar finalizando la ruta.
Para ponerle su correspondiente broche de oro, nos desplazamos a la Venta de Alfarnate, la más antigua de Andalucía (se cree que data del siglo XIII). Por su ubicación en la antigua calzada del reino nazarí de Granada (luego Camino Real de Granada a Málaga), lugar de paso obligado hacia la costa, fue frecuentada en el siglo XIX por los bandoleros que surgieron después de la Guerra de la Independencia (muchos antiguos guerrilleros convertidos en salteadores de caminos, algunos por la pobreza agravada por la invasión francesa y la repartición de tierras). Por aquí pasaron el Pernales, José María “el Tempranillo” o Luis Candelas, que ocupó una habitación habilitada como calabozo, que aún se conserva (convenientemente recreada) con un azulejo encima de la puerta que reza así: “En marzo de 1824, pernoctó en este calabozo el bandido madrileño Luis Candelas durante su conducción de Madrid al presidio de Málaga, donde cumplió condena por el robo de dos caballos y una mula”. También rondó el lugar “el Bizco del Borge”, que se casó con su amante Isabel, natural de Alfarnate, y engendró un hijo, no deseado por él; en 1867 asesinó al Chirrina, que había estado anteriormente con su esposa, y al hermano de ésta, y se echó al monte; delatado por sus compañeros, en 1889 fue acribillado por la guardia civil en Lucena y se cuenta que Isabel, al identificar su cuerpo en el hospital, exclamó un escueto “me alegro”.
A nosotros también se nos alegra la vista, pero ante la visión de unos huevos a lo bestia (plato típico serrano malagueño, con el que antaño se celebraban concursos en la venta
que ríete de “Crónicas Carnívoras”). Cuidado, que los carga el diablo!
Waypoints
Waypoint
Ermita de Nuestra Señora la Virgen de Monsalud (siglo XVII)
Exterior con fachada encalada (la parte trasera conserva su aspecto original, con una pared de argamasa de cal, agua y arena y otra en piedra y ladrillo), de dos plantas separadas por una línea de impostas, con un pórtico de tres arcos formados por dovelas de piedra caliza que descansan sobre pilares cuadrangulares de sillares del mismo componente; espadaña-campanario coronada por un crucifijo. Interior con dos naves separadas por arcos de medio punto y recubrimiento de madera, con un camarín neobarroco hexagonal lobulado que alberga la imagen de la patrona; se cubre con una bóveda de arcos cruzados de medio punto, con profusión de adornos de yeserías pilastras, hojarasca y guirnaldas. Coro elevado a los pies de la nave principal
Iglesia Parroquial de Santa Ana (ss. XVI-XVIII)
Construida en mampostería, ladrillo, madera en las cubiertas y yeserías en el interior, es de planta basilical con tres naves a las que da acceso un grandioso portón de madera para pasar posteriormente a un cancel tallado en madera de nogal y pino, con pilastras y motivos florales. Torre-campanario de estilo mudéjar de tres alturas, con machón central alrededor del cual suben las escaleras sostenidas por bóvedas interiores de medio cañón, de ladrillo; cuerpo de campanas con seis vanos
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