Senegüe-Punta Güe.

-Inicio, en Senegüe a 820m.
-Duración: unas 4 horas en total, sin contar paradas.
-Desnivel, 780 metros.
-Punta Güe a 1579m

Si empezamos ruta desde Senegüe, habrá que cruzar la carretera con precaución y llegar a la entrada de la fábrica de Baxter. Aquí dejaremos el ramal de la izquierda para la vuelta, con idea de marchar por la carreterilla que lleva al pueblo de Sorripas. Desde la ermita románica de San Andrés parte el camino señalizado hacia Arguisal, en una media ladera ascendente donde las marcas de pintura verdiblanca hacen de guías. Al comienzo se remonta una ladera margosa, de ripas, de allí lo del nombre de Sorripas. Buen paisaje de la ribera del río Gállego y su soto de chopos.

El camino atraviesa un terreno despejado, de hierbas altas, y continúa hasta la intersección con la senda de ascenso al Güe. Hay indicadores en este cruce. La subida a partir del desvío es dura y sostenida, con repechos donde se alternan las vistas hacia el valle con la umbría del bosque de pinos y quejigos. Poner cuidado en una rampa que se asoma próxima a los cortados de la ladera.

Aparecen pinturas blancas en un sendero que a ratos se dispersa entre la fronda del arbolado. Vendrá un fuerte repecho, con escalones asegurados por hierros poco fiables.

Estupendo paisaje desde la torre de vigilancia del Güe, en especial a las Sierras de la Partacua y de Tendeñera, con el Palas y Balaitús en lontananza.

Tras el vértice geodésico arranca el camino de bajada, sin apenas pisar la pista como indican los mojones de piedras. Es un descenso raudo y directo, por un terreno conquistado por el erizón y con mas pinar del sospechado. La senda dibujará lazadas ya por zona de quejigos, a salir a la linde de un campo. Aquí se pega un giro brusco a la izquierda, en una bajada pronunciada donde ir despacio a fin de no esbalizarse.

Abajo se empalma con una pista, a tomar a la derecha para regresar a Senegüe. También surge la opción de aventurarse por el barranco Fondo, una alternativa que sirve de buen colofón a la ruta. Hay un poste que avisa de la peligrosidad de este camino, advertencia relativa a que se debe andar por el lecho del angosto barranco, y en caso de lluvias puede estar impracticable y con desprendimientos en las laderas margosas. Con tiempo seco, lo habitual será encontrar un cauce inexistente o con muy poca agua, y sólo un paso equipado con cadena se presenta como obstáculo de fácil superación. Al final se desemboca en la pista que vuelve a la carretera y a Senegüe.