Seoane do Courel - Ruta do rio pequeno (PR-G 219)
near Seoane, Galicia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Dejamos el coche al final del pueblo y en seguida cruzamos la carretera y nos encontramos con un cartel informativo de la ruta. El camino comienza atravesando el lugar de As Míllaras, avanzamos entre prados y los primeros soutos de castaños, dejando atrás viejas construcciones, algunas de las cuales funcionaban como sequeiros, construcciones de dos pisos en los que se aprovechaba el humo para el secado de las castañas recogidas en las proximidades.
En aproximadamente un kilómetro llegamos a la Aldea do Mazo, actualmente un complejo de turismo rural pero que mantiene el nombre del mazo, elemento hidráulico para forjar el hierro. Siguiendo el camino nos encontramos con uno de los conjuntos etnográficos más interesantes, las cabanas de Carballois. Estas cabañas tenían la función de almacenar hierba en una zona en la que los prados estaban alejados de las vías de comunicación, pero también para alojar el ganado y, secundariamente, como sequeiros. Están construidas en piedra caliza, la mayoría con dos pisos (inferior para ganado y superior para hierba).
Poco después encontramos las Cabanas dos Corvos y cruzamos un pequeño arroyo. En el cruce, el camino de la derecha sube hasta Vilasibil. Seguimos de frente, pasamos el Rego de Bois y llegamos a las Cabanas da Caseliña, conjunto de quince construcciones tradicionales. En todo el camino seguimos alternando los prados con los soutos en los que destacan algunos ejemplares impresionantes. La ruta vuelve ahora a encontrarse con el río Pequeno del que nos habíamos alejado un poco y nos sorprende con la cascada del Pozo da Grada, junto a unas paredes verticales de pizarra. Un poco más adelante una pequeña represa forma un rincón encantador en la orilla. Estamos en el lugar de Ervellegas, donde se localiza una vieja central eléctrica que funcionó hasta los años sesenta. Sobre un puente de madera sorteamos el rego de Cantillón y comenzamos una ligera subida hacia Paderne.
Cruzamos Paderne dirigiéndonos, entre las casas de la parte inferior, hacia el río. Poco después de cruzar el puente y pasar a la orilla derecha, el camino describe una curva cerrada casi a la altura de una bifurcación. Durante algo más de un kilómetro apenas ganamos altura mientras bordeamos As Lameliñas.
A partir de aquí comienza la subida más dura: 1,3 km en los que superamos desniveles que llegan casi al 30%, hasta Chao Grande (1004 m). Todavía tenemos que subir un poco más hasta la base del Castro de Brío. A la izquierda de nuestro camino se encuentran los restos de uno de los enclaves más antiguos de Courel, con restos de la muralla y algunas viviendas (se enmarca en la época romana de las minas de oro de la zona, entre los siglos I y II). Del camino principal arranca un sendero a nuestra izquierda, apenas perceptible de 300 metros que sube hasta la cumbre del castro de Brío.
Ya hemos pasado el punto más alto de nuestra ruta. Ahora el camino comienza el descenso hacia Mercurín. Después de unas cuantas curvas a media ladera, volvemos a integrarnos en la zona boscosa. Coincidiendo con los primeros castaños de este souto dejamos atrás y en la ladera a la derecha las cuevas de As Choias (una sima de 55 m) y de O Eixo.
El camino continúa descendiendo este castaños centenarios. En una curva a la izquierda nos encontramos con los depósitos de agua que anuncian que estamos a las puertas de Mercurín. Al sur del pueblo se encuentra un lugar de especial encanto: el Val das Mouras. La ruta sigue el camino saliendo de la aldea por su parte baja y hacia el norte para girar luego y rodear el pequeño valle del rego de Liñares. Es otro lugar mágico envuelto por el souto de Mercurín. Casi sin darnos cuenta el paisaje cambia y los castaños son sustituidos por encinas al entrar en el aciñeiral de Mercurín.
Tenemos que prestar atención a la bajada, con una pendiente pronunciada. Al final de ella nos encontramos con la carretera de Folgoso a Seoane. Cruzamos y seguimos la carretera a Moreda (y al aula de naturaleza durante unos metros. En seguida nos desviamos a la izquierda para pasar bajo las casas en Ferreiría Nova. Aquí se sitúa la ferrería más grande de la comarca, la de Locay (apellido de la familia que la compró en 1918), que data de 1808, construida para transformar el hierro que se extraía del monte Formigueiros. Sus cifras son impresionantes: 13 arcos románicos, martillo de 370 kg, eje de ocho metros de largo, banzado de diez metros de altura... En 1920 se transformó en central hidroeléctrica, molino y aserradero. Recientemente ha sido restaurada, pero por desacuerdo entre políticos y propietarios no puede ser visitada.
Nuestra ruta remata por los caminos cementados de Seoane. Sólo quedan las últimas cuestas entre las casas de Seoane y regresamos al punto de partida, en la carretera, al pie de los paneles informativos.
Más información y rutas por Folgoso do Courel en el siguiente folleto.
En aproximadamente un kilómetro llegamos a la Aldea do Mazo, actualmente un complejo de turismo rural pero que mantiene el nombre del mazo, elemento hidráulico para forjar el hierro. Siguiendo el camino nos encontramos con uno de los conjuntos etnográficos más interesantes, las cabanas de Carballois. Estas cabañas tenían la función de almacenar hierba en una zona en la que los prados estaban alejados de las vías de comunicación, pero también para alojar el ganado y, secundariamente, como sequeiros. Están construidas en piedra caliza, la mayoría con dos pisos (inferior para ganado y superior para hierba).
Poco después encontramos las Cabanas dos Corvos y cruzamos un pequeño arroyo. En el cruce, el camino de la derecha sube hasta Vilasibil. Seguimos de frente, pasamos el Rego de Bois y llegamos a las Cabanas da Caseliña, conjunto de quince construcciones tradicionales. En todo el camino seguimos alternando los prados con los soutos en los que destacan algunos ejemplares impresionantes. La ruta vuelve ahora a encontrarse con el río Pequeno del que nos habíamos alejado un poco y nos sorprende con la cascada del Pozo da Grada, junto a unas paredes verticales de pizarra. Un poco más adelante una pequeña represa forma un rincón encantador en la orilla. Estamos en el lugar de Ervellegas, donde se localiza una vieja central eléctrica que funcionó hasta los años sesenta. Sobre un puente de madera sorteamos el rego de Cantillón y comenzamos una ligera subida hacia Paderne.
Cruzamos Paderne dirigiéndonos, entre las casas de la parte inferior, hacia el río. Poco después de cruzar el puente y pasar a la orilla derecha, el camino describe una curva cerrada casi a la altura de una bifurcación. Durante algo más de un kilómetro apenas ganamos altura mientras bordeamos As Lameliñas.
A partir de aquí comienza la subida más dura: 1,3 km en los que superamos desniveles que llegan casi al 30%, hasta Chao Grande (1004 m). Todavía tenemos que subir un poco más hasta la base del Castro de Brío. A la izquierda de nuestro camino se encuentran los restos de uno de los enclaves más antiguos de Courel, con restos de la muralla y algunas viviendas (se enmarca en la época romana de las minas de oro de la zona, entre los siglos I y II). Del camino principal arranca un sendero a nuestra izquierda, apenas perceptible de 300 metros que sube hasta la cumbre del castro de Brío.
Ya hemos pasado el punto más alto de nuestra ruta. Ahora el camino comienza el descenso hacia Mercurín. Después de unas cuantas curvas a media ladera, volvemos a integrarnos en la zona boscosa. Coincidiendo con los primeros castaños de este souto dejamos atrás y en la ladera a la derecha las cuevas de As Choias (una sima de 55 m) y de O Eixo.
El camino continúa descendiendo este castaños centenarios. En una curva a la izquierda nos encontramos con los depósitos de agua que anuncian que estamos a las puertas de Mercurín. Al sur del pueblo se encuentra un lugar de especial encanto: el Val das Mouras. La ruta sigue el camino saliendo de la aldea por su parte baja y hacia el norte para girar luego y rodear el pequeño valle del rego de Liñares. Es otro lugar mágico envuelto por el souto de Mercurín. Casi sin darnos cuenta el paisaje cambia y los castaños son sustituidos por encinas al entrar en el aciñeiral de Mercurín.
Tenemos que prestar atención a la bajada, con una pendiente pronunciada. Al final de ella nos encontramos con la carretera de Folgoso a Seoane. Cruzamos y seguimos la carretera a Moreda (y al aula de naturaleza durante unos metros. En seguida nos desviamos a la izquierda para pasar bajo las casas en Ferreiría Nova. Aquí se sitúa la ferrería más grande de la comarca, la de Locay (apellido de la familia que la compró en 1918), que data de 1808, construida para transformar el hierro que se extraía del monte Formigueiros. Sus cifras son impresionantes: 13 arcos románicos, martillo de 370 kg, eje de ocho metros de largo, banzado de diez metros de altura... En 1920 se transformó en central hidroeléctrica, molino y aserradero. Recientemente ha sido restaurada, pero por desacuerdo entre políticos y propietarios no puede ser visitada.
Nuestra ruta remata por los caminos cementados de Seoane. Sólo quedan las últimas cuestas entre las casas de Seoane y regresamos al punto de partida, en la carretera, al pie de los paneles informativos.
Más información y rutas por Folgoso do Courel en el siguiente folleto.
Waypoints
Intersection
2,077 ft
Inicio de la ruta. Cruzamos la carretera y tomamos el camino de la derecha
Inicio de la ruta. Cruzamos la carretera y tomamos el camino de la derecha
Intersection
2,421 ft
Derecha - A la izquierda se va al pozo de Grada donde hay una cascada espectacular
Derecha - A la izquierda se va al pozo de Grada donde hay una cascada espectacular
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