Sepúlveda. Sendas de los Dos Ríos y Senda Larga
near Sepúlveda, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
La ruta transcurre por el Parque Natural Hoces del Río Duratón. Partiendo desde el casco histórico de Sepúlveda, la ruta consiste en enlazar de forma consecutiva los tres principales senderos que discurren por el fondo del cañón del Río Duratón: Senda de los Dos Ríos, Senda Larga y Senda de la Molinilla.
Estacionamos junto a la Casa del Parque, oficina de información donde se recoge el preceptivo permiso administrativo (teléfono 921540322) que debemos solicitar con antelación, para recorrer la Senda Larga y otras zona de reserva, desde el 1 de enero al 31 de julio, época de cría de aves rapaces y en la que se limita el número de visitantes según tramos horarios.
El permiso no es necesario para el resto de sendas, ni el periodo entre agosto y diciembre. Callejeando por la encantadora villa medieval de Sepúlveda, nos dirigimos al Mirador de la Virgen de la Peña, donde tenemos fantásticas panorámicas en altura del cañón del Río Duratón.
Seguimos un viejo camino empedrado de origen romano que se dirige hacia la Puerta de la Fuerza, obteniendo formidables panorámicas del paisaje que describen las hoces, según vamos descendiendo a las profundidades del cañón. En esta zona podemos disfrutar de la nutrida colonia de buitres leonados que anidan en estos lugares.
Este tramo inicial forma parte de la ruta circular de la Senda de los Dos Ríos. En este caso seguimos el Río Duratón. Este pequeño tramo que cierra la senda circular no figura en el track, pero es muy sencillo de seguir gracias a la adecuada señalización. Tras cruzar el río por el Puente de Picazos, el sendero remonta hacia la Pasarela del ICONA, para situarnos a media altura en plena pared vertical del cañón. Hermoso paraje.
Volvemos a descender, todavía pegados al cortado rocoso, y llegamos al encuentro con el Río Caslilla. Hacemos una parada en la presa de la antigua Fábrica de la Luz.
Al llegar a la intersección de senderos a la altura del Puente de Talcano, enlazamos con la Senda Larga, con rumbo al Puente de Villaseca. Del puente romano solamente sobreviven los cimientos. El arco, lógicamente, no es el original. Lo que sí es original es la parte superior, la cual es una pequeña parte de una antigua calzada. Subiremos por las escaleras que está al lado del puente para poder cruzar el río.
Al otro lado veremos las señales para la senda larga (a la izquierda) y para la senda de los dos ríos (a la derecha). Cogemos la senda de la izquierda, la cual no abandonaremos a lo largo de toda la ruta.
Siempre nos acompañan las imponentes paredes calizas que forman los meandros del río. También observamos la estrangulación de un meandro abandonado por donde ya no circula el agua.
La Senda Larga discurre prácticamente llana junto al cauce del Duratón. Se trata del antiguo camino que seguían los campesinos para acceder a las fértiles huertas que hasta hace poco cultivaban por aquí. Disfrutamos de la frondosidad de un precioso bosque de ribera.
Cuando el bosque se abre, podemos admirar los colosales farallones que nos rodean, sobre los cuales la acción erosiva del agua ha esculpido caprichosas formas del modelado kárstico.
Durante el recorrido pasamos por varias fuentes con buen caudal, si bien la Fuente Redonda se encontraba seca cuando pasé, a pesar de las intensas lluvias recientes.
Los farrallones permiten la nidificación de numerosas aves rupícolas, sobre todo rapaces. Además del interés geomorfológico y paisajístico de la ruta, destaca por el valor ecológico de la inmensa flora y fauna que domina estos parajes.
En el tramo final antes de llegar al Puente de Villaseca, pasamos por la Cueva de los Siete Altares, iglesia rupestre de época visigoda. En este puente finaliza, o comienza, la Senda Larga, enlazando con una zona recreativa que da continuación a la Senda de la Molinilla, también con trazado lineal. El Río San Juan se junta en este punto con el Duratón.
El regreso se efectúa desandando nuestros pasos hasta Sepúlveda, aprovechando para cerrar el trazado circular que quedó pendiente de la Senda de los Dos Ríos desde el Puente de Talcano, el tramo correspondiente al Río Caslilla, algo menos vistoso que el del Duratón pero igual de recomendable.
La vegetación predominante está formada por alisos, sauces, chopos, olmos, arces, álamos, fresnos, yedras, saucos, zarzamoras, rosales silvestres, peonias, juncos, carrizos, higueras, endrinos, sabinas, enebros y majuelos. En cuanto a la fauna, es posible el avistamiento de aves acuáticas, rapaces y rupícolas, como mirlos, martines pescadores, buitres negros, águilas reales, alimoches, halcones y chovas piquirrojas, así como ardillas, corzos, jabalíes, zorros y culebras. En el río son abundantes los barbos, carpas, truchas y bogas, siendo posible ver alguna nutria.
Estacionamos junto a la Casa del Parque, oficina de información donde se recoge el preceptivo permiso administrativo (teléfono 921540322) que debemos solicitar con antelación, para recorrer la Senda Larga y otras zona de reserva, desde el 1 de enero al 31 de julio, época de cría de aves rapaces y en la que se limita el número de visitantes según tramos horarios.
El permiso no es necesario para el resto de sendas, ni el periodo entre agosto y diciembre. Callejeando por la encantadora villa medieval de Sepúlveda, nos dirigimos al Mirador de la Virgen de la Peña, donde tenemos fantásticas panorámicas en altura del cañón del Río Duratón.
Seguimos un viejo camino empedrado de origen romano que se dirige hacia la Puerta de la Fuerza, obteniendo formidables panorámicas del paisaje que describen las hoces, según vamos descendiendo a las profundidades del cañón. En esta zona podemos disfrutar de la nutrida colonia de buitres leonados que anidan en estos lugares.
Este tramo inicial forma parte de la ruta circular de la Senda de los Dos Ríos. En este caso seguimos el Río Duratón. Este pequeño tramo que cierra la senda circular no figura en el track, pero es muy sencillo de seguir gracias a la adecuada señalización. Tras cruzar el río por el Puente de Picazos, el sendero remonta hacia la Pasarela del ICONA, para situarnos a media altura en plena pared vertical del cañón. Hermoso paraje.
Volvemos a descender, todavía pegados al cortado rocoso, y llegamos al encuentro con el Río Caslilla. Hacemos una parada en la presa de la antigua Fábrica de la Luz.
Al llegar a la intersección de senderos a la altura del Puente de Talcano, enlazamos con la Senda Larga, con rumbo al Puente de Villaseca. Del puente romano solamente sobreviven los cimientos. El arco, lógicamente, no es el original. Lo que sí es original es la parte superior, la cual es una pequeña parte de una antigua calzada. Subiremos por las escaleras que está al lado del puente para poder cruzar el río.
Al otro lado veremos las señales para la senda larga (a la izquierda) y para la senda de los dos ríos (a la derecha). Cogemos la senda de la izquierda, la cual no abandonaremos a lo largo de toda la ruta.
Siempre nos acompañan las imponentes paredes calizas que forman los meandros del río. También observamos la estrangulación de un meandro abandonado por donde ya no circula el agua.
La Senda Larga discurre prácticamente llana junto al cauce del Duratón. Se trata del antiguo camino que seguían los campesinos para acceder a las fértiles huertas que hasta hace poco cultivaban por aquí. Disfrutamos de la frondosidad de un precioso bosque de ribera.
Cuando el bosque se abre, podemos admirar los colosales farallones que nos rodean, sobre los cuales la acción erosiva del agua ha esculpido caprichosas formas del modelado kárstico.
Durante el recorrido pasamos por varias fuentes con buen caudal, si bien la Fuente Redonda se encontraba seca cuando pasé, a pesar de las intensas lluvias recientes.
Los farrallones permiten la nidificación de numerosas aves rupícolas, sobre todo rapaces. Además del interés geomorfológico y paisajístico de la ruta, destaca por el valor ecológico de la inmensa flora y fauna que domina estos parajes.
En el tramo final antes de llegar al Puente de Villaseca, pasamos por la Cueva de los Siete Altares, iglesia rupestre de época visigoda. En este puente finaliza, o comienza, la Senda Larga, enlazando con una zona recreativa que da continuación a la Senda de la Molinilla, también con trazado lineal. El Río San Juan se junta en este punto con el Duratón.
El regreso se efectúa desandando nuestros pasos hasta Sepúlveda, aprovechando para cerrar el trazado circular que quedó pendiente de la Senda de los Dos Ríos desde el Puente de Talcano, el tramo correspondiente al Río Caslilla, algo menos vistoso que el del Duratón pero igual de recomendable.
La vegetación predominante está formada por alisos, sauces, chopos, olmos, arces, álamos, fresnos, yedras, saucos, zarzamoras, rosales silvestres, peonias, juncos, carrizos, higueras, endrinos, sabinas, enebros y majuelos. En cuanto a la fauna, es posible el avistamiento de aves acuáticas, rapaces y rupícolas, como mirlos, martines pescadores, buitres negros, águilas reales, alimoches, halcones y chovas piquirrojas, así como ardillas, corzos, jabalíes, zorros y culebras. En el río son abundantes los barbos, carpas, truchas y bogas, siendo posible ver alguna nutria.
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