Sequeros - Ruta del molino viejo

El Conjunto histórico artístico de Sequeros se haya situado dentro de la Reserva de la Biosfera Sierra de Francia-Sierra de Béjar, entre el Parque Natural de Las Batuecas y la Sierra de Las Quilamas y a setenta y cinco kilómetros de Salamanca capital.
Esta vez disfrutaremos de un paseo más breve y menos conocido: el que nos lleva a descubrir los restos de un antiguo molino en el Arroyo de la Umbría de San Benito. Un sendero agradable y sencillo que discurre a la sombra de los castaños por lo que resulta apropiado para realizarlo en los meses estivales. Para ello nos dirigiremos por la carretera que atraviesa Sequeros, en dirección San Miguel del Robledo hasta encontrarnos con las escuelas. Subiremos entonces por la calle que parte desde su lateral izquierdo donde, tras abandonar las últimas casas, el camino pasa a tener un firme de tierra y discurre resguardado por los tapiales de los huertos con árboles frutales. Conforme avanzamos entre algunos ejemplares de robles y madroños, recordaremos que no muy lejos de aquí se encuentran las piscinas naturales de Villanueva del Conde o la alberca de Garcibuey. Sin embargo, los vecinos de Sequeros preferían acercarse hasta el paraje al que nos dirigimos para refrescarse en el “charco” que se formaba en el arroyo, junto al molino. Otra buena opción es bajar hasta el merendero junto al Río Francia que hay en el vecino Las Casas del Conde.
Encontraremos un camino que asciende a nuestra izquierda y un acceso a las fincas a nuestra derecha. Descartaremos ambos para continuar avanzando por la amplia pista que continúa recta. Más adelante, justo cuando nuestro camino comienza a descender de forma evidente, encontraremos un segundo desvío a la izquierda que asciende levemente entre castaños y robles y que podría conducirnos al antiguo hotel El Linar, ahora Porta Coeli.
Conocida como “El mirador de la Sierra” por su ubicación privilegiada, que permite contemplar su rico entorno natural, la villa se adorna con casas singulares, dinteles labrados en un entramado urbano con reminiscencias árabes y judías en sus pasajes y calles estrechas.
Un elemento singular es el Teatro León Felipe. La actividad teatral tuvo sus orígenes en Sequeros a finales del siglo XVIII, aunque su auge y destacado dinamismo representativo ocurrió a mediados del siglo XIX, tiempo en el que se creó una Sociedad Literaria o círculo cultural y de recreo, que fue la que tuvo la feliz idea de construir en 1876 el teatro en el que nos encontramos.
Acompañados de helechos y zarzales que se pueblan de moras en el otoño, pasaremos junto a la fuente Esperón, escondida en un escalón que desciende hacia el arroyo a nuestra derecha. La bóveda del bosque de robles y castaños lo convierten en una fiesta de colores anaranjados si realizamos el paseo los últimos días de octubre o primeros de noviembre.
Nos encontramos en una zona de transición entre los pliegues del Sinclinal de Tamames, la Sierra de las Quilamas, las bajadas a los valles del Río Francia y el río Alagón, y las cumbres más elevadas de la Sierra de Francia. Esto genera un punto de encuentro entre muy diferentes temperaturas que propicia la presencia de nubes y nieblas.
Llegando al final de nuestra ruta, el camino se angosta repentinamente hasta convertirse en una senda que desciende hacia el cauce del agua donde encontramos muestras evidentes del paso de jabalíes en busca de refresco, raíces y hongos que llevarse a la boca. El rumor del arroyo nos acompaña en la bajada entre piedras del camino abancalado, cuyas terrazas abandonadas se han desmoronado. Se diría que estos grandes castaños fueron antiguamente cultivados por el hombre para aprovechar su fruto y la madera. Desde la orilla del río nos saludan los restos del molino. Hemos caminado un kilómetro y novecientos metros hasta aquí y tardado treinta minutos. Ahora toca regresar por el mismo sendero haciendo frente a una pendiente algo exigente.
Tras culminar lo más empinado de la cuesta volvemos a topar con el desvío que nos sale ahora a la derecha y que nos anuncia un coto privado de caza. Ya sabemos que, avanzando por él, alcanzaríamos El Linar, un buen punto de partida para realizar el tramo entre las cercanías de San Miguel del Robledo y Sequeros por la ruta artística Camino Asentadero-Bosque de los Espejos.
En realidad, la ruta completa es circular y pasa por los pueblos pueblos de San Martín del Castañar, Las Casas del Conde y el ya mencionado Sequeros. A lo largo de los nueve quilómetros de este camino que discurre bajo las copas de los árboles, entre fincas, paredes y escaleras que dan a viñedos, descubriremos obras de varios artistas, entre otras, algunosolivos tallados en Las Casas del Conde. Entre ellas, destacan A puntadas o La casa del árbol, de Luque López, Mochuelos, de Pablo Amargo, o Efímeras magentas, de José Antonio Juárez.
El camino pasa en algunos momentos por un sendero de piedras antiguo ciertamente singular, además de fincas, paredes y escaleras que dan a viñedos del entorno.
Pero si no decidimos aventurarnos por este desvío que alargaría de forma notable nuestro paseo, sólo nos queda continuar por el camino por el que vinimos en un principio para dar fin a la andadura y disfrutar de las bellezas de Sequeros.

Servicios: alojamiento, bar-restaurante.
Otros: bodega.

Si quieres descargarte el libro 26 Paseos Inesperados por las Sierras de Salamanca:
https://adriss.net/wp-content/uploads/2022/04/Guia-26-PASEOS-INESPERADOS.pdf

Otras propuestas en la revista Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/revistas-electronicas/

Y para saber más de las Sierras de Salamanca: https://www.sierrasdesalamanca.es/