Serrezuela de Bedmar: Portillo- V.G. Cuevas del Aire- Serrato- Barranco del Perejil

https://www.youtube.com/watch?v=bXDJx9fYFco

BEDMAR:

Municipio de la comarca de Sierra Mágina, formado por la fusión de las localidades de Bedmar y Garcíez, que se sitúa en el norte comarcal. Su territorio se extiende desde el río Guadalquivir, al norte, hasta las altas cumbres de Sierra Mágina al sur, por lo que el término municipal es variado y rico tanto en espacios naturales como transformados. Las actividades económicas principales son la agricultura, que ha estado basada tradicionalmente en el cultivo del olivar, y más recientemente en el cultivo del espárrago blanco, que han originado el desarrollo tanto de la industria oleícola como de la de conservas vegetales, bajo cuya influencia empiezan a implantarse nuevos cultivos hortícolas.

SERREZUELA DE BEDMAR:

Formación caliza muy escarpada que se encuentra al este del pueblo de Bedmar y sobre el mismo. Al otro lado de estos escarpes se encuentra la vecina localidad de Jódar. Los amantes de la escalada encontrarán aquí magníficas vías para practicar su deporte favorito. En el centro de la misma se puede apreciar una oquedad con una muralla árabe conocida como Cueva del Aire. Para más detalles sobre la formación geológica de la Serrezuela de Bedmar os sugerimos que visiteis la ruta de AV Hinojosa en:

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/2021-05-30-barranco-del-perejil-cuevas-del-aire-v-g-serrato-gr-7-de-bedmar-al-portillo-74616176


DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO:



Comenzaremos la ruta en un polígono próximo al centro urbano de Bedmar; más concretamente en la Calle Polígono de Granada. Desde aquí iniciaremos un exigente y radical ascenso por un sender, algo abandonado, coincidente con el GR-7. Aunque no está bien mantenido se puede seguir con relativa facilidad.

El primer punto reseñable en este duro ascenso es el PILAR DE FUENTE NUEVA. Sus aguas eran vertidas a una alberca que hay más abajo y eran utilizadas para el riego de vergeles de la zona. En la actualidad está seco y muy deteriorado.

Posteriormente pasaremos por LA CUEVA DEL PORTILLO, en el que nos llama la atención el cartel escrito sobre el hollín de sus paredes “Prohibido el estiércol. El Capitán”; no sabemos si será por el cartel pero la semicueva se encontraba bastante limpia. A posteriori, investigando un poco, descubrimos que arqueólogos de la organización Fundación Atapuerca han dirigido las excavaciones en el yacimiento local de la Cueva del Portillo; en el que se han encontrado los restos humanos más antiguos de la provincia de Jaén. Los restos óseos encontrados datan del Paleolítico Superior final, de en torno a 11.600 años. Arqueólogos hallan en la Cueva del Portillo de Bedmar los restos humanos más antiguos de la provincia de Jaén

Las excavaciones, realizadas en el paraje de la Serrezuela de Bedmar, no son las primeras, puesto que en el año 2015 se encontraron en la Cueva de la Rota cerca de 600 piezas del Paleolítico Medio, unos resultados que "auguraban "un potencial que ha quedado patente con los restos encontrados en la Cueva del Portillo". Se trata del "único yacimiento de la provincia con consecuencia estratigráfica del Paleolítico Superior final, donde hasta ahora se habían encontrado estructuras de hoga con varios focos de fuego y un collar de conchas marinas de unos 11.000 años de antigüedad, fabricados por el homo sapiens". Ahora todo se encuentra tapado para evitar los expolios.

En nuestro continuo ascenso hasta el Collado del Portillo iremos dejando a la derecha el punto más alto de la Serrezuela de Bedmar, El Alto de la Serrezuela de 1372 m. pasando por sus acusados e imponentes tajos donde encontraremos una enorme DIACLASA. Las diaclasas son fracturas de las rocas en las que no hay desplazamiento de los bloques. Si hay desplazamiento, ya no podemos hablar de diaclasas, sino que serían fallas. En esta diaclasa se puede entrar, y desde su interior, de no más de un metro y medio de ancho, uno queda sobrecogido por la altura de sus paredes de entre 10 y 15 m. de alto; con una profundidad de unos 20 m. Es un lugar pintoresco donde no pueden faltar las fotos de rigor y donde poder refugiarse los días de acusado calor o viento.

Tras esta parada que nos hace recobrar el aliento, continuaremos con el ascenso; ahora por un serpenteante tramo que nos hace llegar a otro pilar que está construido adosado a la pared rocosa. Es conocido como PILAR DEL PORTILLO, aunque también es llamado pilar de los Moros. También se encuentra seco.

Un poco más arriba el ascenso se suaviza hasta llegar al COLLADO DEL PORTILLO. Collado entre el Cerro Los Agrios y el Cerro Cuevas del Aire en lo alto de la Serrezuela de Bedmar. Antiguamente comunicaba Bedmar con Jódar. Aquí encontraremos un cortijo en ruinas y obtendremos unas buenas panorámicas de las dos vertientes de la Serrezuela antesala de las formidables vista que tendremos en la cima de la ruta.

Y volvemos a la faena prosiguiendo con el ascenso, mucho menos duro que el anterior. Por un sendero, que parte a las espaldas de las ruinas del cortijo, ascenderemos hasta EL CERRO DE LAS CUEVAS DEL AIRE. Aquí se encuentran las cuevas homónimas, en el fondo de una de ellas encontraremos unas pinturas rupestres. La figura principal es un antropomorfo de doble Y situado a 1.40 m del suelo, dos barras verticales a 1.78 m a la derecha del antropomorfo y otros restos de pinturas debajo del antropomorfo de color rojo obscuro.

Justo encima de la cuevas encontraremos el VÉRTICE GEODÉSICO DEL CERRO CUEVAS DEL AIRE a1315 m. de altura. Desde aquí tendremos unas grandiosas vistas a Sierra Mágina: Cerro Carboneras, Alto de Sierra Mágina 2014 m., Cerro Cárceles 2060 m., Monteagudo 1683 m. y El Aznaitín 1720 m. por encima de Jimena. También veremos Jodar y, más a lo lejos, la Sierra de Cazorla y la depresión del Guadalquivir. Sin duda merece la pena el ascenso para poder disfrutar de unas vistas tan espectaculares.

Tras un breve receso para el reavituallamiento comenzaremos el descenso, sin senda definida o más bien campo a través, pasando por los LLANOS DE LAS POZAS, denominados así por numerosos hoyos en forma de pozas. Iremos sin sendero hasta llegar al COLLADO DE LAS PALOMAS; aquí obtendremos unas magnificas vistas de lo que nos depara el descenso, con unos espectaculares paisajes ruiniformes que harían las delicias de cualquier director de cine de películas o series como Perdidos, Las Tierra de Mordor de Tolkien el Señor de los Anillos, Jurassic Park… De aspecto similar a los Frailes de Sierra Nevada pero condensados en una zona.

En el Collado de las Palomas tomamos un sendero que serpentea por la cuerda ofreciendo preciosas vistas de los Barrancos de la Higueruela, Perejil y los Pintos. Sorprendentes imágenes que no se borrarán fácilmente de nuestra memoria, en un día claro con una temperatura muy agradable; todo un disfrute para los amantes de la naturaleza.

En nuestro descenso y haciendo caso a las indicaciones de avhinojosa (del que tomamos el track y al que se lo agradecemos) seguimos el sendero bajo el SERRATO junto a sus tajos y no ascendimos por la cuerda de este para el cresteo. El sendero, que bordea a media ladera el Serrato, es muy cómodo y evitas posibles riesgos de la cima. Este sendero desemboca en el COLLADO DEL SERRATO en el que giraremos a la derecha para descender en un primer lugar por el BARRANCO DE LOS PINTOS.

Tras dos desvíos a derecha e izquierda consecutivamente, y tras pasar junto a un pintoresco madroño adornado con sus típicos frutos rojos y amarillos, nos adentraremos en el buque insignia de esta bella y sorprendente ruta, EL BARRANCO DEL PEREJIL. Pasaremos junto al PILAR-ABREVADERO DEL PEREJIL y nos iremos adentrado en un encajonado barranco repleto de caprichosas formaciones rocosas de cuento de hadas: chimeneas, grietas, crestones, murallas, tajos abismales… todo un entramado calizo multiforme y ruiniforme que compone este cada vez más angosto barranco como pintado expresamente con unos infinitos cromatismos de ocres.

Saltando de piedra en piedra llegaremos hasta el conocido como OJAL DEL PEREJIL, puerta formada entra las rocas que da entrada o salida (en nuestro caso) flanqueada por dos inmensas torres rocosas de una belleza singular.

Recomendamos hacer el recorrido en este sentido por dos motivos; el primero es realizar la cuesta del portillo en ascenso ya que en descenso sería algo complicad; y el segundo motivo es el de realizar el Barranco del Perejil en descenso para poder apreciar con mayor detalle su espectacularidad.

Una vez abandonado el barranco del Perejil, tomaremos un sendero con menos interés paisajístico; por ello no hacemos que volver la vista atrás sin querer abandonar las imágenes de este bello lugar. Enlazaremos con la COLADA DE FUENGRANDE AL CORDEL DE JAÉN A ÚBEDA que se abre paso en el típico olivar jiennense pasando por los Barrancos de la Higueruela, Pizarro y del Herrero en su parte baja. La colada pasa por ANTIGUO LAVADERO DE FUENGRANDE donde enlazamos con la Carretera Jv-3032 que nos conduce en suave ascenso hasta la localidad de Bedmar. En la entrada del pueblo tomaremos la Calle Tierno Galván que nos lleva hasta las inmediaciones del CASTILLO NUEVO DE BEDMAR, construido a principios del siglo XV, se encuentra en la parte más alta de la población actual, sobre una gran peña, y sustituyó a una fortificación musulmana más antigua, el CASTILLO VIEJO, que estaba situado en la ladera oeste de la Serrezuela de Bedmar. Actualmente se está recontruyendo.

El castillo controlaba la importante vía del río Jandulilla, que bordea Sierra Mágina y sale a Jódar y Bedmar. El Castillo Nuevo de Bedmar se erige en la superficie de un peñasco alargado, en la falda de la serrezuela del mismo nombre.

El patio de armas quedaba limitado por una serie de muros que son realces del podio rocoso sobre el que se delimita el conjunto. Estos muros siguen una línea quebrada que permite su defensa sin necesidad de torreones. El alcazarejo se alza en el extremo este del recinto. Delante de la entrada, que mira al noroeste, a nueves metros de distancia, un saledizo rocoso imposibilita el acceso en línea recta y obliga al posible asaltante a torcer a la derecha después de haber ofrecido el costado derecho a los defensores del adarve.

La entrada del alcazarejo tiene algo de faraónica en sus proporciones, después de atravesar un vano adintelado se accede a un pasaje en cuesta que conducía a las dependencias del castillo, salvando así el desnivel existente entre recinto exterior y alcazarejo. Hacia el este, mirando al Castillo Viejo, hay un torreón cilíndrico adosado, el único del conjunto, desde el que se flanquea el lienzo de muro correspondiente.

El castillo se atiene a las irregularidades del trazado del zócalo rocoso y se ejecuta en sillería, especialmente perfecta en las cadenas de las esquinas y en los vanos y ventanas, cuya amplitud muestra las comodidades que, ya en el siglo XV, se van haciendo compatibles con la seguridad de las fortalezas. Algunos espacios estaban cubiertos con bóveda de medio cañón de ladrillo. Del recinto murado de Bedmar no se han conservado restos probablemente porque fue demolido para aprovechar sus materiales.

Quedan restos del antiguo Castillo Viejo de Bedmar, recinto cuyos restos cobija la formidable cortada de la vertiente oeste de la Serrezuela de Bedmar. Forma una escuadra de ángulo muy abierto cuyos extremos se apoyan en la pared rocosa de la serrezuela, protegido por un torreón cilíndrico ligeramente troncocónico.

Quedan restos importantes de los muros del Castillo Viejo, de tapial de calicanto aunque luego se forraron de mampostería. Pegado a la pared rocosa de la peña existen los restos de un espacioso aljibe de calicanto al que se canalizaba la lluvia caída sobre el muro rocoso de la serrezuela. El castillo Viejo de Bedmar contaba también con un complejo sistema de grutas, aprovechando una cueva natural cuya entrada se encuentra a unos veinte metros de altura.

Antes de dar por terminada esta recomendable ruta nos dirigiremos hasta LA IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN, cercana al castillo, está construida en un desnivel del terreno y cuenta con magnífica sillería y notables portadas. La parte más antigua, gótica, son la cabecera y el crucero, con bóvedas estrelladas de terceletes. Las tres naves tienen columnas dóricas y arcos de medio punto renacentistas. Su torre, de planta cuadrangular, con cuatro arcos de medio punto para ubicar las campanas, se hace octogonal en el segundo cuerpo. En su interior conserva dos magníficos púlpitos del siglo XVIII y una pila bautismal del XVI.