Sierra Bermeja: Garganta del Algarrobo - Puerto Pelado - Cerro del Castellón (Realillos) - Pico Los Reales - Paseo Pinsapos.

Hoy me dirigí a Sierra Bermeja para repetir una ruta que había hecho hace dos años, pero de la que no puede disfrutar en todo su esplendor, ya que aquella vez nos acompañaron una persistente lluvia y una espesa niebla durante la mayor parte de la caminata. Así que nuevamente me acerque a la Garganta del Algarrobo para subir al Cerro del Castellón o Los Realillos (1.385 m.) y al Pico Los Reales (1.451 m.), cerrando la circular por el Sendero del Paseo de los Pinsapos.

En primer lugar me meto en plena Garganta del Algarrobo, cruzando una de las torrenteras que baja de la falda del Cerro del Castellón. Recorro el pinar que crece a media ladera por un cómodo sendero tapizado por sus agujas; aquí disfruto del que será el único tramo "amable" de la ruta, ya que todo el resto discurre por senderos de piedra viva y algún kilómetro de asfalto. Tras cruzar una pequeña torrentera desaparece la arboleda y entro en el bermejo reino de la peridotita, que protagonizará gran parte del recorrido. Sigo a media ladera con unas vistas a la profunda garganta cerrada por el Alto del Porrejón y a la serie de cerros que componen la cuerda del Castellón, hasta llegar al Puerto Pelado. El collado da paso a la otra cara del cordal donde se sitúa la Garganta de la Cueva de Vázquez y la panorámica se abre al Macizo de Líbar, a la Serranía de Ronda y cuatro de sus pueblos blancos, Genalguacil, Jubrique, Algatocín y Benarrabá, así como al Hacho de Gaucín.

Comienzo a subir por el sendero que va paralelo a la cuerda del Castellón, aprovechando los periódicos descansos para darme la vuelta y disfrutar de unas visas que se van ampliando hasta alcanzar el P.N. de Sierra de Grazalema y la Sierra de las Nieves. El sendero desaparece a mitad del ascenso, en cuanto alcanzo el vértice del cordal. A partir de este momento solo queda un leve rastro de piedra desgastada que puede servir de orientación y subo por donde mejor me parece utilizando las manos en múltiples trepadas, fáciles pero necesarias para alcanzar el pequeño Pinsapar de Los Realillos. Cruzo el pinsapar y alcanzo nuevamente el cordal, donde tras otras trepadas (que se pueden evitar con un rodeo por la izquierda del nuevo promontorio) y un empinado ascenso, se accede a la cima del Cerro del Castellón. Todo ese ascenso lo había realizado a ciegas la vez anterior y la cumbre del Cerro estaba cubierta por la niebla. Lo que me encuentro son unas vistas absolutamente maravillosas, una panorámica que revela la inmensa Garganta de Fuente Santa con el pinsapar de Casares o de la Mujer que puebla una de sus laderas; además, Sierra Crestellina, los Alcornocales y una perspectiva más amplia de todo lo comentado con anterioridad. Aquí me tomé un tiempo para disfrutar de este bellísimo paisaje que me había perdido en la visita anterior, aunque puntos más lejanos que pueden vislumbrarse desde esta cumbre quedaban ocultos por las nubes.

El resto de la ruta coincide con otras que ya he comentado en ocasiones anteriores. Primero se desciende al Puerto del Boquete de los Palos y se sigue camino entre peridotitas hacia la cumbre de Los Reales. Este sendero cruza un pinar salpicado con pequeños pinsapos que empiezan a ganar terreno en la ladera. La cima del Pico Los Reales nos enseña su ladera sur cubierta de nubes que ascienden desde el mar y que ocultan las vistas hacia la costa, por lo que no me detengo mucho tiempo allí. El descenso se hace por carretera hasta alcanzar el sendero que nos dirige hacia el mirador de Salvador Guerrero y en todo este recorrido disfruto de abundantes panorámicas de un fotogénico mar de nubes. Sigue un breve avituallamiento en el refugio del área recreativa, tras el que enfilo un nuevo tramo de carretera hasta el inicio del Paseo de los Pinsapos. Tras atravesar el Pinsapar de Los Reales o de Genalguacil, conecto con el sendero que cruza varias torrenteras que bajan por la Garganta del Algarrobo y que cierra la ruta circular del día.