Sierra de Albarracín. Pinares de rodeno: Mirador, el Navazo, la Cocinilla del Obispo y otros abrigos

El tinte rojizo del Rodeno (matizado por distintos tonos de luz), constituye una de las imágenes más llamativas que podemos observar en los términos de Albarracín, Bezas y Gea de Albarracín. El Parque Cultural (Patrimonio Natural de la Unesco) está ocupado por un extenso pinar de pino de rodeno, o resinero, que se asienta sobre areniscas de color vino, y fue ocupada por el hombre prehistórico, que dejó numerosas manifestaciones de arte rupestre macroesquemático levantino. Las areniscas rodenas, talladas por el viento y el agua, aparecen como figuras que simulan torreones, abrigos, rocas en seta, y mil otras raras formas que definen este espacio; entre los accidentes más típicos están las gargantas, pilantones y taffoni. En este paraje de la Sierra de Albarracín habita el águila real.
En conjunto, se trata de un lugar donde el asentamiento humano desde la Prehistoria hasta la actualidad, ha dejado su inconfundible huella junto a pueblos de espectacular belleza. El acceso utilizado ha sido saliendo de Albarracín (a donde habíamos llegado desde Valencia por la A-23 y después la A-1512) por la calle del Arrabal, en dirección a Bezas. Por esta carretera se llega a un parking situado enfrente de el abrigo de la Cocinilla del Obispo, desde donde comienza el primer sendero que recorrimos para ver los distintos abrigos (cuevas en las que se han representado figuras humanas, cazando o cocinando, y animales) con pinturas rupestres y las curiosas y muy atractivas formaciones de rodeno; llama la atención la gran cantidad de jóvenes con colchonetas a la espalda que se inician o practican escalada libre en la zona (el uso de sales de magnesia y otros productos para mejorar la fijación pueden ser dañinos para el rodeo). El sendero nos lleva al final hasta un magnífico mirador, con una increíble vista sobre el valle del Guadalaviar. En este punto iniciamos el regreso y, vueltos al lugar de inicio, comenzamos a caminar por el sendero que lleva a El Navazo, donde se encuentran otros refugios con pinturas y grabados en la piedra de origen prehistórico, y con nuevos paisajes de rodeno de gran belleza.
Ruta muy fácil, sin limitaciones aparentes, interesante y muy recomendable para hacer con niños.