Sierra de Altaona

Dice Pepe Marcos: solamente en una ocasión habíamos pateado Altaona. Y fue hace varios años, cuando Pilar, Miguel Ángel y el que suscribe hicimos una incursión corta como “complemento” a una travesía por el PR MU 23. Por ello, y aprovechando el reciente track de nuestro referente Isidoromf - como siempre muchas gracias- (https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-circular-sierra-de-altaona-murcia-43658140), nos dirigimos la susodicha, Pilar, Paco Martínez y un servidor a la mentada Sierra. Aparcamos, en un día con viento del NO, nuestro coche en la RM F56 (entre el kilómetro ocho y nueve en dirección al Cabezo de la Plata). Tras pasar una puerta abierta (podemos dejar el coche dentro al comienzo del llamado Camino del Ángel). Pista en buen estado y muy transitada (atención) por ciclistas, por la que comenzamos un andar distendido y ascendente (poco complejo) pudiendo observar a nuestras espaldas (en dirección oeste) el majestuoso Columbares (cumbre más alta del Paisaje Lunar) y a nuestro sur el Campo de Cartagena, el Cabezo Gordo, El Mar Menor y las sierras de la ciudad departamental. Aproximadamente en el km 1.3-1.4 y tras pasar una valla abierta, nuestro rumbo giró en dirección oeste para, por una bonita, cómoda y nada exigente senda llegar a una bifurcación unos ochocientos metros después. Decidimos continuar en aquella dirección y, tras muy pocos hectómetros, llegamos a un altiplano y Mirador natural a unos 490 m.s.n.v. donde pudimos observar de forma detenida todas las formaciones de la zona este del Paisaje Lunar. Volvimos sobre nuestros pasos para retomar la senda abandonada y, dirigiéndonos en dirección norte y posteriormente oeste (con unos últimos hectómetros casi campo a través), llegar a un coqueto collado a 520 m.s.n.m. que se convirtió en el punto más alto de nuestra travesía. Y con tranquilidad, de nuevo, volvimos a contemplar lo anteriormente relatado así como, al fondo, las Sierras de Espuña, Ricote, La Pila, un pequeño repunte de El Carche jumillano y las cercanas sierras alicantinas. Un precioso, sin duda, espectáculo. Bajamos, un poco intuitivamente y casi, de nuevo, campo a través para desandar lo andado y volver al punto de paso de la mencionada, al principio, valla. Estábamos en el km. 4.7 de nuestro discurrir matutino. A partir de aquí llegó la parte “técnica y pelín picajosa” de la salida. Sin ser en absoluto peligrosa, anduvimos por un camino muy roto (más por las últimas lluvias torrenciales de Septiembre) y en contínuo descensocon, en ocasiones, pequeñas “montañas” tanto de material de arrastre como de grandes piedras que, con ciudadico, esquivamos. Repito, nada importante, pero a tener en cuenta en relación a estar pertrechados con buen calzado y, muy recomendables, bastones. Y siempre, a nuestra izquierda y oeste, el “superarbóreo” Barranco de Herradores, así como la imponente Loma de Retamonar a nuestra derecha y este. Tras un kilómetro y medio aproximadamente, llegamos a una confluencia de caminos. En ella, seguimos en linea recta y dirección norte entrando en el PR MU-94 “Sendero de los Ginovinos”, que ya no abandonaremos hasta llegar a asfalto. Encontramos, al comienzo de su sendereo, la bonita vista al norte de “El Castellar”, antes de girar a dirección oeste tras un pequeño “repunte en altura”, encontrándonos, de nuevo, un gran obstáculo de piedras a nuestro paso. Poco después, y aunque seguimos por el PR anteriormente mencionado, nos apartamos del camino por la izquierda, cogiendo una senda de cerca de doscientos metros por la que, descendiendo y luego ascendiendo, atravesamos la zona de Barranco. A partir de aquí, por camino cómodo, en contínuo ascenso y en dirección suroeste y durante unos dos kilómetros y medio, fuimos “saliendo” de forma progresiva de esta interesante Sierra hasta desembocar en la RM F56 en el punto de comienzo y fin del Sendero de Pequeño Recorrido que habíamos transitado; no sin antes, y a partir de varias “terrazas” naturales, poder seguir observando todas las Sierras que “pulcramente” se ofrecían a nuestro oeste y sur. Ya solo nos quedaba un plácido y relajado patear de algo más de un kilómetro y medio en suave ascenso por la carretera local, teniendo siempre a nuestra derecha el, repito de nuevo (para mi lo es) majestuoso Columbares en su cara este. Completamos, por fin, esta bonita, entretenida y vistosa Circular de unos 11.75 kms, con un desnivel positivo de unos 470 mts. realizada en poco más de tres horas y media.