Sierra de Baza. El Tullído-La Cerrada-La Carriza. (Bodurria)20160518 075442

Ruta tan corta como impresionante, donde el entorno turba nuestros sentidos, y enaltece nuestro caminar.

Salida.- El Tullído.
Llegamos a este punto: Crta de la Sierra de Baza GR-8101, desde el pueblo de Caníles, en el KM. 46, a unos 2,5 km. desde el km 0 en Caníles. Tomamos a nuestra derecha un camino, sin asfaltar, hasta llegar a la rambla de lo que fue el arroyo Bodurria. Aquí en este anchurón dejarémos el coche.

Llegada.- El Tullído

Objetivo.- El objetivo inicial era llegar hasta el área recreativa de Bastidas orillando el arroyo Bodurria, pero, hemos saboreado y disfrutado tanto la experiencia de descubrir este tramo, que hemos dejado para la próxima ruta el resto.

Salimos.- Tomamos el lecho del arroyo, a nuestra izquierda desde donde veníamos, arroyo arriba, aunque sea en dirección sur. En esta parte del arroyo el agua va conducida por una acequia para uso y control del riego. Pasamos por debajo de un acueducto, más práctico que bonito, y en breve la cárcava del arroyo se convierte en una sorprendente concavidad, las laderas de las montañas nos rodean, la vegetación nos invade, a nuestra izquierda vemos como una acequia se introduce en las entrañas de la roca, seguimos su procedencia con la mirada, ¡es impresionante! una estrecha gruta se deja intuir entre las rocas, sí, esto es "La Cerrada". Aquí han aprovechado para hacer una pequeña presa y conducir el agua hasta un embalse, y desde ahí distribuir la escasa agua que hoy en día baja este arroyo.
Desde este punto no existe ninguna forma visible de seguir nuestra ruta. Tomamos el ascenso a la izquierda del embalse, nos vamos buscando la mejor manera de ascender sin alejarnos del cauce del río, embutido en un estrecho cañón, nos paramos al encontrar un fósil de concha, nos giramos y nos encontramos con unas vistas tremendas, son espectaculares, se deja ver en las laderas los límites donde llegó el nivel del agua del lago, pensamos que esta zona sería un ramal producido por el propio río. Subimos hasta la loma desde donde vemos el otro lado del cañón, vegetación salvaje, aquí no ha pisado nadie en años, por el aspecto, en siglos. Bajamos hasta el cauce del arroyo, desde este momento hemos ido haciendo hitos de piedras, en breve conseguimos divisar olivos, señal de vida humana. A la altura de estos olivos cruzamos a la otra orilla, desde donde seguimos un precioso y relajante camino bordeado de chopos. *Lo seguimos hasta donde se bifurca, aquí tomamos a nuestra izquierda, tendiendo ir siempre lo más cerca del arroyo, justo en un plantel de árboles jóvenes, ascendemos para tomar el lecho de lo que en su día fuera una acequia, que nos lleva en volandas hasta su origen, una pequeña balsa junto a unas viviendas en reconstrucción. Desde este punto vemos una pequeña, pero rehabilitada población. Es un ricón precioso, no sabemos su nombre, no conocemos ni su existencia. Nos sentamos en un banco hecho de forma artesanal bajo la sombra de una gran higuera, un sitio perfecto para tomar un tentempié y echar un vistazo al mapa. Estamos en "La Carriza", vemos el reloj y la posible distancia que nos separa del objetivo inicial. Decidimos que por hoy hemos disfrutado lo suficiente, y consideramos que esta aldea, pueblo o cortijada merece el honor de ser punto de llegada.

Tras disfrutar un rato de este paraje, decidimos volver por el mismo camino que hemos traído.

- * RECOMENDACIÓN.-

-*Desde este punto que antes, en el recorrido, hablaba dejar el camino y seguir orillando el río, otra propuesta, más cómoda, lógica, y menos arriesgada es seguir el camino que nos llevará hasta el mismo pueblo de La Carriza. Supongo, y se aprecia perfectamente, que este camino se realizó para llegar desde la población a cada unos de los bancales cómodamente.
Sin lugar a dudas, la vuelta se hace más tranquilamente siguiendo el camino. Es un consejo.


Ha sido todo un placer.

Nos vemos en la próxima ruta.

¡A disfrutar!

Diego Salas 18-05-2016