Sierra de Cantabria (Alava). Picos Eskamelo y Cota 1285 (Pico Zurracapote), desde el Puerto de Herrera. Trepadas en aristas.

La Sierra de Cantabria o de Toloño, se caracteriza entre otras cosas por sus esbeltas paredes verticales, que toman el aspecto de una gigantesca fortaleza natural que separa el Valle del Ebro de las tierras alavesas situadas más al norte.

Con el fin de mejorar destrezas en lo que se refiere a técnicas de escalada, hemos realizado un ensayo que nos sirviera para conocer algunas particularidades que presenta la ascensión-descenso en pareja encordada en tramos puntuales, y sobre todo, el tránsito por aristas muy estrechas e irregulares, para lo cual, la zona de Peña del Cuervo y Eskamelo, situada muy próxima al Puerto de Herrera que atraviesa la Sierra por su zona central, se presenta como un excelente campo de pruebas para dicha finalidad, y en concreto, toda la delgada cresta que parte desde la base Este del Pico Eskamelo (Cota 1292) hasta la cota 1285 a la que alguien bautizó con el curioso nombre de "Zurracapote".

Dicha zona es una sucesión de estratos dispuestos verticalmente, conformando aristas bastante estrechas, lo cual puede hacer necesario que en determinados tramos se tenga que recorrer en pareja encordada si alguno de los miembros del grupo precisa algo más de seguridad. Los escaladores experimentados lo pueden hacer en solitario sin necesidad de cuerda, tomando las debidas precauciones.

Tal como hemos comentado, el objetivo que nos planteamos fue el de comprobar in situ, cuales son las bondades y riesgos que puede conllevar el encordarse en los tramos más complicados. El resultado de la experiencia en líneas generales fue bastante positivo, pero hay que aclarar, que de los miembros de la pareja encordada, uno de los dos, el que pueda subir con más soltura o esté menos cansado, es el que ayuda al segundo, pero no a la inversa, por lo que la condición previa es que uno de los dos (el primero), asume los mismos riesgos que si subiera en solitario, y que si sufre caida, puede llegar a arrastrar al otro si no está atento (tendría que buscar al instante, "defensa" al otro lado de la arista), de ahí la necesidad de que exista concentración y compenetración absoluta.

La segunda condición importantísima es que antes de que el compañero al que ayudamos a subir o bajar realice una progresión parcial, el otro que "ayuda", tiene que afianzar los pies y/o el cuerpo en topes de la roca, y asimismo hay que disponer un nudo de seguridad tipo Prusik en el extremo del componente que lleva el control (normalmente el que lleva el resto de cuerda en bandolera, el otro se limita a recibir y seguir las instrucciones pertinentes). Dicho nudo tiene la función de impedir el retroceso de la cuerda que se va recogiendo al avanzar el compañero situado más abajo, o a la inversa, cuando descendemos, impide que la cuerda que vamos cediendo al compañero que baja delante, no se nos vaya más de la cuenta por un tropiezo o caida del compañero adelantado.

Según hemos explicado, la persona que lleva el control, va delante durante las subidas, mientras que en los descensos, se sitúa por detrás. Constantemente hay que ir improvisando puntos de reunión cada vez que se avance, y la distancia entre dichos puntos de reunión, vendrá a depender de la propia longitud de separación entre compañeros que previamente hayamos decidido y fijado, utilizando mosquetón fijado a un arnés por si hay que desengancharse en los tramos menos complicados.

La ruta no es nueva, ya que otros aficionados la han recorrido anteriormente. No obstante, creemos que no viene mal el compartir nuestra propia experiencia con quienes sientan curiosidad.

Dicha marcha la iniciamos en el mismo Puerto de Herrera, al que se accede desde Laguardia viniendo desde Logroño, o bien desde Peñacerrada, viniendo desde Vitoria. En el mismo Puerto, existe una zona cercana a la carretera donde se pueden dejar los vehículos.

Seguidamente hemos de recorrer un tramo de carretera en dirección Laguardia, de algo más de trescientos metros, hasta encontrar la entrada al hayedo del paraje Santa Cruz, y a partir de este punto, iremos siguiendo un camino que realiza un remonte y una bajada subsiguiente, en la que pasaremos al lado de una especie de cabaña-refugio. A continuación, trás haber recorrido aproximadamente un kilómetro, y en pleno descenso, hemos de tener la precaución de no pasarnos el cruce en el que dejaremos de descender y enlazaremos con una senda que se dirige hacia la zona basal de la Peña del Cuervo, previa salida a una amplia explanada.

Para acertar en dicho cruce, hemos de estar atentos a unas marcas rojas de pintura que veremos en el tronco de unos árboles.

Una vez que salgamos del bosque, nos dirigimos hacia la Peña del Cuervo que no tiene ninguna duda en identificarla, y próxima a la misma, existe un puesto de caza de paloma, el cual no hemos de rebasarlo ya que justo antes, está el desvío que hemos de tomar para enlazar con el sendero que recorre la base de la cara norte de la Peña. El desvío puede estar enmascarado por la vegetación herbácea, por lo que habrá que estar atentos. Con suerte, podremos percatarnos de la existencia de alguna marca roja indicadora.

Situados ya en el sendero mencionado, continuaremos por el mismo, un tramo adicional de unos cuatrocientos metros de recorrido, salvando un desnivel de ciento veinte metros, en los que se incluye algún que otro remonte más esforzado, pero tampoco en exceso. Esta etapa la haremos también por zona semiboscosa, pero el sendero no deja lugar a dudas.

Alcanzaremos la cresta superior que se encuentra despejada de bosque y con acceso al borde superior de las paredes calizas que caen hacia el Sur, y a partir de aquí, el camino que hemos de seguir es bastante intuitivo ya que enseguida tendremos a la vista el pico Eskamelo y la zona superior del colladito que le precede.

Llegamos a la zona superior de dicho collado y nos toparemos con una pared sobre la que se asienta la punta geodésica.

En dicha pared hay que tener mucha precaución en la pequeña trepada que hemos de realizar, para no llevarnos un mal recuerdo de la marcha. La trepada dura poco, pero no hay que confiarse.

Desde la punta geodésica del Eskamelo (en el mapa topográfico, viene como cota 1292), proseguiremos en dirección Este, poco más de cien metros, realizando una especie de bajada brusca, y aparentemente, llegaremos a un punto en el que no vemos fácil el poder seguir descendiendo, sin embargo, sí que lo podremos hacer, escorándonos hacia la derecha (veremos un hito de piedras que indica este punto de desvío), para a continuación, bajar por un empinada ladera en la que habremos de llevar un especial cuidado, aunque tampoco tiene excesiva dificultad, simplemente hemos de aprovechar la anfractuosidad del terreno para afianzar cada paso.

Conseguimos llegar al punto desde donde arranca la ascensión a la cota 1285 (Eskamelo oriental o Zurracapote). Dicha subida ha de hacerse por encima de la arista que recorre la zona superior de un farallón calizo (ver foto 3), en lo que supone la parte más arriesgada de la marcha.

Poniendo los cinco sentidos y sin prisas, iremos superando muy poco a poco casi toda la arista hasta situarnos en la base propiamente dicha de la cota 1285, y desde ahí, nos saldremos de la arista, preferentemente por la derecha según subimos, de forma que acabaremos por remontar los últimos metros hasta llegar a la cota mencionada.

La ruta que aquí mostramos no llega más allá, de forma que iniciaremos el camino de regreso, prácticamente por el mismo itinerario que realizamos en la ida, sin bajar en ningún momento la guardia en los tramos más complicados que ya hemos ido explicando.

A continuación describo las seis primeras fotos de la ruta, que de alguna manera resumen todo el recorrido efectuado.

Foto 1: La primera parte de la ruta discurre por un hermoso hayedo, y casi al final de esta etapa, ya tendremos a la vista las primeras elevaciones del complejo de Peña del Cuervo. A este último no conseguimos verlo, y mira que estuvimos buscándolo. Solo vimos algún cernícalo que otro.

Foto 2: Antes de llegar a la zona más dificililla (todavía no se puede ver en la foto), hay que pasar por un tramo intermedio en el que vamos aplacando nervios y vértigos.

Foto 3: El planteamiento fue el de recorrer casi toda la afilada cresta que culmina en la cota 1285, también conocida como Eskamelo oriental o Zurracapote, el cual podemos apreciar a la derecha. Nos costó un poquillo, pero se consiguió. El tramo más peliagudo es el de la izquierda de la foto.

Foto 4: Toma retrospectiva de buena parte de la arista recorrida bajando desde el Eskamelo, que es el pico que vemos arriba y en el centro. El tramo más complicado está algo escondido, entre la mole del fondo y la arista que hay delante del montañero. Me parece a mí que éste es poco serio. Lo va perdiendo todo por el camino.

Foto 5: Desde la cara norte de Peña del Cuervo podemos ver las elevaciones que hay en torno al Puerto de Herrera desde donde iniciamos la marcha.

Foto 6: Ejercicio de ahuyentamiento de nervios. Primera condición, no mirar hacia abajo. Como si estuviésemos sentados en el sofá de casa. Segunda condición, no haber ingerido bebidas alcohólicas ni haber tomado estupefacientes. Tercera condición, mejor no imitar mucho estas ocurrencias, que más, pudieran ser consecuencia del Mal o del Bien de Altura. Esto último está siendo investigado por un equipo científico de la Universidad de Massachusetts.