Sierra de El Carche - La Madama (Jumilla)

Dice Pepe Marcos: primer fin de semana de Febrero. Otro domingo más. Otro buen día (como casi todos) para senderear y conocer nuestras bonitas montañas. Otro buen día para una reunión magnífica. No podría ser de otra manera: cinco de los siete nos dimos cita bien tempranico en nuestra base de operaciones en Guadalupe, para dirigirnos a un zona inexplorada; para deleitarnos, de nuevo, por terrenos desconocidos; el Altiplano, en este caso, fue el lugar escogido. El acceso a la estupenda y misteriosa para nosotros Sierra del Carche fue confuso y dubitativo: al aguacero que nos cayó unos cuantos kilómetros antes de llegar a Jumilla nos hizo pensar en lo peor, nos hizo creer que nuestra estudiada, durante la semana,salida podía verse truncada. Afortunadamente, las primera luces del alba con la que fuimos llegando a la zona de comienzo de la misma, torcieron de manera positiva estos negativos presagios, aclarándose, de manera al menos parcial, el cielo encapotado. Aparcamos el coche en la cara norte de la mencionada Sierra (muy cerquica de las Bodegas Carchelo) y, por camino de tierra recto y levemente ascendente, comenzamos a encarar esta, sin ninguna duda, coqueta y sorprendente (como casi todas) Sierra. Fuimos tomando altura por buena pista en dirección Este, para, una vez rodeada la primera "fila" montañosa, acceder a una senda más empinada que nos llevaría casi a las faldas de nuestro destino: el Alto del Carche conocido también como la Madama. El previsto viento fuerte del Noroeste no nos sorprendió , pero, lo no tan esperado fue el frío reinante que bajaba de los cero grados y las primeras, aunque escasas. gotas de agua nieve. Pasando de forma progresiva a la cara sur de la sierra, fuimos ascendiendo hasta llegar al punto más alto de la misma: 1370 mts. Allí, y en su refugio, repusimos fuerzas, nos hicimos las fotos de rigor en su coqueto y original vértice geodésico, y contemplamos las estupendas vistas de las montañas circundantes, así como de nuestro Mediterráneo. La visión desde las alturas que nos proporcionan las preciosas montañas, siempre nos facilita el ser capaces de observar todo nuestro alrededor desde un prisma novedoso, diferente. En este caso, tampoco podía ser menos, y así, mirando hacia el sur, logramos divisar, en primer término y de este a oeste, la Sierra de la Pila, La Sierra de Ricote y la Sierra del Oro, y, más en lontananza, Sierra Espuña, la Sierra de Pedro Ponce y, ya muy a lo lejos, Sierra del Miravete, Sierra de Orihuela, e incluso el coloso Columbares y la Sierra de Altaona. Tras este receso obligado, comenzamos el descenso en el que, para nuestra sorpresa, fuimos sorprendidos durante unos minutos por un desagradable aguanieve-granizo que, junto con el continuado viento, dificultó nuestro avance en dirección oeste. Tras bajar varios kilómetros y discernir la dificultad de la "vertical" bajada a pista por PR que planteaba el track que estábamos siguiendo, nos dejamos llevar por nuestra intuición y sentido de la orientación saliendo, de forma progresiva, a una pista cómoda que nos fue llevando, ya con tranquilidad y mejor tiempo, a nuestro punto de destino y origen. En total unos luchados casi 23 Kms con desnivel positivo de 900 mts realizados en muy poco más de cinco horicas y media. Y claro, pá no perder la costumbre, tocaba "cerrar" este deportivo domingo con la convidá de rigor, y sí, el Mochuelo en Guadalupe nos volvió a recibir con su buen hacer. En resumidas cuentas, como siempre o casi siempre, una más que rentable mañana de domingo. La posibilidad de realizar nuestra cuarta RDLF exige salidas facilitadoras de la buena forma que la gran prueba cartagenera plantea