Sierra de Escalona. Anthercas

Accedo desde la Autovía RM-1 por la Salida 19, aparco junto al fallido Centro de Interpretación con vistas a la Casa de los Porches, hacia la que me dirijo; tras echarle un vistazo a sus ruinas, vuelvo a la pista para atravesar la vía férrea, tomar a la derecha la pista que me introduce en el Paisaje Protegido de Sierra Escalona, en clara continuidad con la Sierras de Altaona, el Valle y Carrascoy; diez mil hectáreas de pinadas y suelos agrícolas de secano y regadío, en su mayor parte en manos de particulares, se extienden entre los términos municipales de Pilar de la Horadada, Orihuela y San Miguel de Salinas; aunque limito el recorrido a la parte murciana, debido al confinamiento municipal.

Acabada la pista, toca ascenso monte través, mientras el sol asoma por encima de las costras calizas, un techo de roca endurecida sobre materiales inferiores blandos que la erosión ha convertido en oquedades, excelente enclave para que rapaces nocturnas como el búho real, los utilicen como lugar de cría, al igual que las grandes paredes de arenisca con su erosión diferencial, como veremos más adelante en forma de covachuelas o gruta.



Salgo desde un puesto de caza a la Vereda de Fuente Álamo a Orihuela, la pista alterna suelo rocoso con tierra y durante un corto tramo, abundan los granos de trigo para alimento de perdices; la roturación de masa forestal para ganar terreno agrícola y la falta de paso, han hecho mella en la Vereda; la dejo por la izquierda alcanzando la cresta lomera (339 m), con vistas del Mar Menor y Sur de Alicante.

La ladera Norte presenta una acusada pendiente, azotada por un fresco viento del Norte, marca el compás de baile a las ramas de los pinos más expuestos, en este parapeto de areniscas calcáreas y margas; desciendo un par de metros, dejando momentáneamente la traza senderil, para visitar una pequeña y bonita gruta muy erosionada por los agentes atmosféricos; más adelante, bajo la torre del tendido eléctrico, veo un soporte aislador y me viene a la mente, las colisiones y electrocución con tendidos eléctricos, principales causas de mortalidad para la rapaces como el Buho real, águila real y perdicera, reinas de estos parajes ZEPA.

Corono la modesta cota máxima de esta sierra, el pico Alcor (346 m) o Escalona; me distraigo con las vistas e inicio el descenso pedregoso en busca de la pista en desuso; paso junto a una leñera y junto al cercano al vallado de una extensa finca de cítricos; históricamente fue el aprovechamiento maderero, carbonero, de leñas y pastos, el que proporcionaba recursos económicos a los vecinos de estas tierras, causa de una pérdida constante de masa forestal y fuente inagotable de problemas entre sus pobladores; las extensas zonas de matorral y pinar, en manos de grandes propietarios, cayeron deshechas bajo los tractores que desbrozaban, nivelaban y abancalaban cuanto encontraban a su paso, convirtiendo el monte en huertos de cítricos y elevando la demanda de agua.

Rodeado el vallado, continuo por la Pista de los Algarrobos, con muestras de la importancia que tienen la perdiz, para los cotos de caza, y el conejo, que constituye la base alimenticia de la mayor parte de carnívoros como el gato montés y rapaces del entorno; retomo la Vereda de Fuente Álamo a Orihuela para abandonarla por pista a la derecha, sigo por sendero con denso sotobosque a base de coscoja, lentisco, espino negro, algún palmito y los abundantes romero y coronilla de fraile; llegándome de nuevo a la crestería, donde percibo lejano el planeo de dos rapaces aprovechando las corrientes aéreas.
Invirtiendo el camino de la ida, me permito, con igual e incómodo resultado, volver trazando distinto en el abrupto descenso, abriéndome paso entre los pinos, las piedras y el abundante matorral, hasta enlazar con la pista al aparcamiento.
Me consta que en la parte correspondiente a la vecina Comunidad Valenciana, la asociación Amig@s de Sierra Escalona (ASE) (sucesora de la Plataforma por la Protección de Sierra Escalona) junto al Seprona, han hecho y siguen haciendo, que se respete este entorno que tantos valores atesora.

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