Sierra de Filabres. Alto de Velefique. Tetica de Bacares
near El Barrancón, Andalucía (España)
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Itinerary description
Éste senderismo por Sierra de Filabres es continuación del realizado en Vivac de las Hoyas.
Proseguimos por la cuerda y arista de las cimas de Sierra de Filabres, contemplando unas maravillosas vistas del desierto de Tabernas, Barrancón y las poblaciones del Valle de Almanzora.
El perfil es sencillo, a pesar de las subidas y bajadas constantes, no encontramos dificultades en su recorrido, especialmente en los tramos de pista forestal.
Cuando andemos por carretera, prestaremos especial atención a las medidas de seguridad.
La subida a Tetica de Bacares se hace coronando el vértice geodésico de primer orden. Pasaremos a los pies del Alto de Velefique, sin llegar a coronar su cima.
Velefique.
Situada en plena solana de la Sierra de Filabres, a 920 metros de altitud sobre el nivel del mar. Al Norte quedan las alturas del Portillo y el collado de Senés.
Población de acogida de pueblos musulmanes en el siglo VIII, donde hallaron refugio los beréberes de la reina La Kahima. Tras la expulsión de los pueblos árabes Velefique quedó tristemente desierta, Pedro López, vecino de Cehegín, se comprometió a traer 33 nuevos repobladores a Velefique. Sólo quedaron 28.
El agua es protagonista de su fértil huerta, protegida por los restos de una alcazaba y alguna torre vigía.
Si aún les quedaran energías a los más andarines, que sepan que, desde aquí, puede accederse a la Tetica de Bacares a través de pistas y caminos forestales que parten al norte del pueblo y permiten hacer cumbre a 2.080 m de altitud.
Aunque no se decidan por este postrero paseo, no abandonen el pueblo sin recorrer sus típicas calles, fundamentadas en la construcción con el elemento del roquedo más próximo y versátil: la pizarra.
Velefique fue un pueblo destacado en el Islam, refugio en el siglo X de la secta jarichí y que marcó la vida del pueblo y sus creencias; cuna, a de uno de los más representativos santones del Islam, el poeta Sidi Abuh Ishaq Ibrahim Abu Salin.
Bibliografía:
www.dipalme.org
Bacares.
Situado al noroeste de la provincia, es el pueblo más alto de la Sierra de los Filabres, a 1201 metros de altura. Se dedica al cultivo de frutas, hortalizas y la ganadería. La historia moderna de Bacares está íntimamente ligada la conquista de la ciudad, importante enclave musulmán, por los Reyes Católicos. Siglos más tarde, es la industria de la minería la que subraya el devenir de esta villa. La riqueza minera de la zona era conocida desde muy antiguo, aunque no es hasta 1870 cuando se inicia su explotación masiva por parte de compañías españolas, inglesas y holandesas, lo que hizo prosperar notablemente al pueblo y regiones colindantes. En su época de mayor esplendor, la minería empleaba a más de cuatro mil operarios, sin contar a técnicos y especialistas, que se desplazaban desde distintos puntos de la provincia. La industria pervivió hasta 1968, año en que el ICONA se hizo cargo de tierras e instalaciones fabriles.
Los elementos arquitectónicos más interesantes de esta población son las ruinas del antiguo Castillo de Bacares, probablemente de origen romano, y la Iglesia Parroquial (1502).
Las fiestas del Santo Cristo de Bacares se celebran del 12 al 14 de Septiembre. Es típica la procesión durante la que los fieles realizan ofrendas al Cristo, incluidos billetes que llegan a cubrir por completo la faldilla de la imagen.
Los orígenes aparecen un poco confusos. Sus yacimientos mineros hacen pensar que los fenicios y cartagineses fueron los primeros en asentarse.
Bajando el río nos encontramos con restos de una fundición y una herrería que dieron fama a Bacares a principio de siglo. Por lo demás, desde Bacares se suministraba de armas y herramientas a todo el Al-Andalus, se proporcionó más tarde los herrajes a la catedral de Almería y los de muchos edificios nobles.
Sus gentes, debido a su aislamiento entre las sierras, se organizaban en grupos de arrieros que transportaban los productos de la tierra. Estos productos eran astiles, herramientas de ferretería y seda. Traían para moler en sus molinos trigo, centeno y cebada, además de aceite y vino. Muchas familias también se dedicaban al pastoreo trashumante, en invierno, cuando las montañas se cubrían de nieve, se iban a la solana que da al mar y en primavera volvían a los pastos de sus montañas.
Se sabe que hace siglos sus montañas tenían bosques de pinos y encinas que con el transcurrir del tiempo han sido talados para la construcción de barcos y las fundiciones mineras, entre otros.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX Bacares llegó a albergar a más de cinco mil habitantes, entre cortijadas y aldeas, debido a la fiebre minera. Al parar la actividad de las minas, en los años setenta gran parte de su población emigró en busca de nuevas oportunidades.
Bibliografía:
https://turismoslmanzora.com
Proseguimos por la cuerda y arista de las cimas de Sierra de Filabres, contemplando unas maravillosas vistas del desierto de Tabernas, Barrancón y las poblaciones del Valle de Almanzora.
El perfil es sencillo, a pesar de las subidas y bajadas constantes, no encontramos dificultades en su recorrido, especialmente en los tramos de pista forestal.
Cuando andemos por carretera, prestaremos especial atención a las medidas de seguridad.
La subida a Tetica de Bacares se hace coronando el vértice geodésico de primer orden. Pasaremos a los pies del Alto de Velefique, sin llegar a coronar su cima.
Velefique.
Situada en plena solana de la Sierra de Filabres, a 920 metros de altitud sobre el nivel del mar. Al Norte quedan las alturas del Portillo y el collado de Senés.
Población de acogida de pueblos musulmanes en el siglo VIII, donde hallaron refugio los beréberes de la reina La Kahima. Tras la expulsión de los pueblos árabes Velefique quedó tristemente desierta, Pedro López, vecino de Cehegín, se comprometió a traer 33 nuevos repobladores a Velefique. Sólo quedaron 28.
El agua es protagonista de su fértil huerta, protegida por los restos de una alcazaba y alguna torre vigía.
Si aún les quedaran energías a los más andarines, que sepan que, desde aquí, puede accederse a la Tetica de Bacares a través de pistas y caminos forestales que parten al norte del pueblo y permiten hacer cumbre a 2.080 m de altitud.
Aunque no se decidan por este postrero paseo, no abandonen el pueblo sin recorrer sus típicas calles, fundamentadas en la construcción con el elemento del roquedo más próximo y versátil: la pizarra.
Velefique fue un pueblo destacado en el Islam, refugio en el siglo X de la secta jarichí y que marcó la vida del pueblo y sus creencias; cuna, a de uno de los más representativos santones del Islam, el poeta Sidi Abuh Ishaq Ibrahim Abu Salin.
Bibliografía:
www.dipalme.org
Bacares.
Situado al noroeste de la provincia, es el pueblo más alto de la Sierra de los Filabres, a 1201 metros de altura. Se dedica al cultivo de frutas, hortalizas y la ganadería. La historia moderna de Bacares está íntimamente ligada la conquista de la ciudad, importante enclave musulmán, por los Reyes Católicos. Siglos más tarde, es la industria de la minería la que subraya el devenir de esta villa. La riqueza minera de la zona era conocida desde muy antiguo, aunque no es hasta 1870 cuando se inicia su explotación masiva por parte de compañías españolas, inglesas y holandesas, lo que hizo prosperar notablemente al pueblo y regiones colindantes. En su época de mayor esplendor, la minería empleaba a más de cuatro mil operarios, sin contar a técnicos y especialistas, que se desplazaban desde distintos puntos de la provincia. La industria pervivió hasta 1968, año en que el ICONA se hizo cargo de tierras e instalaciones fabriles.
Los elementos arquitectónicos más interesantes de esta población son las ruinas del antiguo Castillo de Bacares, probablemente de origen romano, y la Iglesia Parroquial (1502).
Las fiestas del Santo Cristo de Bacares se celebran del 12 al 14 de Septiembre. Es típica la procesión durante la que los fieles realizan ofrendas al Cristo, incluidos billetes que llegan a cubrir por completo la faldilla de la imagen.
Los orígenes aparecen un poco confusos. Sus yacimientos mineros hacen pensar que los fenicios y cartagineses fueron los primeros en asentarse.
Bajando el río nos encontramos con restos de una fundición y una herrería que dieron fama a Bacares a principio de siglo. Por lo demás, desde Bacares se suministraba de armas y herramientas a todo el Al-Andalus, se proporcionó más tarde los herrajes a la catedral de Almería y los de muchos edificios nobles.
Sus gentes, debido a su aislamiento entre las sierras, se organizaban en grupos de arrieros que transportaban los productos de la tierra. Estos productos eran astiles, herramientas de ferretería y seda. Traían para moler en sus molinos trigo, centeno y cebada, además de aceite y vino. Muchas familias también se dedicaban al pastoreo trashumante, en invierno, cuando las montañas se cubrían de nieve, se iban a la solana que da al mar y en primavera volvían a los pastos de sus montañas.
Se sabe que hace siglos sus montañas tenían bosques de pinos y encinas que con el transcurrir del tiempo han sido talados para la construcción de barcos y las fundiciones mineras, entre otros.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX Bacares llegó a albergar a más de cinco mil habitantes, entre cortijadas y aldeas, debido a la fiebre minera. Al parar la actividad de las minas, en los años setenta gran parte de su población emigró en busca de nuevas oportunidades.
Bibliografía:
https://turismoslmanzora.com
Waypoints
Waypoint
6,115 ft
Ascenso por arista
Proseguimos por la cuerda de la Sierra de Filabres. Continuación desde la senda del Vivac de las Hoyas
Intersection
5,997 ft
Seguimos por pista forestal.
Dirección contraria a Velefique. Veremos que cambia el asfalto por pista forestal.
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