Sierra de Hornachos en Marzo

Dejamos el coche en la parte alta del pueblo. El inicio es un trazado bien cementado. Pronto se entra en un sendero estrecho de piedra que hace el paso más lento e irregular en este ascenso hasta una construcción que parece un refugio, aunque bien guardado por cerradura. Hacia adelante pronto se abre un buen camino ahora de tierra que nos lleva hasta las antenas con un aerogenerador que da su música personal al momento. Sólo trepando un poco se alcanza a ver la cima del Pico Hornachos, de 943 mts, aunque para nosotros se nos antoja inalcanzable por el perfil tan abrupto y vertiginoso que dan estas enormes rocas. Nos conformamos con lograr la foto.
Volvemos sobre nuestros pasos de nuevo hasta el Refugio y cruzando por delante de su fachada, continúa ahora un pequeño sendero por una cerrada vegetación. Poco a poco comenzamos a descender muchas veces siguiendo el recorrido de pequeños regatos y marcas de jabalíes. Mientras perdemos altura y dejamos una vista del pueblo, vamos dejando la Sierra y entramos en la Dehesa de Alcornoques, entre fincas por un anchísimo camino que serviría para correr al que se atreva. Volvemos a girar para enfilar ahora por la cara a la sombra de esta enorme sierra un nuevo ascenso siempre por regatos y cerrada vegetación. Lodazales repletos de pisadas nos hablan de la fiesta de esta noche de los mayores habitantes autóctonos de estos lares.
Tras alcanzar de nuevo la cima y el sol, iniciamos la bajada y en ella, muy pronto la Senda Morisca está bajo nuestros pies. Nos desviamos a la derecha para subir un momento a las ruinas del Castillo Árabe. En unos minutos estamos de nuevo en el pueblo disfrutando en los últimos tramos de la presencia de varias especies de Orquídeas.
Empleamos unas siete horas a paso tranquilo en esta caminata recomendable para todos los que gusten del silencio, las alturas, y vegetación autóctona.