Sierra de la Pila (por los Picos de los Cenajos y la Pila) desde el Albergue de Turra (Fortuna)

Dice Pepe Marcos: penúltimo domingo de Marzo. Dos semanas menos un día para nuestro séptimo “contacto” con la “Ruta de las Fortalezas” cartagenera. Momento obligatorio de otra salida montañera. Momento necesario para entrar, de nuevo, en contacto con la Sierra. Por ello, Pilar, Paco y un servidor dirigimos nuestros pasos a una zona amiga: la bonita, variada y exigente “Pila”. Habíamos visitado el mentado macizo montañero entrando por su sur, su norte, pero nunca por su este y, es por ello que, siguiendo el track de Andy-Liebre https://es.wikiloc.com/wikiloc/rutas-senderismo/sierra-de-la-pila-picos-de-los-cenajos-y-de-la-pila-desde-el-albergue-de-turra-6255074 (gracias compañero), dirigimos nuestros pasos al Albergue del “Cabezo de la Turra”. Tras aparcar el coche, comenzamos nuestro sendereo en sentido descendente y por pista ancha en dirección oeste para cumplimentar unos primeros tres kilómetros con un desnivel negativo de poco menos de cien metros. Tras ellos, enlazamos con pista, ya asfaltada, variando nuestro rumbo a dirección sur y comenzando una ascensión continua y uniforme durante poco más de kilómetro y medio con un desnivel positivo de cerca de doscientos metros. Y aquí llegó la variante. El cómodo, aunque ascendente, camino hacia el norte, fue sustituido por una senda bien delimitada que fue circundando “Los Cenajos” y su garita forestal. La idea, no cumplimentada posteriormente, era intentar buscar una senda de ascenso (vertical eso sí) por la zona oeste del anteriormente mentado segundo pico más alto de la Pila. En vez de ello, esta circundante y descendente senda, nos fue llevando a una zona este que conocíamos bien de travesías previas: estábamos llegando, tras poco más de un kilómetro con un desnivel negativo de unos cien metros, a un cruce de sendas explorado previamente. Y no había marcha atrás. No podíamos volver sobre nuestros pasos. Debíamos entrar por la zona este y sur de la Pila (conocida); entraríamos por la Cantera abandonada y esa corta pero empinada senda por la cara sur que nos llevaría hacia la carretera asfaltada entre “Los Cenajos” y el “Alto de la Pila”. Preciosa zona con hermosas y escarpadas vistas que planteaban (con trepe incluido desde la zona de Cantera) un desnivel positivo de unos doscientos metros en poco más de un kilómetro: duro pero muy, muy bonito. Con tranquilidad y racionando las fuerzas, tras llegar a zona asfaltada dirigimos nuestros pasos en dirección este hacia el Alto y la Garita de “Los Cenajos”. Cortica pero empiná la subida (ochenta metricos de desnivel positivo en unos setecientos metros). Aquí realizamos la parada “larga” contemplando la conocida Sierra del Carche al norte; la Sierra del Oro, El Almorchón, Sierra de Ricote y Navela al oeste (eso sí, hoy no muy claras por la boria existente). Tras la “reanimación” de rigor, un kilómetro y medio de asfalto en baja-sube nos separaba de la cota más alta de la Sierra: el “Alto de la Pila” con sus 1266 mts. Desde allí (repito con boria), contemplación de todas las Sierra murciano-alicantinas hacia el sureste (Lúgar, Corqué, Abanilla, Orihuela, Callosa…) con la desagradable contemplación de la desaparición del cartel informativo de este alto. Foticos en el portentoso Vértice Geodésico y al lío con lo que sabíamos iba a ser complejo. Esta parte de la Sierra nunca la habíamos hecho: tocaba hacer la salida por la arista – cordal este de la Sierra desde su zona más alta. Fueron, resumiendo, dos kilómetros y medio complejos, nerviosos, cuidadosos y, por momentos, un pelín desesperantes. Eso sí, todo hay que decirlo, los abundantes hitos (gracias a todos los senderistas preocupados por ello – nosotros también “regeneramos” algunos -) y la generalmente “bien delimitada” estrecha senda salpicada por zonas pedregosas facilitaron el que el tránsito fuera “lento pero no despistado”. Fueron, como comentaba antes, unos dos kilómetros y medio con un desnivel negativo de unos trescientos cincuenta metros que nos llevaron – piano, piano- ,de nuevo, al Albergue zona de salida completando la circular. En total prácticamente doce kilómetros de travesía realizados en, también, prácticamente cinco horas y con un desnivel positivo de casi setecientos metros. Aunque para senderistas acostumbrados se puede considerar moderada la excursioncica, nos atrevemos de calificarla de difícil: los tramos de subida “intensa” por la cara sur y esa salida nerviosa y vertical por la cara este, así nos lo hacen ver. Y tras ello, ¡claro!, tocaba recompensa y, por ello, como no podía ser de otra manera, dirigimos nuestros pasos a nuestro Mochuelo amigo de Guadalupe donde dimos por finalizada este buena jornada dominical. El domingo que viene, espero, volverá a haber senderismo; hasta entonces, feliz semana tengáis amigos